/ lunes 18 de julio de 2022

En Palmitas y Cubitos poco ha cambiado con el macromural 

Durante tres años, a partir del 2015 y hasta el 2018, se trabajó para hacer realidad el conocido Macromural Palmitas-Cubitos, en los barrios altos que caracterizan a Pachuca, capital del estado de Hidalgo.

Ello requirió de una millonaria inversión y consistió en pintar las fachadas de poco más de 650 viviendas de las colonias Palmitas y Cubitos, cuya superficie en conjunto sumó 40 mil metros cuadrados.

El dinero utilizado fue aportado por los gobiernos federal y municipal, además de algunas contribuciones de empresas privadas que gracias a ello recibieron la publicidad correspondiente.

Esta obra pictórica tenía muchos objetivos, según explicaron las diferentes autoridades que se vieron involucradas. Entre ellos: generar cohesión social; que los vecinos se conocieran entre sí; inhibir conductas delictivas; recuperar el tejido social; fomentar la integración familiar; disminuir los índices de violencia, del alcoholismo y la drogacción e incluso buscaban atraer al turismo nacional e internacional.

Se buscaba mejorar la calidad de vida de poco menos de dos mil personas que habitan la zona. Pero parece que poco ha cambiado desde entonces. Quizá no basta con colorear las fachadas de los hogares. Sin duda se requieren políticas públicas que mejoren la seguridad en la zona, que impulsen la creación de empleo y generen oportunidades de desarrollo profesional, así como acciones culturales y educativas.

No todas las personas que viven en esas colonias de Pachuca son drogadictas o alcohólicas, como tampoco delincuentes.

DICEN QUE LAS CIUDADES GRISES SON DEPRIMENTES

De acuerdo con especialistas, aquellas colonias donde las familias autoconstruyen sus viviendas y las dejan sin acabados porque no hay recursos económicos para ello, en las que prevalece el color del block y del cemento que se utilizan para levantar muros, generan depresión en sus habitantes.

Las llamadas ciudades grises influyen negativamente en el estado de ánimo de quienes las habitan, aunado a que generalmente se trata de colonias marginadas, donde hay altos índices de pobreza.

Por ello se considera que al borrar el gris y llenar la zona con colores la ciudadanía tendrá una razón menos para sentirse mal. Es muy posible que así sea, pero colorear las casas no resuelve la economía familiar, no soluciona el desempleo y no es la fórmula mágica para acercar a los jóvenes a la educación y alejarlos de las drogas.

Por ello las autoridades municipales actuales y el gobierno estatal entrante tienen la obligación de trabajar para de verdad cambiar la realidad de miles de personas que viven en los barrios altos de Pachuca, entre otros lugares de la entidad.

YA NO ALCANZA PARA LA CANASTA BÁSICA

Desafortunadamente el estado de Hidalgo se convirtió en el cuarto estado de la república en donde el ingreso de las personas que tienen un empleo no les permite comprar siquiera los productos de la canasta básica.

La entidad se ubicó sólo por debajo de Chiapas, Guerrero y Oaxaca, en ese orden, de acuerdo con información emitida por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Así que es el momento de reducir la informalidad, de incrementar los empleos formales y de mejorar los salarios.

Vienen seis años muy importantes, ya que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha dejado de ser gobierno y hoy el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) tiene en sus manos la oportunidad de realizar una verdadera transformación.

Ya veremos.


Durante tres años, a partir del 2015 y hasta el 2018, se trabajó para hacer realidad el conocido Macromural Palmitas-Cubitos, en los barrios altos que caracterizan a Pachuca, capital del estado de Hidalgo.

Ello requirió de una millonaria inversión y consistió en pintar las fachadas de poco más de 650 viviendas de las colonias Palmitas y Cubitos, cuya superficie en conjunto sumó 40 mil metros cuadrados.

El dinero utilizado fue aportado por los gobiernos federal y municipal, además de algunas contribuciones de empresas privadas que gracias a ello recibieron la publicidad correspondiente.

Esta obra pictórica tenía muchos objetivos, según explicaron las diferentes autoridades que se vieron involucradas. Entre ellos: generar cohesión social; que los vecinos se conocieran entre sí; inhibir conductas delictivas; recuperar el tejido social; fomentar la integración familiar; disminuir los índices de violencia, del alcoholismo y la drogacción e incluso buscaban atraer al turismo nacional e internacional.

Se buscaba mejorar la calidad de vida de poco menos de dos mil personas que habitan la zona. Pero parece que poco ha cambiado desde entonces. Quizá no basta con colorear las fachadas de los hogares. Sin duda se requieren políticas públicas que mejoren la seguridad en la zona, que impulsen la creación de empleo y generen oportunidades de desarrollo profesional, así como acciones culturales y educativas.

No todas las personas que viven en esas colonias de Pachuca son drogadictas o alcohólicas, como tampoco delincuentes.

DICEN QUE LAS CIUDADES GRISES SON DEPRIMENTES

De acuerdo con especialistas, aquellas colonias donde las familias autoconstruyen sus viviendas y las dejan sin acabados porque no hay recursos económicos para ello, en las que prevalece el color del block y del cemento que se utilizan para levantar muros, generan depresión en sus habitantes.

Las llamadas ciudades grises influyen negativamente en el estado de ánimo de quienes las habitan, aunado a que generalmente se trata de colonias marginadas, donde hay altos índices de pobreza.

Por ello se considera que al borrar el gris y llenar la zona con colores la ciudadanía tendrá una razón menos para sentirse mal. Es muy posible que así sea, pero colorear las casas no resuelve la economía familiar, no soluciona el desempleo y no es la fórmula mágica para acercar a los jóvenes a la educación y alejarlos de las drogas.

Por ello las autoridades municipales actuales y el gobierno estatal entrante tienen la obligación de trabajar para de verdad cambiar la realidad de miles de personas que viven en los barrios altos de Pachuca, entre otros lugares de la entidad.

YA NO ALCANZA PARA LA CANASTA BÁSICA

Desafortunadamente el estado de Hidalgo se convirtió en el cuarto estado de la república en donde el ingreso de las personas que tienen un empleo no les permite comprar siquiera los productos de la canasta básica.

La entidad se ubicó sólo por debajo de Chiapas, Guerrero y Oaxaca, en ese orden, de acuerdo con información emitida por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Así que es el momento de reducir la informalidad, de incrementar los empleos formales y de mejorar los salarios.

Vienen seis años muy importantes, ya que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha dejado de ser gobierno y hoy el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) tiene en sus manos la oportunidad de realizar una verdadera transformación.

Ya veremos.