/ miércoles 8 de mayo de 2024

Protejamos a la prensa libre, honesta y veraz

El pasado viernes 3 de mayo conmemoramos un año más el Día Mundial de la Libertad de Prensa, efeméride que cumple justo 30 años y que se dio gracias a la Conferencia General de la UNESCO quien señaló que sería bueno instaurar ese día justo cuando se emitió, 3 años antes, cuando un grupo de participantes de un seminario organizado por la ONU emitió un comunicado en Namibia, donde señalaban no sólo la importancia sino también la necesidad de proteger la libertad de prensa a nivel mundial pero haciendo énfasis en ese continente. En esas líneas pedían que se respetara a los medios independientes y se fomentara una prensa pluralista la cual sirviera como base de protección a las libertades y la democracia en cada rincón del planeta.

En este contexto, aún seguimos viviendo muchas adversidades en el ejercicio de la libertad de prensa y lo que ello implica, ya que el ejercicio de una prensa libre está estrechamente vinculado con el derecho de las personas a estar bien informados de lo que pasa en sus entornos, de tal manera que la protección de ese derecho, principalmente de los gobiernos, es piedra angular para el desarrollo de muchos otros beneficios ciudadanos.

El ejercicio de este derecho es uno de los más complejos y que más historia tienen detrás, ya que, hasta hace poco tiempo relativamente, la persecución, las amenazas y la coerción en el ejercicio de la prensa eran problemas graves a nivel mundial, ya que los medios de comunicación habrían de alinearse con las ideas vigentes del ejercicio del poder eliminando su capacidad crítica y la emisión de información veraz para que la gente pudiera tomar sus decisiones.

Hoy, a siglos de la existencia de la prensa en todas las modalidades que ha adoptado, contamos con episodios de amenazas, de violencia o de precariedad en el ejercicio de tan noble oficio que, además, se encuentra permanentemente en la lupa de la objetividad, transparencia y, sobre todo, independencia a fin de encontrar en la gente, en el auditorio, afinidad y respeto por los contenidos cuando se alejan de cualquier otro interés que no sea informar con veracidad.

En el 2024, la ONU ha propuesto que la prensa sea un vehículo primordial en uno de los temas que desde hace muchos años nos ha quitado el sueño a la población mundial: el cambio climático. En el marco de la celebración de este año, se pide a la prensa que emitan información real, que privilegien las investigaciones científicas y desmitifiquen algunas ideas que han sido un obstáculo a la hora de combatir con acciones decididas este problema que ya nos impacta de manera alarmante.

Más allá de esas tareas encargadas a la prensa, se busca que los gobiernos y la sociedad en general apoyemos la existencia de diversidad comunicativa con el surgimiento de medios de todo tipo, particularmente en regiones o espacios locales ya que el pulso que se obtiene a través de ellos es una excelente medida para la comunicación con las autoridades.

Tenemos por delante una tarea titánica para evitar la comisión de delitos en contra de periodistas, quienes, a últimas fechas han sido víctimas de atentados por el simple hecho de hacer su trabajo de forma honesta. Para ello, debemos hacer una alianza nacional y global, de tal manera que se establezcan mecanismos de protección efectivos y así evitar que muera la prensa libre.

De la misma manera, haciendo uso de plataformas tecnológicas, estamos en camino de democratizar aún más la comunicación y, al mismo tiempo, del grave riesgo de la desinformación, por lo tanto, debemos exigir la mayor de la ética posible a quienes se dedican a la noble labor de informar, evitando caer en juegos de información falsa y dividir las opiniones a través de la violencia y el encono, ya que ello no nos abonará en que el pueblo de México viva en mejores condiciones. Es función de la prensa libre hacer sujetos críticos, informados, con conciencia social que haga del debate público un escenario de más ideas y menos ataques, entendiendo que el escenario de la comunicación es el lugar perfecto para hacer ciudadanía.


El pasado viernes 3 de mayo conmemoramos un año más el Día Mundial de la Libertad de Prensa, efeméride que cumple justo 30 años y que se dio gracias a la Conferencia General de la UNESCO quien señaló que sería bueno instaurar ese día justo cuando se emitió, 3 años antes, cuando un grupo de participantes de un seminario organizado por la ONU emitió un comunicado en Namibia, donde señalaban no sólo la importancia sino también la necesidad de proteger la libertad de prensa a nivel mundial pero haciendo énfasis en ese continente. En esas líneas pedían que se respetara a los medios independientes y se fomentara una prensa pluralista la cual sirviera como base de protección a las libertades y la democracia en cada rincón del planeta.

En este contexto, aún seguimos viviendo muchas adversidades en el ejercicio de la libertad de prensa y lo que ello implica, ya que el ejercicio de una prensa libre está estrechamente vinculado con el derecho de las personas a estar bien informados de lo que pasa en sus entornos, de tal manera que la protección de ese derecho, principalmente de los gobiernos, es piedra angular para el desarrollo de muchos otros beneficios ciudadanos.

El ejercicio de este derecho es uno de los más complejos y que más historia tienen detrás, ya que, hasta hace poco tiempo relativamente, la persecución, las amenazas y la coerción en el ejercicio de la prensa eran problemas graves a nivel mundial, ya que los medios de comunicación habrían de alinearse con las ideas vigentes del ejercicio del poder eliminando su capacidad crítica y la emisión de información veraz para que la gente pudiera tomar sus decisiones.

Hoy, a siglos de la existencia de la prensa en todas las modalidades que ha adoptado, contamos con episodios de amenazas, de violencia o de precariedad en el ejercicio de tan noble oficio que, además, se encuentra permanentemente en la lupa de la objetividad, transparencia y, sobre todo, independencia a fin de encontrar en la gente, en el auditorio, afinidad y respeto por los contenidos cuando se alejan de cualquier otro interés que no sea informar con veracidad.

En el 2024, la ONU ha propuesto que la prensa sea un vehículo primordial en uno de los temas que desde hace muchos años nos ha quitado el sueño a la población mundial: el cambio climático. En el marco de la celebración de este año, se pide a la prensa que emitan información real, que privilegien las investigaciones científicas y desmitifiquen algunas ideas que han sido un obstáculo a la hora de combatir con acciones decididas este problema que ya nos impacta de manera alarmante.

Más allá de esas tareas encargadas a la prensa, se busca que los gobiernos y la sociedad en general apoyemos la existencia de diversidad comunicativa con el surgimiento de medios de todo tipo, particularmente en regiones o espacios locales ya que el pulso que se obtiene a través de ellos es una excelente medida para la comunicación con las autoridades.

Tenemos por delante una tarea titánica para evitar la comisión de delitos en contra de periodistas, quienes, a últimas fechas han sido víctimas de atentados por el simple hecho de hacer su trabajo de forma honesta. Para ello, debemos hacer una alianza nacional y global, de tal manera que se establezcan mecanismos de protección efectivos y así evitar que muera la prensa libre.

De la misma manera, haciendo uso de plataformas tecnológicas, estamos en camino de democratizar aún más la comunicación y, al mismo tiempo, del grave riesgo de la desinformación, por lo tanto, debemos exigir la mayor de la ética posible a quienes se dedican a la noble labor de informar, evitando caer en juegos de información falsa y dividir las opiniones a través de la violencia y el encono, ya que ello no nos abonará en que el pueblo de México viva en mejores condiciones. Es función de la prensa libre hacer sujetos críticos, informados, con conciencia social que haga del debate público un escenario de más ideas y menos ataques, entendiendo que el escenario de la comunicación es el lugar perfecto para hacer ciudadanía.