Cuando la sensación de derrota es mal gestionada o manejada puede orillar al suicidio o el aislamiento social del individuo; el efecto si dura más de 15 días, requiere de atención especializada, informó la psicóloga Wendy Paulina Correa Castro. “La competitividad es un instinto natural que siempre se nos ha inculcado; competimos en el deporte, en lo laboral y otros aspectos de la vida. Depende de uno ver la recompensa”, explicó. El sistema de recompensas es gratificante para el vencedor, dijo, como parte de lo que representa para el que gana.

En psicología no existe una clasificación como tal de derrota electoral, pero enfocándose a los cientos de candidatos que no alcanzaron la mayoría de votos el pasado 18 de octubre en los comicios para renovar los ayuntamientos, refirió que la sensación y sus efectos no deben durar más de 15 días. “Cuesta trabajo digerirla porque acarrea sentimientos y sensaciones de malestar, que podría resolverse con una serie de dinámicas con un sistema de recompensas, que nos deje un aprendizaje, generemos sentimientos de bienestar”, sugirió la profesional en salud mental.

Una de esas experiencias que deja la derrota, “nos provocaría ser más hábiles y hacernos más competitivos”. Por ello, recomendó analizar, aprender y desarrollar más habilidades y explotarlas. En casos extremos, por un mal manejo o gestión de esa sensación, la persona podría suicidarse o aislarse socialmente “porque no se tiene la mentalidad de la derrota” y es necesario ayuda profesional, subrayó.