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La Arena Afición es una de las más antiguas en México y es considerada una de las plazas más importantes del pancracio nacional, y con ello, un lugar que forma parte de la identidad del mexicano.
Pero su historia inició antes, en 1938, cuando la Arena Afición abrió sus puertas por primera vez en la calle Mariano Abasolo, justo a espaldas del Cine Iracheta, y se mantuvo por 13 años en esa ubicación, donde comenzaron a desfilar figuras del pancracio nacional.
Además, ese recinto albergaba funciones de box, la buena respuesta del público fue la que provocó que se buscara un nuevo recinto al ya ser insuficiente para la afición hidalguense que asistía a las diversas funciones.
La nueva Arena Afición
En el cartel inaugural de hace 72 años, ya en el inmueble de la calle Cuauhtémoc, se esperaba la función estelar con el japonés Sugui Sito en mano a mano contra el Cavernario Galindo.
Ricardo Antonio Viornery, administrador de la Arena Afición, comenta que el público respondió favorablemente y continuaba creciendo el gusto por el box y la lucha libre, deportes que hoy en día forman parte de la cultura mexicana.
En la llamada Nueva Arena Afición desfilaron luchadores como El Santo, Blue Demon, Canek, Mil Máscaras, Karloff Lagarde, Cavernario, Perro Aguayo, Dos Caras, Solar, Tinieblas, Dr. Wagner, así como André el Gigante, quien, para aquellas épocas, imponía al ser un luchador de más de 2 metros de altura y con un peso cercano a los 200 kilos, recuerda Viornery.
Distintas modalidades
En 1957 el recinto fue uno de los pioneros en albergar una nueva modalidad de la lucha libre: combates en jaula. Fueron Gori Guerrero y Cavernario Galindo quienes dieron vida a esta función.
Décadas más adelante, cerca del año 2000, comenzó la modalidad de lucha extrema, en la que se permite el uso de distintos artefactos y sin reglas, en la cual se ha visto electrificar algunas de las partes laterales del cuadrilátero, que es de lo más llamativo; lanzar a luchadores sobre tachuelas regadas en el ring e incluso engrapar a los protagonistas, entre otras cosas.
Más espectáculos
La catedral de la lucha libre en la capital hidalguense también fue escenario de conciertos, eventos políticos, locación de películas, sorteos para el servicio militar y el hoy extinto concurso del albur, que encabezaba el pachuqueño Sergio Corona.
Destaca dentro de estas actividades la visita de artistas como José José, Juan Gabriel, Julio Alemán, Vicente Fernández y Enrique Guzmán, así como artistas de renombre, Ignacio López Tarzo, Clavillazo, y Capulina, entre otros.
Vioernery también recuerda que en la década de los 70´s, el recinto fue sede de funciones circenses, una de ellas sin animales a cargo de canadienses. “La gente no los conocía, no sabíamos la calidad de esos elementos. En la primera fecha tuvimos poca gente, pero al siguiente día, como por arte de magia, se llenó. Fue la única vez que se presentó. En otra ocasión se presentó un circo con animales, se desmontó el ring y se trabajó”.
Algunos cambios
El espectáculo seguía y las instalaciones se mantenían igual, por lo que en 2023 se hizo uno de los cambios dentro del recinto y que son de los más visibles: se cambiaron algunas butacas de primera fila, que eran de madera, por unas de metal, esto debido a que en ocasiones que se llevan las acciones hacia afuera del ring o por los lances que se realizan, las bancas de madera se fueron deteriorando poco a poco.
A su vez, Antonio Viornery refiere que no se deja pasar mucho tiempo para pintar el interior y exterior del recinto.
Pandemias mermaron asistencia
Antonio Viornery comparte que a lo largo de la historia de la Arena Afición sólo se pausaron las actividades en dos ocasiones: en el 2009 por la influenza y en 2020 por la Covid-19. En ambas, refiere, al reabrir las puertas les costó mucho trabajo regularizar la asistencia del público como el contar con los luchadores para celebrar sus funciones.
En la del 2020, señala que sin duda les afectó mucho más, al ser mayor el tiempo de confinamiento.
“Se tuvo que iniciar una recontratación de elementos y también los que quisieran, uno no sabía donde andaba, porque se exponía. Durante el confinamiento muchos se dedicaron a otra cosa porque no tenían sustento económico; algunos vendían tacos, otros andaban de chofer, entre otras cosas”, explica.
En Pachuca, André El Gigante
La visita de André El Gigante es uno de los recuerdos que tiene más presente el hoy administrador del recinto. “Fue impresionante, era un fenómeno mundial. Cuando estaba en su apogeo, traerlo a Pachuca fue una gran demostración de poder dar a la afición algo que no habían visto. Posterior a su primera visita, vino más veces.
“Fue un personaje con influencia mundial. Además de luchador, también incursionó en el que es considerado el séptimo arte, el cine; fue luchador olímpico. Una de esas ocasiones tuvimos la oportunidad de ir a comer, sólo él y yo. Fuimos a un restaurante en la calle de Allende, en el centro de la ciudad que se llamaba El Padrino, era la primer pizzería de la ciudad. André pidió solo un plato de espagueti”.
Antonio Viornery reveló que el entonces luchador en ocasiones no se sentía del todo cómodo con el público, quien lo acechaba para pedirle su autógrafo; pero que además, en ocasiones, le hacían preguntas incómodas relacionadas con su altura.
La Afición, una de las arenas más representativas del país
Con orgullo habla de esta arena que encierra el recurdo de emociones, aplausos y ristezas por la derrota del ídolo de cada quien.
“Hay que considerar que cuando se habla de esta Arena, siempre me acuerdo de la otra, que es parte del concepto de la Arena Afición, y podría estar dentro de las más importantes del país por la tradición que tiene. Existió antes que las arenas de Puebla, Guadalajara, Monterrey y comenzamos después del Distrito Federal. Nosotros copiamos a la Arena Coliseo y después las otras ciudades copiaron a la Nueva Arena Afición, aunque con más dimensiones. Pero de las arenas con historia y tradición, sí, ya somos de las pocas que quedan”.
Lucha libre… ¿a la baja?
En un mundo donde la globalización tecnológica atiende necesidades y distribuye entretenimiento en la palma de la mano, Viornery comenta que en la actualidad pudiera darse la impresión de que la lucha libre va a la baja.
“Únicamente es eso, solo una impresión, porque sigue habiendo funciones en muchos puntos del país, quizás no con la misma intensidad que hace años, pero aún se mantiene”, afirma.
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