Después de 18 años de rehabilitación y una cirugía de cuatro horas para corregir el pie equino varo congénito (pies torcidos) con el cual nació en mayo de 2004, Eduardo Islas Morgado expresó que valió la pena que su papá y mamá buscarán la solución médica y que la encontrarán totalmente gratuita porque de lo contrario estaría postrado en una silla de ruedas.
Habitante de la colonia Sales y Minerales en Ciudad Sahagún, Tepeapulco, narró que días antes de cumplir su primer año de vida, entró al quirófano del Hospital Shriner en la Delegación Coyoacán, donde en cuatro horas le corrigieron la deformidad de sus extremidades inferiores que estaban hacia dentro y le impedirían un desarrollo normal.
La cirugía en aquel año les habría costado más de 200 mil pesos a sus padres, que por supuesto carecían de esa cantidad, pero gracias a que los canalizó un galeno particular de la Ciudad de México, no tuvo costo el servicio de alta especialidad como tampoco los 18 años de rehabilitación, destacó.
En una revisión en internet y lo que explicó el joven estudiante de Ingeniería Industrial del campus Sahagún de la UAEH, la intervención consistió en un alargamiento de los ligamentos del tendón, lo que fue un éxito porque en otros casos pudo haber requirido una segunda cirugía. En ocasiones se puede corregir sin operación, pero con Eduardo no fue así.
El año pasado conoció a Marco Polo Lezama Estrada, actual presidente del Club Shriner Hidalgo, a quien le presentó a la hija de Marisol, quien padece de displasia en la cadera, para que reciba el mismo beneficio que él y tenga una vida normal.
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“La verdad vale la pena (cuando no tienes los recursos económicos), para tener la oportunidad de desarrollarse, de tener una vida como yo: jugar, patear y estudiar, porque sería diferente, ahora estaría en una silla de ruedas”, resaltó el universitario.