SAYONARA VARGAS
Decimos que es el momento de las mujeres pero en realidad, ese momento debe iniciar desde su propia formación y debemos empeñarnos desde ya, en empoderarse de manera permanente, sobre todo a las niñas y adolescentes por medio de la educación.
Es bien sabido que a lo largo de la historia y no solo en nuestro país, las mujeres han tenido un lugar secundario en la toma de decisiones laborales, en cargos de nivel relevante, en la política, incluso en la propia religión, aún no puede una mujer acceder a los grupos de poder.
Pero las voces que se escuchan son de libertad e igualdad en la participación de la mujer y sobre todo en el acceso a la escuela, porque este factor de inserción escolar, es lo que le permitirá a una adolescente aspirar a una movilidad social, es decir, a progresar. Por eso la importancia de poner en los reflectores sociales a la escuela como un lugar seguro para las niñas y adolescentes.
Hemos sido testigos de las cifras que ya no sorprenden, pero que son realmente tristes, según la UNESCO existen 132 millones de niñas entre 6 y 17 años que no asisten a la escuela. Esta cifra es la que nos debería motivar para unir nuestras voces y acciones en busca de un dique seguro para ellas.
Pero, ¿Por qué decir que la escuela es un lugar seguro para ellas? La respuesta a esta interrogante está llena de ventajas: La escuela contribuye a formar buenos hijos, vecinos y ciudadanos exitosos. La educación puede ayudar a superar la pobreza mediante una sólida colaboración al crecimiento económico sostenido como una causa fundamental que aporta bienestar a las personas. Permanecer en la escuela nos ayuda a reducir las desigualdades sociales. Nos ayuda a promover una mayor inclusión social e integración cultural. Contribuye a generar una mayor cohesión social y a la prevención de la corrupción y la violencia.
José Vasconcelos afirmaba: ``Hacer de la escuela una casa del pueblo. Con ello afirmaba que todos tienen el derecho de acceder a la educación y en consecuencia, permite reducir la brecha de desigualdad entre los pueblos.
En definitiva, cada uno de los que habitamos esta sociedad debemos incentivar desde cualquier trinchera el deseo de las niñas y adolescentes de permanecer en la escuela, de enfocarse en el aprendizaje para empoderarse a través de la educación.
La educación hace que crezcas, que sueñes, que persigas un sueño y que logres lo que te propongas.
Las de chile seco
En Tula, la tempestad no cesa. Las escuelas en nuestro país, seguramente reflexionan sobre incorporar una asignatura exclusiva sobre el cuidado del medio ambiente.