/ miércoles 10 de enero de 2024

Importancia y legitimidad de la Gestión Social por parte de los representantes populares

Les saludo con mucho ánimo renovado en esta primera colaboración que escribo en este 2024, que sea un año de cumplimiento de metas en beneficio de nuestras familias; ya como lo hemos expresado es un año sumamente intenso en la arena política y en la toma de decisiones para los próximos años desde lo local hasta lo nacional; a propósito de ello quiero ponerles a reflexión la siguiente disyuntiva: ¿un representante popular (diputado local, diputado federal, senador, síndicos o regidores) debe dedicarse exclusivamente a la naturaleza de su cargo, sea legislar y representar sólo en el espacio formal de su trabajo o tiene derecho de realizar gestión social? a continuación les planteo mi reflexión al respecto.

A partir del triunfo del movimiento que encabeza el presidente López Obrador en el año 2018, se logró un rompimiento entre el interés económico y quienes legítimamente hemos asumido a partir de esa fecha con la representación popular y esto ha significado iniciar la Cuarta Transformación de la vida pública de México y de Hidalgo, recuperando la visión de un Estado con un amplio sentido social, una defensa permanente a la soberanía nacional, el combate frontal a todas las formas de corrupción, transitar del rapaz neoliberalismo al humanismo mexicano y generar una nueva relación de gobernanza en la que los verdaderos mandantes, como lo establece la Constitución, son el pueblo de México.

Una de las primeras disposiciones que ordenó el presidente de la República en 2018 fue acabar con los famosos moches: el dispendio y el uso corrupto del presupuesto público para beneficiar grupos de interés y partidos políticos, que utilizando sus mayorías legislativas, disponían de los recursos públicos como si fuesen propios, teniendo de por medio el condicionamiento para la asignación de presupuesto público, cobraban jugosos porcentajes, mismos que circulaban en efectivo y que se había vuelto una práctica usual en San Lázaro, el desfile de presidentes municipales, gobernadores, funcionarios públicos y todo aquel interesado en llevar una mochada del pastel presupuestario, en perjuicio de las políticas públicas y del pueblo de México que se quedaban sin recursos.

A partir de esta disposición, que fue muy importante para que el Ejecutivo, el que recuperarse la rectoría del presupuesto, aprobado de forma exclusiva por el Poder Legislativo, en particular por la Cámara de Diputados federal, se llevó esta buena práctica a los congresos locales extraídos de la coalición juntos haremos historia, cerrando definitivamente la asignación de partidas discrecionales o el etiquetado de recursos públicos para ciertas obras específicas, que anteriormente se pactaban entre órdenes de gobierno, legisladores y funcionarios públicos; haciendo un mal uso de la facultad que tienen los congresos locales para la aprobación de los presupuestos de las entidades federativas.

En la actual Legislatura a través de la Comisión que me honro en presidir que es la de Hacienda y Presupuesto, en el Pleno del Congreso aprobamos con total transparencia un presupuesto histórico para el Estado de Hidalgo, mismo que se ejercerá durante el presente año 2024; es un presupuesto que más allá de cifras y números contiene un rostro humano para atender las necesidades más sentidas de la población y de los sectores más vulnerables; se han logrado recursos sin precedentes para seguridad y justicia, mayores recursos para educación, garantizamos el presupuesto para salud y se lograron importantes incrementos para el campo, para los programas sociales, para el desarrollo de infraestructura en toda nuestra entidad; además, por ser año electoral en el rubro que tiene que ver con el Instituto Estatal Electoral y la impartición de la justicia en esta materia, se estableció un incremento sustantivo para garantizar la vida democrática en nuestro Estado y todos podamos ejercer nuestro derecho a decidir en las próximas elecciones. Aquí una muestra clara de coordinación entre Poderes para hacer del presupuesto un instrumento transformador en beneficio del pueblo de Hidalgo.

Me parece fundamental para el Estado de Derecho y para lograr la Transformación de nuestro Estado y del país que se haya desterrado la práctica de los moches disfrazada de gestión social y del etiquetado caprichoso de obras públicas, porque al final esto era una práctica sumamente corrupta que perjudicaban profundamente a la población; sin embargo, las y los diputados, así como todo representante popular que hemos sido elegidos de manera directa y popular a través del voto democrático, tenemos el derecho de gestionar honesta y transparentemente obras y servicios en beneficio de nuestros electores de nuestros distritos y de nuestro Estado en general, porque las funciones de un diputado o diputada, si bien parten de la premisa de legislar, también no debemos de perder de vista lo que significa ser representante del pueblo y esto incluye el escuchar, analizar y estudiar las demandas de toda la población para atenderlas en el uso de nuestras facultades y atribuciones en el presupuesto, para aprobar o redireccionar, pero sobre todo, construir política con base en el diálogo democrático, el cual permite poner sobre la mesa, sin intenciones mezquinas o intereses de grupo las necesidades de nuestros electores.

Este debate tiene que ver con la legitimidad que tenemos las y los legisladores de ser representantes de la población, ya que han sido ellos quienes nos han elegido para velar por sus intereses; por lo tanto, defiendo el derecho y la legitimidad que tenemos los representantes de la población para realizar gestiones que tienen una pureza de intención y que benefician sin sesgos y prebendas a la mayoría de la población.

En el marco de la legalidad tenemos todo el derecho y la legitimidad de realizar cuántas gestiones sean necesarias en beneficio del interés superior de la población, actuando como lo he manifestado y lo reitero, con total legalidad, imparcialidad, equidad y honestidad, con la finalidad de contribuir con el bienestar del pueblo que es a quien nos debemos.

“… La transformación exige de grandes objetivos que sólo se cumplen mediante el esfuerzo, la disciplina cotidiana y la convicción de aportar por el bien común…” Osiris Leines.


Les saludo con mucho ánimo renovado en esta primera colaboración que escribo en este 2024, que sea un año de cumplimiento de metas en beneficio de nuestras familias; ya como lo hemos expresado es un año sumamente intenso en la arena política y en la toma de decisiones para los próximos años desde lo local hasta lo nacional; a propósito de ello quiero ponerles a reflexión la siguiente disyuntiva: ¿un representante popular (diputado local, diputado federal, senador, síndicos o regidores) debe dedicarse exclusivamente a la naturaleza de su cargo, sea legislar y representar sólo en el espacio formal de su trabajo o tiene derecho de realizar gestión social? a continuación les planteo mi reflexión al respecto.

A partir del triunfo del movimiento que encabeza el presidente López Obrador en el año 2018, se logró un rompimiento entre el interés económico y quienes legítimamente hemos asumido a partir de esa fecha con la representación popular y esto ha significado iniciar la Cuarta Transformación de la vida pública de México y de Hidalgo, recuperando la visión de un Estado con un amplio sentido social, una defensa permanente a la soberanía nacional, el combate frontal a todas las formas de corrupción, transitar del rapaz neoliberalismo al humanismo mexicano y generar una nueva relación de gobernanza en la que los verdaderos mandantes, como lo establece la Constitución, son el pueblo de México.

Una de las primeras disposiciones que ordenó el presidente de la República en 2018 fue acabar con los famosos moches: el dispendio y el uso corrupto del presupuesto público para beneficiar grupos de interés y partidos políticos, que utilizando sus mayorías legislativas, disponían de los recursos públicos como si fuesen propios, teniendo de por medio el condicionamiento para la asignación de presupuesto público, cobraban jugosos porcentajes, mismos que circulaban en efectivo y que se había vuelto una práctica usual en San Lázaro, el desfile de presidentes municipales, gobernadores, funcionarios públicos y todo aquel interesado en llevar una mochada del pastel presupuestario, en perjuicio de las políticas públicas y del pueblo de México que se quedaban sin recursos.

A partir de esta disposición, que fue muy importante para que el Ejecutivo, el que recuperarse la rectoría del presupuesto, aprobado de forma exclusiva por el Poder Legislativo, en particular por la Cámara de Diputados federal, se llevó esta buena práctica a los congresos locales extraídos de la coalición juntos haremos historia, cerrando definitivamente la asignación de partidas discrecionales o el etiquetado de recursos públicos para ciertas obras específicas, que anteriormente se pactaban entre órdenes de gobierno, legisladores y funcionarios públicos; haciendo un mal uso de la facultad que tienen los congresos locales para la aprobación de los presupuestos de las entidades federativas.

En la actual Legislatura a través de la Comisión que me honro en presidir que es la de Hacienda y Presupuesto, en el Pleno del Congreso aprobamos con total transparencia un presupuesto histórico para el Estado de Hidalgo, mismo que se ejercerá durante el presente año 2024; es un presupuesto que más allá de cifras y números contiene un rostro humano para atender las necesidades más sentidas de la población y de los sectores más vulnerables; se han logrado recursos sin precedentes para seguridad y justicia, mayores recursos para educación, garantizamos el presupuesto para salud y se lograron importantes incrementos para el campo, para los programas sociales, para el desarrollo de infraestructura en toda nuestra entidad; además, por ser año electoral en el rubro que tiene que ver con el Instituto Estatal Electoral y la impartición de la justicia en esta materia, se estableció un incremento sustantivo para garantizar la vida democrática en nuestro Estado y todos podamos ejercer nuestro derecho a decidir en las próximas elecciones. Aquí una muestra clara de coordinación entre Poderes para hacer del presupuesto un instrumento transformador en beneficio del pueblo de Hidalgo.

Me parece fundamental para el Estado de Derecho y para lograr la Transformación de nuestro Estado y del país que se haya desterrado la práctica de los moches disfrazada de gestión social y del etiquetado caprichoso de obras públicas, porque al final esto era una práctica sumamente corrupta que perjudicaban profundamente a la población; sin embargo, las y los diputados, así como todo representante popular que hemos sido elegidos de manera directa y popular a través del voto democrático, tenemos el derecho de gestionar honesta y transparentemente obras y servicios en beneficio de nuestros electores de nuestros distritos y de nuestro Estado en general, porque las funciones de un diputado o diputada, si bien parten de la premisa de legislar, también no debemos de perder de vista lo que significa ser representante del pueblo y esto incluye el escuchar, analizar y estudiar las demandas de toda la población para atenderlas en el uso de nuestras facultades y atribuciones en el presupuesto, para aprobar o redireccionar, pero sobre todo, construir política con base en el diálogo democrático, el cual permite poner sobre la mesa, sin intenciones mezquinas o intereses de grupo las necesidades de nuestros electores.

Este debate tiene que ver con la legitimidad que tenemos las y los legisladores de ser representantes de la población, ya que han sido ellos quienes nos han elegido para velar por sus intereses; por lo tanto, defiendo el derecho y la legitimidad que tenemos los representantes de la población para realizar gestiones que tienen una pureza de intención y que benefician sin sesgos y prebendas a la mayoría de la población.

En el marco de la legalidad tenemos todo el derecho y la legitimidad de realizar cuántas gestiones sean necesarias en beneficio del interés superior de la población, actuando como lo he manifestado y lo reitero, con total legalidad, imparcialidad, equidad y honestidad, con la finalidad de contribuir con el bienestar del pueblo que es a quien nos debemos.

“… La transformación exige de grandes objetivos que sólo se cumplen mediante el esfuerzo, la disciplina cotidiana y la convicción de aportar por el bien común…” Osiris Leines.