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TEPEAPULCO, Hgo.- Un trabajador que se encontraba realizando labores de remozamiento en el tercer piso de una vivienda sufrió una fuerte descarga eléctrica, cuando, al parecer, en un descuido tocó cables de alta tensión, causándole quemaduras en alrededor del treinta por ciento de su cuerpo. Venturosamente salvó la vida.
El joven de 31 años, se encontraba laborando en la parte alta de la vivienda, cuando al alzar la cara, presuntamente, su cuello alcanzó accidentalmente el cableado.
Afortunadamente, tras recibir la descarga, el trabajador cayó sobre el mismo techo por lo que su cuerpo quedó sobre la techembre y no hacia el patio donde habría caído de alrededor de quince metros de altura.
En el lugar, aunque a varios metros de distancia, se encontraba la propietaria de la vivienda quien escuchó el estruendo que se produjo luego de que el colocador recibiera la descarga eléctrica, que estiman podría superar los 440 voltios.
Cuando volvió la vista, vio cómo el joven estaba desvanecido sobre el techado, apenas consciente, por lo que de inmediato solicitó apoyo a través del número de emergencia 911.
Así, de inmediato, los paramédicos Esteban Blancas y Heriberto Mendoza, al mando de José Eduardo Zepeda Saavedra, de la Unidad de Bomberos y Protección Civil, se trasladaron al lugar, para ofrecer los primeros auxilios al hombre quien se encontraba desorientado.
Tras la implementación del triage de emergencia se le detectaron quemaduras de tercer grado en ambas manos, así como en el rostro, causadas por la entrada y salida del alto voltaje.
Instantes después, diseñaron una línea de intervención para poder extraer el cuerpo del afectado, ya que se encontraba en el tercer piso y las escaleras no permitirían el paso de la camilla.
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Fue de esta manera que los técnicos en urgencias médicas tuvieron que iniciar un rescate de tipo vertical, atando la camilla a una serie de cuerdas con las que desde los poco más de doce metros de altura bajaron al trabajador.
En seguida fue llevado al Hospital General del Altiplano, para descartar que la electrocución no haya afectado órganos internos pues la descarga afectó aproximadamente el treinta por ciento de la superficie corporal con quemaduras del tercer grado.
