/ domingo 13 de febrero de 2022

Los ferrocarriles y la electricidad en Hidalgo

Cuando Porfirio Díaz inició la construcción de vías férreas en forma masiva para que el ferrocarril llegara a importantes capitales de estado y a regiones productivas del país imitando el modelo americano de la comunicación por medio de pesados trenes, los gobernadores porfiristas se apuntaron también y se asociaron con empresarios para la introducción del ferrocarril.

Aquí en el recién creado Estado de Hidalgo, el Gobernador Rafael Cravioto vio lo importante y necesario que eran estas acciones de comunicar pueblos, ciudades y regiones y de acuerdo con un ilustre empresario hidalguense, el Ing. Gabriel Mancera destinaron recursos e invirtieron para hacer las obras. Así era en esos tiempos, ya que no había leyes que impidieran a los gobernantes participar asociados en los grandes negocios. Ahora ya hay esos impedimentos y de todos modos muchos gobernantes lo hacen.

A finales del Siglo XIX el desarrollo del país se debió a esta unión entre gobernadores y empresarios, es decir entre el poder económico y el poder político. Así creció también el negocio de la generación, distribución y venta de la energía eléctrica. Como dos ejemplos en Hidalgo de este tipo de infraestructura están en Pachuca y la comarca minera, los empresarios Landeros, que desde las presas de Santa María y San Miguel Regla en la región de Huasca enviaban a Pachuca la energía que producían allá en esa región.

En la zona de Tasquillo y parte del Valle del Mezquital, hizo su aparición el empresario inglés Richard Honey quien benefició a esa región produciendo la misma energía. Gente trabajadora que por supuesto contaban con el apoyo de los gobernantes en turno por el beneficio tan grande que estas energías tenían para el pueblo. Cuando empezó la oferta de energía eléctrica en Pachuca y las minas a principios del Siglo XX se dejó a un lado el uso de la energía del vapor de agua y llegó un momento en que ya no se podía prescindir de la energía eléctrica recién usada.

Así fue en el país hasta que a mitad del siglo XX el Presidente López Mateos nacionalizó toda la industria y el Gobierno se hizo cargo de la energía para zonas habitacionales, para el alumbrado público en las ciudades y muy importante también para la industria. Así pues sucedió también con los ferrocarriles que en Hidalgo por ejemplo llegaron para comunicar pasajeros y para introducir y sacar productos agrícolas y manufacturados, sin olvidar el correo, tan usado en dichos tiempos de finales del siglo XIX y casi todo el XX.

En Hidalgo se comunicaron por medio del ferrocarril construyendo además estaciones en seis lugares: Apan, Cruz Azul (cerca de Tula), Tulancingo, Pachuca,. Irolo (junto a Tepeapulco y Cd. Sahagún) y Ometuzco. Las vías férreas iniciados por los precursores ya mencionados fueron factor básico en el Porfiriato para el desarrollo del estado. Hay una tendencia actual para pedir al gobierno que se rehabilite el sistema ferroviario y funcione como en los grandes países del mundo. Veremos y diremos. Febrero de 2022.

Cuando Porfirio Díaz inició la construcción de vías férreas en forma masiva para que el ferrocarril llegara a importantes capitales de estado y a regiones productivas del país imitando el modelo americano de la comunicación por medio de pesados trenes, los gobernadores porfiristas se apuntaron también y se asociaron con empresarios para la introducción del ferrocarril.

Aquí en el recién creado Estado de Hidalgo, el Gobernador Rafael Cravioto vio lo importante y necesario que eran estas acciones de comunicar pueblos, ciudades y regiones y de acuerdo con un ilustre empresario hidalguense, el Ing. Gabriel Mancera destinaron recursos e invirtieron para hacer las obras. Así era en esos tiempos, ya que no había leyes que impidieran a los gobernantes participar asociados en los grandes negocios. Ahora ya hay esos impedimentos y de todos modos muchos gobernantes lo hacen.

A finales del Siglo XIX el desarrollo del país se debió a esta unión entre gobernadores y empresarios, es decir entre el poder económico y el poder político. Así creció también el negocio de la generación, distribución y venta de la energía eléctrica. Como dos ejemplos en Hidalgo de este tipo de infraestructura están en Pachuca y la comarca minera, los empresarios Landeros, que desde las presas de Santa María y San Miguel Regla en la región de Huasca enviaban a Pachuca la energía que producían allá en esa región.

En la zona de Tasquillo y parte del Valle del Mezquital, hizo su aparición el empresario inglés Richard Honey quien benefició a esa región produciendo la misma energía. Gente trabajadora que por supuesto contaban con el apoyo de los gobernantes en turno por el beneficio tan grande que estas energías tenían para el pueblo. Cuando empezó la oferta de energía eléctrica en Pachuca y las minas a principios del Siglo XX se dejó a un lado el uso de la energía del vapor de agua y llegó un momento en que ya no se podía prescindir de la energía eléctrica recién usada.

Así fue en el país hasta que a mitad del siglo XX el Presidente López Mateos nacionalizó toda la industria y el Gobierno se hizo cargo de la energía para zonas habitacionales, para el alumbrado público en las ciudades y muy importante también para la industria. Así pues sucedió también con los ferrocarriles que en Hidalgo por ejemplo llegaron para comunicar pasajeros y para introducir y sacar productos agrícolas y manufacturados, sin olvidar el correo, tan usado en dichos tiempos de finales del siglo XIX y casi todo el XX.

En Hidalgo se comunicaron por medio del ferrocarril construyendo además estaciones en seis lugares: Apan, Cruz Azul (cerca de Tula), Tulancingo, Pachuca,. Irolo (junto a Tepeapulco y Cd. Sahagún) y Ometuzco. Las vías férreas iniciados por los precursores ya mencionados fueron factor básico en el Porfiriato para el desarrollo del estado. Hay una tendencia actual para pedir al gobierno que se rehabilite el sistema ferroviario y funcione como en los grandes países del mundo. Veremos y diremos. Febrero de 2022.