/ miércoles 10 de noviembre de 2021

167 Aniversario de Tulancingo como Villa

Alrededor de la riqueza histórica de Tulancingo, y de los diferentes nombres que ha adoptado con el paso del tiempo, está el de villa de Tulancingo de Santa Anna.

Distinción que fue concedida por el presidente Antonio López de Santa Anna, en un decreto del gobierno, emitido el 9 de noviembre de 1854.

Especial cariño tenía por esta región de nuestro estado, que nombró a un batallón de caballería los Coraceros de Tulancingo, mismo que año con año desfila a lado de los ejércitos que han defendido a la nación.

Este nombramiento habría de perdurar por varios años, hasta que en 1868, el 17 de abril, recibiera la elevación al grado de ciudad, llamando a este rincón del mundo, Tulancingo de Bravo, en consideración al heroísmo de Nicolás Bravo.

Sultana, valle, pueblo, tributario y señorío; que al transitar del tiempo, fue clave para el desarrollo de diversas etapas históricas de nuestro estado y la nación.

Cuna de Toltecas, casa de Quetzalcóatl, y rincón prehistórico que guarda aún secretos de las primeras civilizaciones de nuestra región.

Cocina para la mejor barbacoa, y del rico guajolote, del mole de Santa Ana; sabores tradicionales que destacan al probar.

Rinconcito donde la danza, la música se hace una sola, mientras los artesanos nos regalan su cosmovisión en piezas únicas.

De esa riqueza histórica, los tulancinguenses nos alimentamos para continuar avanzando, y ser una ciudad de empuje, moderna y vanguardia.

Eso es Tulancingo y su historia, eso es Hidalgo y sus regiones, eso somos en México, México de colores.

Felicidades Villa de Tulancingo.

Alrededor de la riqueza histórica de Tulancingo, y de los diferentes nombres que ha adoptado con el paso del tiempo, está el de villa de Tulancingo de Santa Anna.

Distinción que fue concedida por el presidente Antonio López de Santa Anna, en un decreto del gobierno, emitido el 9 de noviembre de 1854.

Especial cariño tenía por esta región de nuestro estado, que nombró a un batallón de caballería los Coraceros de Tulancingo, mismo que año con año desfila a lado de los ejércitos que han defendido a la nación.

Este nombramiento habría de perdurar por varios años, hasta que en 1868, el 17 de abril, recibiera la elevación al grado de ciudad, llamando a este rincón del mundo, Tulancingo de Bravo, en consideración al heroísmo de Nicolás Bravo.

Sultana, valle, pueblo, tributario y señorío; que al transitar del tiempo, fue clave para el desarrollo de diversas etapas históricas de nuestro estado y la nación.

Cuna de Toltecas, casa de Quetzalcóatl, y rincón prehistórico que guarda aún secretos de las primeras civilizaciones de nuestra región.

Cocina para la mejor barbacoa, y del rico guajolote, del mole de Santa Ana; sabores tradicionales que destacan al probar.

Rinconcito donde la danza, la música se hace una sola, mientras los artesanos nos regalan su cosmovisión en piezas únicas.

De esa riqueza histórica, los tulancinguenses nos alimentamos para continuar avanzando, y ser una ciudad de empuje, moderna y vanguardia.

Eso es Tulancingo y su historia, eso es Hidalgo y sus regiones, eso somos en México, México de colores.

Felicidades Villa de Tulancingo.