/ lunes 29 de abril de 2024

Horno de cremación para animales en Pachuca; vestigio minero que desafía a la urbe

Construido en 1884, cumplió principalmente con un objetivo sanitario, pues ahí, se incineraban los animales de carga, usados para los métodos de patio a través de los cuales se extraía la plata 

Construido en 1884, en lo que entonces se conociera como Rancho de Los Cubitos, y que hoy recibe el nombre de avenida Río Amajac del Fraccionamiento Terrazas, en la capital del estado, el horno de cremación para animales, fue creado para incinerar los restos de caballos, burros y mulas, especies relacionadas con la carga en los complejos mineros, sus características arquitectónicas lo ubican como un monumento histórico, que una vez por el crecimiento urbano estuvo a punto de ser demolido, pero que, casi desapercibido, sobrevive a casi 150 años de su creación.

Luis Alonso León Estrada, jefe de resguardo de Bienes Culturales del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en Hidalgo, indicó que, la información en torno a esta obra es escasa; sin embargo, mencionó que la literatura disponible refiere que este horno fue concebido a partir de inquietudes salubres de la ciudad.

Detalló que los denominados métodos de patio, como se le conoció al primer proceso que utilizaba la amalgamación con mercurio para recuperar la plata del mineral, en el auge minero en Hidalgo, requería de varios animales de tiro, en su mayoría mulas, las cuales, dijo, infortunadamente, al cabo del tiempo adquirían enfermedades y desgaste en sus patas debido al constante contacto con las mezclas para obtener la plata.

Explicó que el trabajo asociado con estos metales hacia necesario el sacrificio de estos animales, los cuales, en un principio eran arrojados a los tiros de las minas o predios cercanos, por lo que se convirtieron en focos de infección.

En este sentido, mencionó que, según el documento las "Efemérides Pachuqueñas" de Vicente Paula Andrade con fecha de 1986, en las páginas 71 y 72, se menciona que El Dr. Nemorio Andrade presentó la iniciativa para la construcción de un horno crematorio, además de que un 28 de octubre comenzó la obra.

Asimismo, se menciona que, en marzo 17, se hizo la primera cremación, arrojándose al horno un caballo muerto que pesaba “18 a y fue reducido a 5 libras y 4 onzas.

También se describe que la duración media para la cremación de un animal consistía en 50 minutos y que de esa fecha hasta el 29 de junio del mismo año se incineraron 632 animales.

Entre la información que hizo de un misterio este horno, se encuentra, “con insistencia que corrió el rumor de que en este homo fue incinerado el periodista D. Emilio Ordóñez, en abril de 1894, pero según versa la literatura disponible: respetables personas aseguran que Ordóñez fue matado y arrojado al tiro de una mina cerca de Pachuquilla y no incinerado”.

Detalló que, al indagar en la información disponible se identifica como un predio privado sobre el que el municipio de Pachuca hizo un levantamiento, con el permiso del INAH, durante la administración municipal 2009-2012, ubicándolo en la colonia Las Palmitas.

Otro de los datos con los que se cuenta, aunque sin fecha precisa es que en esta isma zona se desarrolló un proyecto para la construcción de una plaza comercial denominada “CUDI”; sin embargo, no prosperó, debido a que esta edificación cuenta con elementos y características arquitectónicas que datan del siglo 19, lo que lo confiere como Monumento Histórico de acuerdo a la Ley Federal sobre Monumentos Históricos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de los artículos 35 y 36.

En ese ordenamiento, dijo, se le confiere protección debido a su relevancia arquitectónica y por lo tanto cultural no solo para Pachuca, sino también para el estado.


Construido en 1884, en lo que entonces se conociera como Rancho de Los Cubitos, y que hoy recibe el nombre de avenida Río Amajac del Fraccionamiento Terrazas, en la capital del estado, el horno de cremación para animales, fue creado para incinerar los restos de caballos, burros y mulas, especies relacionadas con la carga en los complejos mineros, sus características arquitectónicas lo ubican como un monumento histórico, que una vez por el crecimiento urbano estuvo a punto de ser demolido, pero que, casi desapercibido, sobrevive a casi 150 años de su creación.

Luis Alonso León Estrada, jefe de resguardo de Bienes Culturales del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en Hidalgo, indicó que, la información en torno a esta obra es escasa; sin embargo, mencionó que la literatura disponible refiere que este horno fue concebido a partir de inquietudes salubres de la ciudad.

Detalló que los denominados métodos de patio, como se le conoció al primer proceso que utilizaba la amalgamación con mercurio para recuperar la plata del mineral, en el auge minero en Hidalgo, requería de varios animales de tiro, en su mayoría mulas, las cuales, dijo, infortunadamente, al cabo del tiempo adquirían enfermedades y desgaste en sus patas debido al constante contacto con las mezclas para obtener la plata.

Explicó que el trabajo asociado con estos metales hacia necesario el sacrificio de estos animales, los cuales, en un principio eran arrojados a los tiros de las minas o predios cercanos, por lo que se convirtieron en focos de infección.

En este sentido, mencionó que, según el documento las "Efemérides Pachuqueñas" de Vicente Paula Andrade con fecha de 1986, en las páginas 71 y 72, se menciona que El Dr. Nemorio Andrade presentó la iniciativa para la construcción de un horno crematorio, además de que un 28 de octubre comenzó la obra.

Asimismo, se menciona que, en marzo 17, se hizo la primera cremación, arrojándose al horno un caballo muerto que pesaba “18 a y fue reducido a 5 libras y 4 onzas.

También se describe que la duración media para la cremación de un animal consistía en 50 minutos y que de esa fecha hasta el 29 de junio del mismo año se incineraron 632 animales.

Entre la información que hizo de un misterio este horno, se encuentra, “con insistencia que corrió el rumor de que en este homo fue incinerado el periodista D. Emilio Ordóñez, en abril de 1894, pero según versa la literatura disponible: respetables personas aseguran que Ordóñez fue matado y arrojado al tiro de una mina cerca de Pachuquilla y no incinerado”.

Detalló que, al indagar en la información disponible se identifica como un predio privado sobre el que el municipio de Pachuca hizo un levantamiento, con el permiso del INAH, durante la administración municipal 2009-2012, ubicándolo en la colonia Las Palmitas.

Otro de los datos con los que se cuenta, aunque sin fecha precisa es que en esta isma zona se desarrolló un proyecto para la construcción de una plaza comercial denominada “CUDI”; sin embargo, no prosperó, debido a que esta edificación cuenta con elementos y características arquitectónicas que datan del siglo 19, lo que lo confiere como Monumento Histórico de acuerdo a la Ley Federal sobre Monumentos Históricos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de los artículos 35 y 36.

En ese ordenamiento, dijo, se le confiere protección debido a su relevancia arquitectónica y por lo tanto cultural no solo para Pachuca, sino también para el estado.


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