/ martes 11 de junio de 2024

Lecciones y Reflexiones

A más de una semana de la elección y habiéndose llevado a cabo los cómputos distritales, hay muchas lecciones que debemos analizar para ser capaces de entender y, en consecuencia, reflexionar sobre lo que la ciudadanía espera de los partidos políticos en general, y de Acción Nacional en particular.

Las cifras nos han dejado claro que la población decidió apoyar de manera contundente al partido del gobierno. Es cierto que sobre el resultado electoral hay una sensación de sospecha e inconformidad, pero lo cierto es que, al momento no existen pruebas fehacientes de ilegalidades durante la jornada electoral que nos permitan acreditar fraude electoral. El fraude, en todo caso, no es producto de un día, y debemos reconocer que siempre lo supimos, pero no hicimos nada para combatirlo.

La inequidad fue evidente durante todo el proceso electoral, y aunque la autoridad electoral le impuso al jefe del ejecutivo federal múltiples sanciones, fue incapaz de hacer que cumpliera la ley, aunque fuera el primer obligado a hacerlo.

Es cierto que el clima de inseguridad mermó la participación ciudadana en algunas regiones del país, pero en general, apenas el 61% de la ciudadanía salió a votar, es decir, que no logramos motivar a más del 65% de las personas en edad de votar que nos habíamos impuesto como piso mínimo para aspirar a ganar la elección, a que salieran a sufragar.

Por otro lado, los resultados electorales tanto a nivel federal como en el ámbito local son tan homogéneos, que debemos profundizar la evaluación de los resultados.

Se nos fue Yucatán, aunque logramos retener Mérida, no logramos el gobierno de Veracruz a pesar de tantas denuncias de corrupción de la candidata oficialista, los resultados en la ciudad de México son alarmantes y en algunas alcaldías no bastó el buen gobierno.

Acción Nacional se fundamenta en valores y principios que son inamovibles, pero cuya proyección debe representar las aspiraciones y la voluntad ciudadana.

Acción Nacional ha dado muchísimas muestras de buen gobierno y de honestidad, pero al mismo tiempo ha sido totalmente incapaz de comunicárselo a los gobernados.

Acción Nacional debe llevar a cabo una profunda autocrítica, con objetividad y sin autoflagelarse ni repartir culpas, pero si portar soluciones.

Las lecciones están dadas, la reflexión es necesaria, pero sobre todo debemos entender que es lo que la ciudadanía necesita y espera de Acción Nacional. Debemos prepararnos para ser el instrumento al servicio de la población que México necesita.

Acción Nacional debe volver a sus inicios y ser la escuela de ciudadanía que le permita a las personas conocer sus derechos y obligaciones para con nuestra Nación y que contribuya en la consolidación de México como una república representativa, democrática, laica y federal tal y como lo establece nuestra Carta Magna.


A más de una semana de la elección y habiéndose llevado a cabo los cómputos distritales, hay muchas lecciones que debemos analizar para ser capaces de entender y, en consecuencia, reflexionar sobre lo que la ciudadanía espera de los partidos políticos en general, y de Acción Nacional en particular.

Las cifras nos han dejado claro que la población decidió apoyar de manera contundente al partido del gobierno. Es cierto que sobre el resultado electoral hay una sensación de sospecha e inconformidad, pero lo cierto es que, al momento no existen pruebas fehacientes de ilegalidades durante la jornada electoral que nos permitan acreditar fraude electoral. El fraude, en todo caso, no es producto de un día, y debemos reconocer que siempre lo supimos, pero no hicimos nada para combatirlo.

La inequidad fue evidente durante todo el proceso electoral, y aunque la autoridad electoral le impuso al jefe del ejecutivo federal múltiples sanciones, fue incapaz de hacer que cumpliera la ley, aunque fuera el primer obligado a hacerlo.

Es cierto que el clima de inseguridad mermó la participación ciudadana en algunas regiones del país, pero en general, apenas el 61% de la ciudadanía salió a votar, es decir, que no logramos motivar a más del 65% de las personas en edad de votar que nos habíamos impuesto como piso mínimo para aspirar a ganar la elección, a que salieran a sufragar.

Por otro lado, los resultados electorales tanto a nivel federal como en el ámbito local son tan homogéneos, que debemos profundizar la evaluación de los resultados.

Se nos fue Yucatán, aunque logramos retener Mérida, no logramos el gobierno de Veracruz a pesar de tantas denuncias de corrupción de la candidata oficialista, los resultados en la ciudad de México son alarmantes y en algunas alcaldías no bastó el buen gobierno.

Acción Nacional se fundamenta en valores y principios que son inamovibles, pero cuya proyección debe representar las aspiraciones y la voluntad ciudadana.

Acción Nacional ha dado muchísimas muestras de buen gobierno y de honestidad, pero al mismo tiempo ha sido totalmente incapaz de comunicárselo a los gobernados.

Acción Nacional debe llevar a cabo una profunda autocrítica, con objetividad y sin autoflagelarse ni repartir culpas, pero si portar soluciones.

Las lecciones están dadas, la reflexión es necesaria, pero sobre todo debemos entender que es lo que la ciudadanía necesita y espera de Acción Nacional. Debemos prepararnos para ser el instrumento al servicio de la población que México necesita.

Acción Nacional debe volver a sus inicios y ser la escuela de ciudadanía que le permita a las personas conocer sus derechos y obligaciones para con nuestra Nación y que contribuya en la consolidación de México como una república representativa, democrática, laica y federal tal y como lo establece nuestra Carta Magna.


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