EL PRI VIVE UN MOMENTO DIFÍCIL
Ayer se realizaron los comicios internos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para elegir a su nueva dirigencia nacional y más allá del resultado, lo que debe llamar la atención a las cúpulas priistas es que la respuesta de su militancia no fue muy alta.
Muchos pueden ser los factores de ello.
Pero los priistas no se pueden dar el lujo de ignorar lo que es un síntoma de la necesidad de voltear a ver a la militancia, a los jóvenes que entregan su tiempo y trabajo anhelando tener una oportunidad para ser candidato a un cargo de elección popular u ocupar un cargo dentro de la estructura partidista.
Esos hombres y mujeres que durante años hacen la talacha sin que la oportunidad llegue para ellos, mientras que los de siempre pasan de una diputación local a una presidencia municipal o a una diputación federal y luego a un escaño en el Senado de la República para luego aspirar a ser gobernadores de sus entidades. Y lo peor, luego son sus hijos o familiares los que destacan, en ocasiones sin tener trayectoria alguna.
Esto no se trata de ir a visitar a los militantes, escucharlos y hablarles. Se trata de tomarlos en cuenta para una renovación real de ese partido que durante décadas construyó un gran país.
El PRI tiene sangre nueva que puede contribuir a la reestructuración que le permita organizarse para estar en situación de recuperar terreno de cara a los siguientes comicios electorales.
Es el mejor momento para pulsar y tomar las decisiones correctas, las necesarias.
El Revolucionario Institucional no está en un buen momento. Será muy difícil su reincorporación, toda vez que entrará a una etapa en la que las oportunidades de ocupar una posición serán reducidas y habrá muchos aspirantes.
Recordemos que es un partido opositor en este nuevo régimen, pero no se ha escuchado su voz hasta ahora.
Debe fortalecerse para ser escuchado, para que sus acciones tengan el impacto requerido. Necesita ser una oposición fuerte, sin olvidar que en algunas entidades, como Hidalgo, es gobierno y debe trabajar para atender a la ciudadanía. Por ello los gobernadores jugarán un papel fundamental.
Esos mandatarios estatales que durante la campaña presidencial fueron maltratados por el entonces presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, quien mostró su desconocimiento y su falta de militancia.
El priismo debe encontrar la fórmula correcta para equilibrar sus fuerzas internas.
Pero no es el único partido, prácticamente todos los institutos políticos se encuentran en un momento complicado, incluido Morena, ya que viven procesos similares de renovación de sus dirigencias.