/ domingo 7 de octubre de 2018

Un país en desgracia

Pachuca, Hidalgo.- No hay mayor síntoma de crisis en un paísque la huida masiva de la población. Cuando de un país se salenlos habitantes para ir a dondequiera, es que no se puede vivirahí. En Venezuela, el país es manejado por un personaje muyignorante, las personas ya no desean vivir ahí. Prueba de ello, esla gran evasión que se está dando de este país a sus vecinos enAmérica del Sur. Miles de venezolanos se van porque literalmenteno hay que comer, no vale nada la moneda, comprar un poco de comidaes una hazaña. Y ya no digamos los servicios médicos, educativosy otros. Pero lo más delicado es vivir bajo un régimendictatorial que cree que está haciendo un buen gobierno cuando enrealidad se está equivocando en todo y aparte restringe laactividad política si no es la de su propio grupo. La oposiciónestá en la cárcel, los líderes destacados como HenriqueCapriles, Leopoldo López, María Corina Machado y otros sonperseguidos o están privados de la libertad y sus familiashostigadas. Maduro es un clásico dictador que no tiene remedio. Yel problema es que la crisis política en dicho país no tienesolución, porque en cuanto una persona destaca por encabezaralgunos grupos de otra opción política, el dictador Maduro losconsidera enemigos y sin ningún reparo los persigue hastaencerrarlos. Uno de los sentimientos o instintos más arraigadosen el hombre aparte del de conservación, es el del arraigo y latendencia a estar en el lugar de origen; así que cuando loshabitantes, sobre todo los jóvenes de un país se van es que deveras la cuestión está muy mal. Ahí todo empezó con la llegadadel conocido Hugo Chávez, quien estableció en Venezuela unrégimen totalitario y que al enfermar de cáncer heredó en cargoa su chofer. Este Maduro no tiene ni el liderazgo ni la capacidadde Chávez, pero se ha aferrado al poder creando una dictadura peorque la anterior. Da tristeza ver por la televisión a losvenezolanos emigrando y empezar su calvario de trámites yoportunidades para establecerse en otro país, comenzando por lasfronteras y sus obstáculos. Así como tener las dificultadespropias de trabajo de los emigrantes, cuando vivían en un paísque se suponía era rico pero que las torpes políticas económicasde su régimen han derrumbado hasta el grado de llevarlo a lapobreza colectiva. También vimos a este dictador de pacotilla degira por Turquía, comiendo en un carísimo restaurante mientrasque su gente padece hambre. Me parece excelente la idea delSecretario Gral. de la OEA, Luis Almagro, al decir que en Venezueladebe contemplarse ya la intervención armada para derribar a lacaricatura de Presidente que tienen. Claro que Maduro puso el gritoen el cielo, pero es que este país no tiene remedio. Soypartidario de acabar con los dictadores desde el principio antes deque provoquen problemas mayores, solo repasemos la historia yverán que tengo razón.

Pachuca, Hidalgo.- No hay mayor síntoma de crisis en un paísque la huida masiva de la población. Cuando de un país se salenlos habitantes para ir a dondequiera, es que no se puede vivirahí. En Venezuela, el país es manejado por un personaje muyignorante, las personas ya no desean vivir ahí. Prueba de ello, esla gran evasión que se está dando de este país a sus vecinos enAmérica del Sur. Miles de venezolanos se van porque literalmenteno hay que comer, no vale nada la moneda, comprar un poco de comidaes una hazaña. Y ya no digamos los servicios médicos, educativosy otros. Pero lo más delicado es vivir bajo un régimendictatorial que cree que está haciendo un buen gobierno cuando enrealidad se está equivocando en todo y aparte restringe laactividad política si no es la de su propio grupo. La oposiciónestá en la cárcel, los líderes destacados como HenriqueCapriles, Leopoldo López, María Corina Machado y otros sonperseguidos o están privados de la libertad y sus familiashostigadas. Maduro es un clásico dictador que no tiene remedio. Yel problema es que la crisis política en dicho país no tienesolución, porque en cuanto una persona destaca por encabezaralgunos grupos de otra opción política, el dictador Maduro losconsidera enemigos y sin ningún reparo los persigue hastaencerrarlos. Uno de los sentimientos o instintos más arraigadosen el hombre aparte del de conservación, es el del arraigo y latendencia a estar en el lugar de origen; así que cuando loshabitantes, sobre todo los jóvenes de un país se van es que deveras la cuestión está muy mal. Ahí todo empezó con la llegadadel conocido Hugo Chávez, quien estableció en Venezuela unrégimen totalitario y que al enfermar de cáncer heredó en cargoa su chofer. Este Maduro no tiene ni el liderazgo ni la capacidadde Chávez, pero se ha aferrado al poder creando una dictadura peorque la anterior. Da tristeza ver por la televisión a losvenezolanos emigrando y empezar su calvario de trámites yoportunidades para establecerse en otro país, comenzando por lasfronteras y sus obstáculos. Así como tener las dificultadespropias de trabajo de los emigrantes, cuando vivían en un paísque se suponía era rico pero que las torpes políticas económicasde su régimen han derrumbado hasta el grado de llevarlo a lapobreza colectiva. También vimos a este dictador de pacotilla degira por Turquía, comiendo en un carísimo restaurante mientrasque su gente padece hambre. Me parece excelente la idea delSecretario Gral. de la OEA, Luis Almagro, al decir que en Venezueladebe contemplarse ya la intervención armada para derribar a lacaricatura de Presidente que tienen. Claro que Maduro puso el gritoen el cielo, pero es que este país no tiene remedio. Soypartidario de acabar con los dictadores desde el principio antes deque provoquen problemas mayores, solo repasemos la historia yverán que tengo razón.