ATITALAQUÍA, Hgo.-He padecido hambre, desolación, tristeza y hasta miedo al hacer mi travesía a los Estados Unidos de Norteamérica para buscar el sueño americano, ya que estoy en un país que es México que no conozco y no sabes lo que te puedes encontrar a tu paso.
Además, es un riesgo viajar de “mosca” en el ferrocarril y aguantar las inclemencias del tiempo pero al final hay una ilusión de llegar a la Unión Americana para trabajar de lo que sea y ganar muchos dólares que ayudarán a mantener a mi familia que se quedó en mi país natal Guatemala.
Así lo afirmó, ayer, Mario Hernández Gómez, quien es un joven migrante durante su paso por este municipio de Atitalaquia.
Aseguró que en muchas ocasiones se queda a dormir en la calle o en bancas de jardines públicos aguantando el frío o lluvia en la noche.
“A veces le pido a la gente que me apoye con algo para comer o les digo que si quieren que los ayude en quehaceres pero casi siempre desconfían las personas porque uno es migrante” señaló el entrevistado de treinta y seis años de edad y nativo del departamento Escuintla de Guatemala.
Con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos, dijo que se encomienda mucho en Dios y confía que lo va ayudar para salir adelante en la vida y llegar a su destino.
Mario Hernández recordó que salió el día dieciocho de mayo de su país natal hacia los Estados Unidos de Norteamérica.
“Éramos dos, un amigo y yo, que decidimos realizar esta travesía en busca del sueño americano, sin embargo, él decidió quedarse en Villahermosa Tabasco y yo continué con mi camino al país del norte” refirió el migrante.
En confianza, citó que él se desempeña como soldador y en la Unión Americana trabajará de lo que sea, todo para poder enviar dólares a su familia para que se mantenga y también para pagar unas deudas económicas que tiene él allá.
Finalizó diciendo que no tiene fecha para llegar a su destino, sin embargo, confía que así sea para salir adelante en la vida.
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