/ jueves 14 de septiembre de 2023

Charrería; una historia viva en Apan

Este símbolo de la mexicanidad nació en la exhacienda el Marañón en esta región del Altiplano

Traídos desde el puerto de Veracruz a Apan, a través de las vías férreas, los caballos representaron para esta región la oportunidad de desarrollar nuevas destrezas en el ámbito agrario que llevaron a la creación del único deporte nacional, la charrería.

Miguel Ángel Fernández Campos, secretario de la mesa directiva 2021-2023 de la Asociación de Charros de los Llanos de Apan, asegura, que las voces más antiguas de este municipio, fueron contando de generación en generación que, fue en la exhacienda El Marañón, donde luego de que se escaparan varias cabezas de ganado, que, un grupo de hábiles jinetes, detuvieron la estampida derribando un toro montando a caballo a galope realizando así la primera coleada de la historia.

El joven charro, cuarta generación, aseguró que fue en Apan, donde se originó la primera Escuela Hípica; sin embargo, dijo, como deporte, esta disciplina surgió tras la reforma agraria de principios del siglo veinte, cuando los terratenientes del Altiplano de Hidalgo y de México, emigraron hacia otras ciudades donde se crearon las primeras asociaciones charras que, gradualmente, se extendieron por todo México.

La agrupación Charros de los Llanos de Apan, a la que pertenece, dijo, cuenta con 66 años de trayectoria y pertenece a una familia que durante cuatro generaciones ha preservado la cultura a caballo, incluso, su padre, sobre quien, dijo, la poliomielitis no lo detuvo, y encontró en sus equinos a un grupo de amigos, que le hicieron la vida más fácil.

Sin embargo, el apanense de 32 años, refirió que, cuando niño formó parte de la agrupación Charros Dientes de Leche, a la cual ingresó cuando tenía alrededor de cinco años; no obstante, aseguro, fue con tan solo un año que su padre lo montó en un caballo.

Siendo apenas un niño, junto con alrededor de diez niños más, formó parte de la primera escuela de charrería afiliada a la Federación Mexicana de Charrería, la cual fue dirigida por el zootecnista Gregorio Cuevas.

Tras abandonar el cargo, el siguiente impulsor del deporte nacional fue Eleazar Pineda, quien provenía de San Pedro Huaquilpan, quien comenzó la mítica agrupación Charros Dientes de Leche, a la que se sumaron agrupaciones como Quinta Montaño, de Ciudad Sahagún; Hermanos Cuevas de Santo Tomás y otras agrupaciones de municipios vecinos como Zempoala.

Desde los cinco años a la fecha, a sumado decenas de galardones en conjunto y propios de tipo regional y nacional, entre estos, el primer lugar del coleado de feria de Tlaxcala 2022, y en equipo el Torneo del Circuito de la Amistad en 2018.

Finalmente, refirió a El Sol de Hidalgo que, es un orgullo, una gran satisfacción “vestirse de México”, contribuir a preservar raíces y cultura. “Es mi pasión, nací, crecí y sigo entre las patas de los caballos; cada vez que uso mi traje la adrenalina me invade y seguro estoy que llevaré puestos los botines hasta la muerte”.

Traídos desde el puerto de Veracruz a Apan, a través de las vías férreas, los caballos representaron para esta región la oportunidad de desarrollar nuevas destrezas en el ámbito agrario que llevaron a la creación del único deporte nacional, la charrería.

Miguel Ángel Fernández Campos, secretario de la mesa directiva 2021-2023 de la Asociación de Charros de los Llanos de Apan, asegura, que las voces más antiguas de este municipio, fueron contando de generación en generación que, fue en la exhacienda El Marañón, donde luego de que se escaparan varias cabezas de ganado, que, un grupo de hábiles jinetes, detuvieron la estampida derribando un toro montando a caballo a galope realizando así la primera coleada de la historia.

El joven charro, cuarta generación, aseguró que fue en Apan, donde se originó la primera Escuela Hípica; sin embargo, dijo, como deporte, esta disciplina surgió tras la reforma agraria de principios del siglo veinte, cuando los terratenientes del Altiplano de Hidalgo y de México, emigraron hacia otras ciudades donde se crearon las primeras asociaciones charras que, gradualmente, se extendieron por todo México.

La agrupación Charros de los Llanos de Apan, a la que pertenece, dijo, cuenta con 66 años de trayectoria y pertenece a una familia que durante cuatro generaciones ha preservado la cultura a caballo, incluso, su padre, sobre quien, dijo, la poliomielitis no lo detuvo, y encontró en sus equinos a un grupo de amigos, que le hicieron la vida más fácil.

Sin embargo, el apanense de 32 años, refirió que, cuando niño formó parte de la agrupación Charros Dientes de Leche, a la cual ingresó cuando tenía alrededor de cinco años; no obstante, aseguro, fue con tan solo un año que su padre lo montó en un caballo.

Siendo apenas un niño, junto con alrededor de diez niños más, formó parte de la primera escuela de charrería afiliada a la Federación Mexicana de Charrería, la cual fue dirigida por el zootecnista Gregorio Cuevas.

Tras abandonar el cargo, el siguiente impulsor del deporte nacional fue Eleazar Pineda, quien provenía de San Pedro Huaquilpan, quien comenzó la mítica agrupación Charros Dientes de Leche, a la que se sumaron agrupaciones como Quinta Montaño, de Ciudad Sahagún; Hermanos Cuevas de Santo Tomás y otras agrupaciones de municipios vecinos como Zempoala.

Desde los cinco años a la fecha, a sumado decenas de galardones en conjunto y propios de tipo regional y nacional, entre estos, el primer lugar del coleado de feria de Tlaxcala 2022, y en equipo el Torneo del Circuito de la Amistad en 2018.

Finalmente, refirió a El Sol de Hidalgo que, es un orgullo, una gran satisfacción “vestirse de México”, contribuir a preservar raíces y cultura. “Es mi pasión, nací, crecí y sigo entre las patas de los caballos; cada vez que uso mi traje la adrenalina me invade y seguro estoy que llevaré puestos los botines hasta la muerte”.

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