Luego del incendio ocurrido el domingo 19 de febrero en la dulcería Cravioto, sucursal Central de Abastos, todavía se desconoce la causa por la que inició el siniestro, cuyo dictámen será dado conocer posteriormente por la dirección de Protección Civil de Pachuca. Debido a las diligencias que continúan, los empleados no están laborando. Las pérdidas son millonarias.
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Al respecto, Sergio Baños Rubio, alcalde de la ciudad, mencionó que al parecer no hubo daños al exterior de la estructura, pero eso lo confirmará Protección Civil, más allá de todo “es una terrible desgracia lo que sucedió con esta empresa”, expresó.
Las labores para sofocar el fuego tardaron alrededor de dos horas, en ese sentido, se detalló que fueron alrededor de 40 elementos los que atendieron la emergencia, por lo que el presidente agradeció al Cuerpo de Bomberos y a los elementos de Protección Civil del estado y de municipios aledaños: “Desde aquí el apoyo y respaldo a todos, esa es la única forma de salir adelante, fue un trabajo de forma coordinada”, dijo.
La empresa de dulces hidalguense, inició operaciones en Tulancingo, posteriormente se hizo de dos sucursales en Pachuca y otras más en distintos municipios del estado de Hidalgo, por lo que el alcalde mencionó que estará pendiente de los empresarios, para que puedan fortalecerse ante este tipo de circunstancias: “Es una situación devastadora como en un ratito se acaba todo lo que hay de inversión y la generación de empleo”, lamentó.
De igual modo, se reconoció la labor de la Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas Intermunicipales (Caasim), quien aportó más de 15 pipas para acabar con las llamas, las cuales colapsaron de manera importante la parte de arriba del local, que estaba adaptado como bodega en donde tenían hules y cables.
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La tienda de golosinas ubicada en el número 100 del bulevar Valle de San Javier en la Central de Abastos, operaba de 07:00 a 19:00 horas de lunes a sábado y los domingos hasta las 18:00 horas por lo que al momento del percance, los trabajadores se encontraban laborando con normalidad en la sucursal, resultando con crisis nerviosas al ver la manera en que se consumía el lugar.
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