/ martes 11 de enero de 2022

LA OPORTUNIDAD HISTÓRICA

En México estamos viviendo un proceso de transformación inédito, no es que sea el primer cambio estructural de nuestra historia, sino que es el primero que se desarrolla de forma pacífica. A diferencia de las revoluciones que acontecieron en los siglos XIX y XX, el cambio de régimen ocurrió a través de las urnas y de los procesos legislativos impulsados por las mayorías parlamentarias que han permitido construirel andamiaje constitucional y legal de la cuarta transformación.

Millones de mexicanas y mexicanas hemos sido protagonistas de ese cambio y ahora es el momento de profundizarlo y consolidarlo porque esta oportunidad histórica no se nos puede ir de las manos y al igual que en el pasado habrá grupos que mientan, conspiren y confundan para mantener el estado de privilegios que ha beneficiado a una pequeña parte de la población a costa de la mayoría.

Así como en el siglo XIX, los insurgentes se enfrentaron a la Corona y a su sistema virreinal, sorteando no solo sus ofensivas militares sino también las calumnias y las mentiras qué trataron de debilitar el movimiento independentista. Lo mismo ocurrió cuando el movimiento liberal de mediados de aquel siglo decidió desmantelar el último pilar del antiguo régimen: el orden eclesiástico. La pretendida separación Iglesia-Estado provocó una cruenta guerra civil.

Cuando el régimen porfirista cayó, se derrumbó solo la fachada porque algunos cimientos permanecían resilientes al cambio como fue el caso de la prensa oficialista, así como de otros sectores políticos y militares que ante la omisión del gobierno maderista, permanecieron vigentes y activos conspirando en contra del nuevo régimen revolucionario.

La caída de Madero comenzó muchos meses antes de la decena trágica, fue orquestada por múltiples personalidades que ante la pasividad del Presidente lograron su cometido y desmantelaron al primer gobierno democrático del siglo XX mexicano. Esta es la gran lección para el siglo XXI, porque como entonces, aquellos que pretenden descarrilar la cuarta transformación lo van a tratar por todos los medios y es nuestro deber como sus defensores, revisar la historia y evitarlo.

Con este recordatorio, hago una pausa en este espacio en el que abordamos distintos temas de coyuntura, culturales, políticos, sociales y literarios. Gracias a usted que me ha leído estos últimos tres años en los que también hemos podido dialogar a través de sus valiosos comentarios. También le agradezco inmensamente a don José Antonio Alvarado y a la Organización Editorial Mexicana por la oportunidad de compartir mi opinión cada quince días en este prestigioso diario. ¡Hasta pronto!

PARTÍCULA_RIZANDO

Este es el momento de trabajar unidos todas y todos los morenistas para mantener fuerte a nuestro partido, apoyar al presidente Andrés Manuel López Obrador y consolidar la cuarta transformación en todos los rincones del país. Unidos somos esperanza.

En México estamos viviendo un proceso de transformación inédito, no es que sea el primer cambio estructural de nuestra historia, sino que es el primero que se desarrolla de forma pacífica. A diferencia de las revoluciones que acontecieron en los siglos XIX y XX, el cambio de régimen ocurrió a través de las urnas y de los procesos legislativos impulsados por las mayorías parlamentarias que han permitido construirel andamiaje constitucional y legal de la cuarta transformación.

Millones de mexicanas y mexicanas hemos sido protagonistas de ese cambio y ahora es el momento de profundizarlo y consolidarlo porque esta oportunidad histórica no se nos puede ir de las manos y al igual que en el pasado habrá grupos que mientan, conspiren y confundan para mantener el estado de privilegios que ha beneficiado a una pequeña parte de la población a costa de la mayoría.

Así como en el siglo XIX, los insurgentes se enfrentaron a la Corona y a su sistema virreinal, sorteando no solo sus ofensivas militares sino también las calumnias y las mentiras qué trataron de debilitar el movimiento independentista. Lo mismo ocurrió cuando el movimiento liberal de mediados de aquel siglo decidió desmantelar el último pilar del antiguo régimen: el orden eclesiástico. La pretendida separación Iglesia-Estado provocó una cruenta guerra civil.

Cuando el régimen porfirista cayó, se derrumbó solo la fachada porque algunos cimientos permanecían resilientes al cambio como fue el caso de la prensa oficialista, así como de otros sectores políticos y militares que ante la omisión del gobierno maderista, permanecieron vigentes y activos conspirando en contra del nuevo régimen revolucionario.

La caída de Madero comenzó muchos meses antes de la decena trágica, fue orquestada por múltiples personalidades que ante la pasividad del Presidente lograron su cometido y desmantelaron al primer gobierno democrático del siglo XX mexicano. Esta es la gran lección para el siglo XXI, porque como entonces, aquellos que pretenden descarrilar la cuarta transformación lo van a tratar por todos los medios y es nuestro deber como sus defensores, revisar la historia y evitarlo.

Con este recordatorio, hago una pausa en este espacio en el que abordamos distintos temas de coyuntura, culturales, políticos, sociales y literarios. Gracias a usted que me ha leído estos últimos tres años en los que también hemos podido dialogar a través de sus valiosos comentarios. También le agradezco inmensamente a don José Antonio Alvarado y a la Organización Editorial Mexicana por la oportunidad de compartir mi opinión cada quince días en este prestigioso diario. ¡Hasta pronto!

PARTÍCULA_RIZANDO

Este es el momento de trabajar unidos todas y todos los morenistas para mantener fuerte a nuestro partido, apoyar al presidente Andrés Manuel López Obrador y consolidar la cuarta transformación en todos los rincones del país. Unidos somos esperanza.

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