/ miércoles 18 de octubre de 2023

Así era trabajar en la Estación Terrena: Sergio Durán

Fue un trabajador de 1984 hasta 2010, se desempeñó en el área operativa aunque también fue el encargado de la transmisión televisiva del Mundial de 1986

Sergio Durán Escamilla fue un trabajador de la Estación Terrena de 1984 hasta 2010, que se desempeñó en el área operativa aunque también fue el encargado de la transmisión televisiva del Mundial de 1986.

El 10 de octubre de 1968 fue puesta en marcha la Estación Terrena de Tulancingo con una antena parabólica de 32 metros de diámetro y un peso de 330 toneladas, llamada TUL-1 y de manufactura japonesa.

Para 1984, año en el que Durán entró a la estación, relató que para aquel entonces se planeaba que la estación tuviera una central télex, la cual funcionaba con teletipos y enviaba mensajes a cualquier parte del mundo a la par de lo que se escribía; estos teletipos fungieron como antecesores para la máquina de fax.

“Se iba a instalar aquí esa central (...) pero por cuestiones yo creo que de mercadeo no se llevó a cabo porque la intención era para las fábricas que en ese tiempo, en los años 70´s pues las fábricas textiles estaban en su apogeo”, explicó Durán.

Como el proyecto no se logró, Sergio Durán se quedó en el área de operación. Cuenta que la estación trabaja 24 horas los 365 días del año y operaba con tres turnos: el primero de 8 de la mañana a 2 de la tarde; otro de 2 de la tarde a 12 de la noche y de 12 de la noche a 8 de la mañana, siendo los de la tarde y noche terciados.

Además de la transmisión de los Juegos Olímpicos de 1968, otro de los momentos más gloriosos para la Estación Terrena fue cuando transmitieron el Mundial de 1986, del cual Sergio Durán estuvo a cargo.

“Yo estuve encargado de todos los eventos televisivos que fueron a través de la Estación (...) Desde que inició el mundial hasta que terminó, estar al pendiente de que todo saliera bien”, mencionó.

Aunque fue una gran experiencia, con ella estuvo inmerso el estrés de brindar una transmisión a los otros continentes que fuera de calidad, no se cruzara la información y no se invadieran los espacios.

Por el contrario, uno de los momentos más críticos que recuerda Durán es cuando se descompuso el sistema de orientación automático de la antena TUL-1 y se cayó.

“Todos los servicios cotizados en dólares, lo que implica que eran más caros que en pesos, nuestro principal enemigo era el tiempo. Nos costó mucho trabajo, hubo mucha presión porque fue mucho dinero el que se perdió (...) Eso fue lo peor que me pudo haber pasado a mí”, contó.

Añadió que prácticamente tuvo que hacerse una brigada de operadores para poder mover la antena y después ubicarla, lo que les tomó varias horas pues los trabajos comenzaron a las 8 de la mañana y terminaron hasta las 3 de la mañana.

Sin embargo, a pesar de la grandeza e importancia de la Estación Terrena, Sergio Durán relató que la decadencia llegó cuando en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), pues la privatización fue un golpe duro para el sector, como para muchos otros.

“Resurge Teléfonos de México agarrando otra vez fuerza porque le da el sistema de microondas, ellos lo adquieren a excepción del tramo México-Tulancingo que ese se queda manejado por el gobierno (...) En cuanto a televisión, Televisa empieza a crecer mucho porque están teniendo sus propias antenas (...) Ahí es donde empieza la decaida de la estación, gracias a la privatización”, mencionó Durán Escamilla.

Otro de los factores que remataron a la Estación Terrena fue la llegada de la tecnología en el ramo de las telecomunicaciones que por su innovación fueron desplazando a las antiguas tecnologías de la estación que, eventualmente, se volvió obsoleta.

Fue así como exactamente 50 años después de su primera transmisión, la Estación Terrena transmitió en abril del 2018 su última señal.

“Yo ya no estaba trabajando (...) me avisaron ´hoy es el último día que se transmite, ya tenemos orden de bajar la última señal´ y se acabó”, dijo Sergio.

Sergio Durán detalló que antes de que se diera la orden de bajar la última señal, la Estación Terrena ya había sido desmantelada puesto que los equipos ya no tenían ningún uso.

Actualmente, las famosas antenas de Tulancingo únicamente reciben mantenimiento y lamentablemente, aún su futuro es incierto pues la pasada administración gubernamental planeaba hacer del espacio un observatorio astronómico sin embargo, hasta el día de hoy no hay algún proyecto factible para salvar a la Estación Terrena.


Sergio Durán Escamilla fue un trabajador de la Estación Terrena de 1984 hasta 2010, que se desempeñó en el área operativa aunque también fue el encargado de la transmisión televisiva del Mundial de 1986.

El 10 de octubre de 1968 fue puesta en marcha la Estación Terrena de Tulancingo con una antena parabólica de 32 metros de diámetro y un peso de 330 toneladas, llamada TUL-1 y de manufactura japonesa.

Para 1984, año en el que Durán entró a la estación, relató que para aquel entonces se planeaba que la estación tuviera una central télex, la cual funcionaba con teletipos y enviaba mensajes a cualquier parte del mundo a la par de lo que se escribía; estos teletipos fungieron como antecesores para la máquina de fax.

“Se iba a instalar aquí esa central (...) pero por cuestiones yo creo que de mercadeo no se llevó a cabo porque la intención era para las fábricas que en ese tiempo, en los años 70´s pues las fábricas textiles estaban en su apogeo”, explicó Durán.

Como el proyecto no se logró, Sergio Durán se quedó en el área de operación. Cuenta que la estación trabaja 24 horas los 365 días del año y operaba con tres turnos: el primero de 8 de la mañana a 2 de la tarde; otro de 2 de la tarde a 12 de la noche y de 12 de la noche a 8 de la mañana, siendo los de la tarde y noche terciados.

Además de la transmisión de los Juegos Olímpicos de 1968, otro de los momentos más gloriosos para la Estación Terrena fue cuando transmitieron el Mundial de 1986, del cual Sergio Durán estuvo a cargo.

“Yo estuve encargado de todos los eventos televisivos que fueron a través de la Estación (...) Desde que inició el mundial hasta que terminó, estar al pendiente de que todo saliera bien”, mencionó.

Aunque fue una gran experiencia, con ella estuvo inmerso el estrés de brindar una transmisión a los otros continentes que fuera de calidad, no se cruzara la información y no se invadieran los espacios.

Por el contrario, uno de los momentos más críticos que recuerda Durán es cuando se descompuso el sistema de orientación automático de la antena TUL-1 y se cayó.

“Todos los servicios cotizados en dólares, lo que implica que eran más caros que en pesos, nuestro principal enemigo era el tiempo. Nos costó mucho trabajo, hubo mucha presión porque fue mucho dinero el que se perdió (...) Eso fue lo peor que me pudo haber pasado a mí”, contó.

Añadió que prácticamente tuvo que hacerse una brigada de operadores para poder mover la antena y después ubicarla, lo que les tomó varias horas pues los trabajos comenzaron a las 8 de la mañana y terminaron hasta las 3 de la mañana.

Sin embargo, a pesar de la grandeza e importancia de la Estación Terrena, Sergio Durán relató que la decadencia llegó cuando en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), pues la privatización fue un golpe duro para el sector, como para muchos otros.

“Resurge Teléfonos de México agarrando otra vez fuerza porque le da el sistema de microondas, ellos lo adquieren a excepción del tramo México-Tulancingo que ese se queda manejado por el gobierno (...) En cuanto a televisión, Televisa empieza a crecer mucho porque están teniendo sus propias antenas (...) Ahí es donde empieza la decaida de la estación, gracias a la privatización”, mencionó Durán Escamilla.

Otro de los factores que remataron a la Estación Terrena fue la llegada de la tecnología en el ramo de las telecomunicaciones que por su innovación fueron desplazando a las antiguas tecnologías de la estación que, eventualmente, se volvió obsoleta.

Fue así como exactamente 50 años después de su primera transmisión, la Estación Terrena transmitió en abril del 2018 su última señal.

“Yo ya no estaba trabajando (...) me avisaron ´hoy es el último día que se transmite, ya tenemos orden de bajar la última señal´ y se acabó”, dijo Sergio.

Sergio Durán detalló que antes de que se diera la orden de bajar la última señal, la Estación Terrena ya había sido desmantelada puesto que los equipos ya no tenían ningún uso.

Actualmente, las famosas antenas de Tulancingo únicamente reciben mantenimiento y lamentablemente, aún su futuro es incierto pues la pasada administración gubernamental planeaba hacer del espacio un observatorio astronómico sin embargo, hasta el día de hoy no hay algún proyecto factible para salvar a la Estación Terrena.


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