/ domingo 5 de junio de 2022

El Auditorio del Estado

En la segunda mitad del siglo XX, para ser precisos en el año de 1974, se construyó en Pachuca un magnífico auditorio en los terrenos que ahora ocupa el Parque del Maestro. Estos terrenos habían sido obtenidos con mucho esfuerzo y garra por el Gobernador Sánchez Vite. Estos terrenos tanto de las estaciones del ferrocarril como de almacenes de Pemex, eran un verdadero tapón para el desarrollo urbano de la ciudad, gracias a la insistencia de Sánchez Vire, se pudo destapar hacia el sur el crecimiento de Pachuca al usar para obras públicas los terrenos mencionados en donde se construyó primero el Palacio de Gobierno y después el Auditorio del estado.

Tuvimos la oportunidad de diseñar el Auditorio del Estado, que sería el más grande de la ciudad, con capacidad para tres mil personas. Recuerdo que para elaborar los planos de la isóptica en corte transversal, hubimos de requerir una mesa muy larga y hacer uso de hilos para el dibujo. La curva isóptica de un lugar del espectáculos como este, se traza fila por fila y el trazo de la visual desde cada fila de butacas nos va dando una curva que sólo de este modo se puede obtener para conocer en dibujo pero a escala la altura de cada escalón que permita a todos los espectadores ver el escenario sin que lo impida el usuario de la fila de enfrente. Asimismo se determinan los ángulos de los muros laterales y el plafón para conseguir un excelente sonido que no repita ecos ni reverberancias. Claro que cuando se ponen micrófonos y bocinas sin esta metodología, el sonido se perjudica aunque esté bien diseñado el proyecto. El corte transversal del proyecto del auditorio in comento era casi de tres metros, por eso lo de una mesa especial para trabajarlo, entonces no había Autocad y todo se hacía dibujando a mano. El proyecto quedó listo, lo único que faltaba era la autorización y la construcción. Como siempre, el dinero iba a faltar al final, porque en donde no se podía economizar era en la estructura que salvaba un claro del ancho completo del inmueble, casi el ancho completo del terreno. La Dirección de Obras Públicas con el Ing. Arturo Sánchez Jiménez al frente y con su servidor en la supervisión de la obra empezamos la enorme tarea. En un tiempo récord, como nos apremiaba el Gobernador, se terminó dicho auditorio. Recuerdo estar colocando alfombra en los pasillos y fijando las tres mil butacas que se compraron en la CDMX, en esto también hay técnica especial, ya que hay que colocar las butacas terciadas con respecto a la fila de atrás y de adelante. El auditorio fue usado para fines culturales, políticos, ceremonias de escuelas y luego la burocracia inconsciente lo concesionó para sala de cine.

En fin, el espacio no nos permite ampliar esta reseña. Se inauguró el Auditorio con una gran ceremonia. Vino años después otra administración y sin motivo ni consulta alguna decidió demoler el inmueble y hacer un parque.

Hoy hay que ir a votar, es un deber ciudadano.

En la segunda mitad del siglo XX, para ser precisos en el año de 1974, se construyó en Pachuca un magnífico auditorio en los terrenos que ahora ocupa el Parque del Maestro. Estos terrenos habían sido obtenidos con mucho esfuerzo y garra por el Gobernador Sánchez Vite. Estos terrenos tanto de las estaciones del ferrocarril como de almacenes de Pemex, eran un verdadero tapón para el desarrollo urbano de la ciudad, gracias a la insistencia de Sánchez Vire, se pudo destapar hacia el sur el crecimiento de Pachuca al usar para obras públicas los terrenos mencionados en donde se construyó primero el Palacio de Gobierno y después el Auditorio del estado.

Tuvimos la oportunidad de diseñar el Auditorio del Estado, que sería el más grande de la ciudad, con capacidad para tres mil personas. Recuerdo que para elaborar los planos de la isóptica en corte transversal, hubimos de requerir una mesa muy larga y hacer uso de hilos para el dibujo. La curva isóptica de un lugar del espectáculos como este, se traza fila por fila y el trazo de la visual desde cada fila de butacas nos va dando una curva que sólo de este modo se puede obtener para conocer en dibujo pero a escala la altura de cada escalón que permita a todos los espectadores ver el escenario sin que lo impida el usuario de la fila de enfrente. Asimismo se determinan los ángulos de los muros laterales y el plafón para conseguir un excelente sonido que no repita ecos ni reverberancias. Claro que cuando se ponen micrófonos y bocinas sin esta metodología, el sonido se perjudica aunque esté bien diseñado el proyecto. El corte transversal del proyecto del auditorio in comento era casi de tres metros, por eso lo de una mesa especial para trabajarlo, entonces no había Autocad y todo se hacía dibujando a mano. El proyecto quedó listo, lo único que faltaba era la autorización y la construcción. Como siempre, el dinero iba a faltar al final, porque en donde no se podía economizar era en la estructura que salvaba un claro del ancho completo del inmueble, casi el ancho completo del terreno. La Dirección de Obras Públicas con el Ing. Arturo Sánchez Jiménez al frente y con su servidor en la supervisión de la obra empezamos la enorme tarea. En un tiempo récord, como nos apremiaba el Gobernador, se terminó dicho auditorio. Recuerdo estar colocando alfombra en los pasillos y fijando las tres mil butacas que se compraron en la CDMX, en esto también hay técnica especial, ya que hay que colocar las butacas terciadas con respecto a la fila de atrás y de adelante. El auditorio fue usado para fines culturales, políticos, ceremonias de escuelas y luego la burocracia inconsciente lo concesionó para sala de cine.

En fin, el espacio no nos permite ampliar esta reseña. Se inauguró el Auditorio con una gran ceremonia. Vino años después otra administración y sin motivo ni consulta alguna decidió demoler el inmueble y hacer un parque.

Hoy hay que ir a votar, es un deber ciudadano.