En Hidalgo, como en el resto del país, ocho de cada diez niños padecen sobrepeso u obesidad, problema que se deriva de la falta de actividad física y de alimentación balanceada, informó la nutrióloga encargada del área de nutrición infantil del Hospital General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Pachuca, Lorena Ivet Ortiz Alarcón.
La especialista en nutrición reconoció que las nuevas generaciones cada vez se alimentan de peor manera con productos industriales altos en azúcares y grasas que no proveen de los nutrientes necesarios que requieren los menores para su desarrollo integral, aunado a que también han cambiado los hábitos recurrentes.
De acuerdo con la experta en nutrición infantil, los infantes no deben abusar de grasas y lípidos que se concentran en la comida rápida, pero los padres de familia por sus diversas actividades han optado por comprar productos en tiendas para los infantes o darles dinero que no contribuyen a su adecuada alimentación.
Agregó que para una alimentación balanceada los infantes deben consumir entre el 50 y 55 por ciento de carbohidratos contenidos en el pan, arroz, pastas, entre otros, mientras que el 15 o 20 por ciento para las proteínas en queso, huevo, pollo, y el 20 por ciento en grasas de origen vegetal como aceite de oliva, oleaginosas, nueces, aguacates, entre otros.
Recomendó que los menores consuman por lo menos una vez a la semana carne roja que es rica en hierro, pero en mayor medida pollo o pescado que contienen más nutrientes para su desarrollo, así como por lo menos realizar 30 minutos de actividad física al menos tres veces a la semana desarrollando algún deporte de su agrado.
Ortiz Alarcón expuso que si una familia deja de gastar en productos innecesarios como pan dulce, galletas o productos chatarra puede ahorrarse entre 800 y mil 500 pesos semanales, los cuales pueden invertir en la compra de los ingredientes necesarios para la adecuada alimentación de los infantes.
Recordó que en México el 20 por ciento de la población con obesidad son niños, por lo que es un problema de salud pública que debe ser atendido principalmente con los padres de familia para alimentar adecuadamente a los menores de edad que pueden padecer problemas crónico degenerativos como cáncer, diabetes o hipertensión arterial.
