/ martes 21 de marzo de 2023

El agua de Hidalgo es para los hidalguenses

Hace unos días el Partido Acción Nacional en el estado de Hidalgo inició una cruzada junto a los ciudadanos para defender su derecho al acceso al servicio de agua.

Es cierto que este problema data de varios años atrás, pero en los últimos tiempos se ha venido agravando por diferentes causas.

A nadie debe sorprender que se explique que la escasez de agua se debe a que en los últimos años las lluvias han disminuido tanto en volumen como en frecuencia, lo que ha provocado que la recarga de los mantos acuíferos no sea suficiente para compensar su sobreexplotación.

Sin embargo, a lo anterior se suman otros factores que contribuyen a la falta de agua: infraestructura hidráulica vieja y de mala calidad, falta de mantenimiento, fugas constantes de agua potable, contaminación hídrica, inequidad en la distribución del agua, abusos en el cobro del servicio, mala planeación, cambios del uso de suelo de áreas reservadas para convertirlas en grandes zonas habitacionales o comerciales y deficientes políticas públicas para regir adecuadamente la gestión de este recurso no renovable.

Hoy en el estado de Hidalgo, miles de personas y sus familias están padeciendo por falta de agua hasta para cubrir sus necesidades más básicas, y como es habitual, son las familias más pobres las que resultan ser las más afectadas pues son las que se encuentran asentadas en lugares donde la infraestructura hídrica es deficiente o de plano no existe. Eventualmente las personas que viven en estos barrios y colonias acceden al suministro de agua mediante el llenado de cubetas por pipas que llegan a estos lugares de acuerdo con la programación del CAASIM, en el caso de Pachuca y Mineral de la Reforma.

Pero donde no sufren por falta de agua es en el Aeropuerto “Internacional” Felipe Ángeles, una de las obras faraónicas e inútiles nacidas de la obstinación y voluntarismo del presidente López Obrador.

El mismo López Obrador en declaraciones recientes ha dicho que una de las razones por las que decidió que la construcción del AIFA fuera en las inmediaciones del aeropuerto de Santa Lucía, es que ahí si había agua, el problema es que al tomar esta decisión no se pensó en las repercusiones para los habitantes de las zonas circunvecinas.

Desde hace tiempo la Comisión Nacional del Agua ha venido advirtiendo que la disponibilidad del líquido vital en nuestro país se ha venido reduciendo rápidamente, y en el caso que nos ocupa, el acuífero Cuautitlán –Pachuca (1508) pierde 188.6 millones de litros al año, en perjuicio de los pobladores de la zona metropolitana de la ciudad de México, particularmente los habitantes del sureste del estado de Hidalgo.

Las y los ciudadanos están recabando firmas para exigirle al gobierno que atienda de una vez por todas esta situación que nos preocupa a todas y todos y que, en primera instancia haga lo necesario para que las y los hidalguenses podamos tener servicio de agua potable en nuestras casas, y después, si se puede, le regalemos agua a los demás. Le exigimos que los sistemas operadores de agua, principalmente CAASIM realice su trabajo con eficiencia y que los cobros sean justos y equitativos.

El acceso al agua es un derecho consagrado en nuestra Constitución y corresponde a las autoridades garantizarlo. Por eso, hemos hecho un llamado al gobernador del estado Lic. Julio Menchaca Salazar para que atienda con prontitud la exigencia de las y los hidalguenses para que, como lo prometió en campaña, se atiendan prioritariamente las necesidades de los que habitamos en esta tierra.

No le exigimos más, pero no aceptaremos menos.


Hace unos días el Partido Acción Nacional en el estado de Hidalgo inició una cruzada junto a los ciudadanos para defender su derecho al acceso al servicio de agua.

Es cierto que este problema data de varios años atrás, pero en los últimos tiempos se ha venido agravando por diferentes causas.

A nadie debe sorprender que se explique que la escasez de agua se debe a que en los últimos años las lluvias han disminuido tanto en volumen como en frecuencia, lo que ha provocado que la recarga de los mantos acuíferos no sea suficiente para compensar su sobreexplotación.

Sin embargo, a lo anterior se suman otros factores que contribuyen a la falta de agua: infraestructura hidráulica vieja y de mala calidad, falta de mantenimiento, fugas constantes de agua potable, contaminación hídrica, inequidad en la distribución del agua, abusos en el cobro del servicio, mala planeación, cambios del uso de suelo de áreas reservadas para convertirlas en grandes zonas habitacionales o comerciales y deficientes políticas públicas para regir adecuadamente la gestión de este recurso no renovable.

Hoy en el estado de Hidalgo, miles de personas y sus familias están padeciendo por falta de agua hasta para cubrir sus necesidades más básicas, y como es habitual, son las familias más pobres las que resultan ser las más afectadas pues son las que se encuentran asentadas en lugares donde la infraestructura hídrica es deficiente o de plano no existe. Eventualmente las personas que viven en estos barrios y colonias acceden al suministro de agua mediante el llenado de cubetas por pipas que llegan a estos lugares de acuerdo con la programación del CAASIM, en el caso de Pachuca y Mineral de la Reforma.

Pero donde no sufren por falta de agua es en el Aeropuerto “Internacional” Felipe Ángeles, una de las obras faraónicas e inútiles nacidas de la obstinación y voluntarismo del presidente López Obrador.

El mismo López Obrador en declaraciones recientes ha dicho que una de las razones por las que decidió que la construcción del AIFA fuera en las inmediaciones del aeropuerto de Santa Lucía, es que ahí si había agua, el problema es que al tomar esta decisión no se pensó en las repercusiones para los habitantes de las zonas circunvecinas.

Desde hace tiempo la Comisión Nacional del Agua ha venido advirtiendo que la disponibilidad del líquido vital en nuestro país se ha venido reduciendo rápidamente, y en el caso que nos ocupa, el acuífero Cuautitlán –Pachuca (1508) pierde 188.6 millones de litros al año, en perjuicio de los pobladores de la zona metropolitana de la ciudad de México, particularmente los habitantes del sureste del estado de Hidalgo.

Las y los ciudadanos están recabando firmas para exigirle al gobierno que atienda de una vez por todas esta situación que nos preocupa a todas y todos y que, en primera instancia haga lo necesario para que las y los hidalguenses podamos tener servicio de agua potable en nuestras casas, y después, si se puede, le regalemos agua a los demás. Le exigimos que los sistemas operadores de agua, principalmente CAASIM realice su trabajo con eficiencia y que los cobros sean justos y equitativos.

El acceso al agua es un derecho consagrado en nuestra Constitución y corresponde a las autoridades garantizarlo. Por eso, hemos hecho un llamado al gobernador del estado Lic. Julio Menchaca Salazar para que atienda con prontitud la exigencia de las y los hidalguenses para que, como lo prometió en campaña, se atiendan prioritariamente las necesidades de los que habitamos en esta tierra.

No le exigimos más, pero no aceptaremos menos.


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