Parejas flechadas salen y pasean en las calles

Parejas de hombres tomados de la mano, y de mujeres también, lo mismo que novios heterosexuales de todas las edades, ayer disfrutaron abiertamente en las calles de la capital hidalguense y en las plazas comerciales, que se encuentran flechados por Cupido.

Los hubo cobijados con chamarras y bufandas, y también solamente con chaleco y en mangas de playera, sin importarles el gélido aire que sopló en Pachuca, Mineral de la Reforma, Real del Monte y Zempoala, les volaba el tocado, gorras o sombreros a la moda.

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Compartiendo un paste y con la alegría del Día del Amor y la Amistad o Día de San Valentín, los novios caminaron por los alrededores de las tradicionales ubicaciones, como el Reloj Monumental, Plaza Juárez o la Zona Plateada.

Mientras empleadas y empleados de mostrador arreglaban sus escaparates, limpiaban productos de aparador y daban precios de “aquella bolsita de color rosa”, “ese reloj de hombre”, los enamorados también se limpiaban las manos de que se les comenzaba a derretir la paleta o su helado.

Otros más apenados se daban disculpas, porque por falta de dinero no pudieron dar obsequios materiales, y la pareja se conformó con un beso. Otros más, se quedaron largos minutos esperando el arribo de la pareja, con regalo y globo en mano. Apurados también, se vio a empleados de moteles a pie de carretera, muy de mañana, colocando adornos con globos en colores blanco y rojo. Lo más común, un enorme corazón a la entrada de los coches, y cartulinas con los precios de la renta de sus habitaciones.

“Porqué me tomas foto, respeta nuestra privacidad”, refunfuño un novio en un establecimiento de barbacoa, tapándose la cara con un mano, mientras su novio divertido lo veía, y simultáneamente posaba para la lente, sin dejar de acariciarle la mano.

Casos singulares como ese, y otros más comunes, como orillarse un coche y la carrera de un vendedor de ramos de flores para llegar hasta el lado del acompañante, para después del intercambio por dinero, llevarse la mano al pecho y cara, dibujando la bendición de su primera venta del día, ya avanzadas las horas del mismo.