/ sábado 3 de febrero de 2024

Nacimiento y cierre del Palacio Negro de Lecumberri

“El 26 de agosto, el jefe de vigilancia me rindió parte: sin novedad, ya no hay más reclusos, ese día se fueron los últimos. Crujías vacías, pasillos solos; en las aulas del polígono temido había solamente silencio abrumante (…) anunciando que la era de Lecumberri había llegado a su fin”, Sergio García Ramírez.

El 27 de agosto de 1976 quedó clausurada la penitenciaría conocida como Palacio de Lecumberri debido a que el dueño de los terrenos donde se construyó se apellidaba así.

Su construcción inició el 9 de mayo de 1885 y comenzó a operar el 29 de septiembre de 1900. La Cárcel de fue inaugurada por Porfirio Díaz en septiembre de ese año y se le consideró la prisión más segura y moderna de América Latina.

Su capacidad era para 700 hombres y 80 mujeres; con el tiempo se sobrepasó y al paso de los años fueron aproximadamente tres mil 500 personas, viviendo en total hacinamiento.

La insalubridad, la falta de alimentos y la corrupción hicieron insostenible el orden interno. Mención aparte merecen las temidas celdas de castigo, entre ellas “El Apando” que era espacios mínimo, con total incomunicación y pésimamente iluminado. ¡Urgía cerrar esa prisión!

La clausura de la sucia y tétrica penitenciaría se originó a partir del decretó de la Ley de Normas Mínimas para el Tratamiento de los Presos, promulgada en 1971 por el presidente Luis Echeverría Álvarez.

Otro elemento que apresuró el cierre definitivo del penal, fue la fuga de una banda de narcotraficantes, ocurrida el 26 de abril de 1976.

Los evadidos fueron Alberto Sicilia Falcón, José Egozzi Béjar, Roberto Hernández Rubí y Luis Zúccoli Bravo, quienes huyeron del edificio por un túnel de más de 30 metros de longitud.

Los fugados fueron reaprehendidos cuatro días después. Ese mismo día se designó a quién sería el último director de la cárcel, Sergio García Ramírez, quien puso en marcha una serie de mejoras en Lecumberri: eliminó el cobro por la “fajina”, permitió el esparcimiento y las visitas conyugales, y cerró el temible “Apando”.

El 27 de agosto de 1976 , García Ramírez declaró clausurada la tristemente célebre Penitenciaria.

En mayo de 1977 se determinó que el Palacio Negro se convirtiera en la nueva sede del Archivo General de la Nación

Seis años después, el 27 de agosto de 1982, inició sus labores como sede depositaria de la memoria histórica de México.

Y así llegó a su fin una cárcel que llenó de oprobio a México entero.

Se fue la oscuridad y llegó la luz al inmueble.


“El 26 de agosto, el jefe de vigilancia me rindió parte: sin novedad, ya no hay más reclusos, ese día se fueron los últimos. Crujías vacías, pasillos solos; en las aulas del polígono temido había solamente silencio abrumante (…) anunciando que la era de Lecumberri había llegado a su fin”, Sergio García Ramírez.

El 27 de agosto de 1976 quedó clausurada la penitenciaría conocida como Palacio de Lecumberri debido a que el dueño de los terrenos donde se construyó se apellidaba así.

Su construcción inició el 9 de mayo de 1885 y comenzó a operar el 29 de septiembre de 1900. La Cárcel de fue inaugurada por Porfirio Díaz en septiembre de ese año y se le consideró la prisión más segura y moderna de América Latina.

Su capacidad era para 700 hombres y 80 mujeres; con el tiempo se sobrepasó y al paso de los años fueron aproximadamente tres mil 500 personas, viviendo en total hacinamiento.

La insalubridad, la falta de alimentos y la corrupción hicieron insostenible el orden interno. Mención aparte merecen las temidas celdas de castigo, entre ellas “El Apando” que era espacios mínimo, con total incomunicación y pésimamente iluminado. ¡Urgía cerrar esa prisión!

La clausura de la sucia y tétrica penitenciaría se originó a partir del decretó de la Ley de Normas Mínimas para el Tratamiento de los Presos, promulgada en 1971 por el presidente Luis Echeverría Álvarez.

Otro elemento que apresuró el cierre definitivo del penal, fue la fuga de una banda de narcotraficantes, ocurrida el 26 de abril de 1976.

Los evadidos fueron Alberto Sicilia Falcón, José Egozzi Béjar, Roberto Hernández Rubí y Luis Zúccoli Bravo, quienes huyeron del edificio por un túnel de más de 30 metros de longitud.

Los fugados fueron reaprehendidos cuatro días después. Ese mismo día se designó a quién sería el último director de la cárcel, Sergio García Ramírez, quien puso en marcha una serie de mejoras en Lecumberri: eliminó el cobro por la “fajina”, permitió el esparcimiento y las visitas conyugales, y cerró el temible “Apando”.

El 27 de agosto de 1976 , García Ramírez declaró clausurada la tristemente célebre Penitenciaria.

En mayo de 1977 se determinó que el Palacio Negro se convirtiera en la nueva sede del Archivo General de la Nación

Seis años después, el 27 de agosto de 1982, inició sus labores como sede depositaria de la memoria histórica de México.

Y así llegó a su fin una cárcel que llenó de oprobio a México entero.

Se fue la oscuridad y llegó la luz al inmueble.