/ miércoles 1 de diciembre de 2021

Responsabilidad urgente

Cada semana que pasa, el coronavirus nos demuestra la fragilidad de la humanidad y la pequeña porción que ocupamos en el universo. El desconocimiento de muchas facetas de esta pandemia se mantiene a pesar de los enormes avances científicos con los que hoy contamos y que han permitido la elaboración de diversas vacunas y de medicamentos que tacan directamente los estragos del virus en nuestro cuerpo.

Cuando pensamos que la pandemia por COVID19 estaba por llegar a su fin, aspectos como la incompleta vacunación, la desigual distribución de las mismas y la negativa de muchas personas a aplicársela, mantienen con fuerza a un agente externo que parece que se convertirá en un problema estacional durante muchos años.

Recientemente, el mundo se volvió a poner en alerta máxima por una nueva variante que, al parecer, tiene su origen en países sudafricanos y que ha sido denominada Ómicron. Incluso las autoridades mundiales a través de la Organización Mundial de la Salud han pedido que se catalogue esta mutación del coronavirus como preocupantes por los efectos que, a pocos días de conocida su existencia, se han encontrado.

Ómicron, descubierta apenas la semana pasada, tiene la posibilidad de contagiarse aún más rápido que las otras variantes, lo que ha provocado una oleada de contagios importante en esa región del continente africano, así como en algunos países europeos que reciben frecuentemente a visitantes y migrantes de esos lares.

Además, esta nueva cepa ha demostrado ser más probable de recontagiarse en las personas que ya sufrieron la enfermedad con todo y vacuna, por lo que eso puede abonar al aumento exponencial de contagios en África y en el mundo entero. De hecho, tan grave ha sido este descubrimiento que, al día siguiente de comunicarla, los mercados colapsaron en todo el mundo generando, por ejemplo en nuestro país, una revalorización del dólar frente al peso.

Derivado de todo ese riesgo que se vive con Ómicron, la Organización Mundial de la Salud ha pedido vigilar de cerca el comportamiento de la variante, notificar a la OMS de contagios en conjunto y, a la población, se le ha solicitado encarecidamente el uso de cubrebocas, mantener la sana distancia, higienizarse las manos y evitar las aglomeraciones.

Incluso, algunos países como Alemania y Estados Unidos de América han restringido la entrada de vuelos provenientes de zonas relacionadas con los contagios detectados por Ómicron, sin embargo, la respuesta en nuestro país de quienes se han encargado de atender la pandemia es minimizar las medidas e, incluso, fomentar las reuniones masivas que, sin duda pueden tener un fin catastrófico para México.

No debemos olvidar que el fin principal de quienes contamos con el privilegio del servicio público, es proteger a la población de cualquier amenaza y, por ello, es que considerando lo que ya hemos vivido y se ha vivido en otros países con esta variante, no podemos permitir que se relajen las medidas para que, como en otras ocasiones, en unas semanas estemos lamentando miles de muertes que pudieron haberse evitado. Es momento de actuar de forma responsable en beneficio del pueblo de México.

Cada semana que pasa, el coronavirus nos demuestra la fragilidad de la humanidad y la pequeña porción que ocupamos en el universo. El desconocimiento de muchas facetas de esta pandemia se mantiene a pesar de los enormes avances científicos con los que hoy contamos y que han permitido la elaboración de diversas vacunas y de medicamentos que tacan directamente los estragos del virus en nuestro cuerpo.

Cuando pensamos que la pandemia por COVID19 estaba por llegar a su fin, aspectos como la incompleta vacunación, la desigual distribución de las mismas y la negativa de muchas personas a aplicársela, mantienen con fuerza a un agente externo que parece que se convertirá en un problema estacional durante muchos años.

Recientemente, el mundo se volvió a poner en alerta máxima por una nueva variante que, al parecer, tiene su origen en países sudafricanos y que ha sido denominada Ómicron. Incluso las autoridades mundiales a través de la Organización Mundial de la Salud han pedido que se catalogue esta mutación del coronavirus como preocupantes por los efectos que, a pocos días de conocida su existencia, se han encontrado.

Ómicron, descubierta apenas la semana pasada, tiene la posibilidad de contagiarse aún más rápido que las otras variantes, lo que ha provocado una oleada de contagios importante en esa región del continente africano, así como en algunos países europeos que reciben frecuentemente a visitantes y migrantes de esos lares.

Además, esta nueva cepa ha demostrado ser más probable de recontagiarse en las personas que ya sufrieron la enfermedad con todo y vacuna, por lo que eso puede abonar al aumento exponencial de contagios en África y en el mundo entero. De hecho, tan grave ha sido este descubrimiento que, al día siguiente de comunicarla, los mercados colapsaron en todo el mundo generando, por ejemplo en nuestro país, una revalorización del dólar frente al peso.

Derivado de todo ese riesgo que se vive con Ómicron, la Organización Mundial de la Salud ha pedido vigilar de cerca el comportamiento de la variante, notificar a la OMS de contagios en conjunto y, a la población, se le ha solicitado encarecidamente el uso de cubrebocas, mantener la sana distancia, higienizarse las manos y evitar las aglomeraciones.

Incluso, algunos países como Alemania y Estados Unidos de América han restringido la entrada de vuelos provenientes de zonas relacionadas con los contagios detectados por Ómicron, sin embargo, la respuesta en nuestro país de quienes se han encargado de atender la pandemia es minimizar las medidas e, incluso, fomentar las reuniones masivas que, sin duda pueden tener un fin catastrófico para México.

No debemos olvidar que el fin principal de quienes contamos con el privilegio del servicio público, es proteger a la población de cualquier amenaza y, por ello, es que considerando lo que ya hemos vivido y se ha vivido en otros países con esta variante, no podemos permitir que se relajen las medidas para que, como en otras ocasiones, en unas semanas estemos lamentando miles de muertes que pudieron haberse evitado. Es momento de actuar de forma responsable en beneficio del pueblo de México.