/ martes 20 de febrero de 2024

Marcha por la Democracia

El pasado domingo 18 de febrero pudimos atestiguar la determinación de la ciudadanía para cambiar el rumbo del país, mediante reglas y condiciones cien por ciento democráticas, las consignas de voto libre, nuestra democracia no se toca, no a la dictadura, mi voto no se toca y otras, fueron las que más repitió la ciudadanía concentrada en el zócalo de la Ciudad de México y en más de 115 ciudades de México y el mundo.

A pesar de los obstáculos que la autoridad de la ciudad impuso para evitar que la gente se reuniera, las mexicanas y los mexicanos, acudimos al llamado para evitar que se aseste el golpe final a la democracia y sus instituciones que se han construido a base de mucho esfuerzo y sacrificio. En la marcha imperó el orden, la sana convivencia sin que se registrara ningún acto de violencia.

Ayer por la mañana, sumamente contrariado el presidente López Obrador se atrevió a afirmar que los que ayer marchamos, defendíamos la democracia del poder sin pueblo, como si todos los que nos reunimos ayer no formáramos parte del pópulos, cómo no si no pagáramos impuestos, como si no cumpliésemos con las cargas y mandatos del estado.

Aunque a López Obrador no le guste, somos pueblo, un pueblo harto de la violencia que vive nuestro país y que mata a 11 mujeres todos los días; un pueblo que está cansado de vivir sumido en la pobreza y la desigualdad y que por más que se esfuerza no logra alcanzar mejores condiciones de vida; un pueblo que creyó en las promesas ofrecidas de acabar con la corrupción y que todo los días ve cómo los hijos, los amigos de los hijos, los hermanos, las primas, los amigos del presidente se convierten en los verdaderos Ricky Ricón del sexenio porque gozan de información privilegiada, porque el amiguismo si existe y porque servir de prestanombres se ha convertido en la “profesión” mejor pagada y sobre todo porque saben que gozan de total impunidad.

La marcha del pasado domingo le hicimos saber al presidente que, con todo y lo imperfecta que puede ser nuestra democracia, queremos seguir siendo nosotros, “el pueblo” el que determine hacia dónde queremos que el país vaya, queremos seguir siendo nosotros los que elijamos a nuestros gobernantes, queremos seguir teniendo organismos autónomos que nos procuren la información que necesitamos para detectar a tiempo los errores u omisiones del gobernante, y ante todo, queremos una real y efectiva división de poderes.

Con la marcha por la democracia es solo el inicio del camino para lograr que las autoridades entiendan cuál es su verdadera misión, queremos tener mejores gobiernos que nos rindan mejores tiempo.

Queremos dejar en el pasado el gobierno autoritario de un solo hombre, para llegar a una verdadera república en la que los militares estén en los cuarteles, las hombres y las mujeres se sientan libres, seguros y que sus hijos puedan recibir la educación que necesitan para salir adelante, que todas y todos tengamos asistencia médica oportbelem0824@gmail.comunade calidad

Eso quiere el pueblo, eso queremos las y los mexicanos.


El pasado domingo 18 de febrero pudimos atestiguar la determinación de la ciudadanía para cambiar el rumbo del país, mediante reglas y condiciones cien por ciento democráticas, las consignas de voto libre, nuestra democracia no se toca, no a la dictadura, mi voto no se toca y otras, fueron las que más repitió la ciudadanía concentrada en el zócalo de la Ciudad de México y en más de 115 ciudades de México y el mundo.

A pesar de los obstáculos que la autoridad de la ciudad impuso para evitar que la gente se reuniera, las mexicanas y los mexicanos, acudimos al llamado para evitar que se aseste el golpe final a la democracia y sus instituciones que se han construido a base de mucho esfuerzo y sacrificio. En la marcha imperó el orden, la sana convivencia sin que se registrara ningún acto de violencia.

Ayer por la mañana, sumamente contrariado el presidente López Obrador se atrevió a afirmar que los que ayer marchamos, defendíamos la democracia del poder sin pueblo, como si todos los que nos reunimos ayer no formáramos parte del pópulos, cómo no si no pagáramos impuestos, como si no cumpliésemos con las cargas y mandatos del estado.

Aunque a López Obrador no le guste, somos pueblo, un pueblo harto de la violencia que vive nuestro país y que mata a 11 mujeres todos los días; un pueblo que está cansado de vivir sumido en la pobreza y la desigualdad y que por más que se esfuerza no logra alcanzar mejores condiciones de vida; un pueblo que creyó en las promesas ofrecidas de acabar con la corrupción y que todo los días ve cómo los hijos, los amigos de los hijos, los hermanos, las primas, los amigos del presidente se convierten en los verdaderos Ricky Ricón del sexenio porque gozan de información privilegiada, porque el amiguismo si existe y porque servir de prestanombres se ha convertido en la “profesión” mejor pagada y sobre todo porque saben que gozan de total impunidad.

La marcha del pasado domingo le hicimos saber al presidente que, con todo y lo imperfecta que puede ser nuestra democracia, queremos seguir siendo nosotros, “el pueblo” el que determine hacia dónde queremos que el país vaya, queremos seguir siendo nosotros los que elijamos a nuestros gobernantes, queremos seguir teniendo organismos autónomos que nos procuren la información que necesitamos para detectar a tiempo los errores u omisiones del gobernante, y ante todo, queremos una real y efectiva división de poderes.

Con la marcha por la democracia es solo el inicio del camino para lograr que las autoridades entiendan cuál es su verdadera misión, queremos tener mejores gobiernos que nos rindan mejores tiempo.

Queremos dejar en el pasado el gobierno autoritario de un solo hombre, para llegar a una verdadera república en la que los militares estén en los cuarteles, las hombres y las mujeres se sientan libres, seguros y que sus hijos puedan recibir la educación que necesitan para salir adelante, que todas y todos tengamos asistencia médica oportbelem0824@gmail.comunade calidad

Eso quiere el pueblo, eso queremos las y los mexicanos.


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