ROMA, Italia. Sopla el aire de la autonomía en Italia. Como estaba previsto, las regiones del rico y próspero norte de Italia, Veneto y Lombardía, sancionaron con el voto popular el pedido de una mayor autonomía respecto a la gestión de materias como el fisco en particular, el cambio climático y la sanidad. Los referéndums convocados por ambas regiones otorgaron el domingo un resultado netamente favorable a la línea autonomista de sus habitantes. En el Veneto se pronunció en este sentido el 98.1% y en Lombardía el 96.3%: prácticamente dos plebiscitos.
Y si bien no se trató de referéndum con objetivo secesionista tendiente sobre todo a independizarse del Estado italiano, como por ejemplo está sucediendo en Cataluña, es claro que el resultado ha suscitado una cierta alarma.
En Italia, los referéndums se llevaron a cabo en respeto de la constitución que permite el voto popular para poder pedir al gobierno nacional, como en este caso, la autonomía en sectores. Efectivamente, el resultado autoriza a los dos gobiernos regionales ir a Roma a negociar con ese objetivo.
El punto central para los cinco millones de habitantes de los lombardos y venetos que votaron por el “sí” es el llamado residuo fiscal, o sea la diferencia entre lo que se paga en impuestos y lo que el Estado se lleva para repartir entre su propia burocracia y las otras regiones.
“Queremos que dejen de robarnos lo que produce nuestro trabajo”, subrayan en Milán y Venecia. Según los cálculos, La Lombardía pierde unos 54 mil millones de ‘euros’ por año y el Veneto 17 mil 700.
En caso de acuerdo entre estas regiones y el gobierno, la palabra definitiva la tendrá el Parlamento nacional.
Tanto en Lombardía como en Veneto, los gobiernos locales están en manos del centro-derecha, con una cierta preponderancia de la “Liga Norte”, que en el pasado enarbolaba en Veneto la bandera de la secesión, amainada sin embargo en los últimos tiempos.
Pero es precisamente el reciente pasado de los sentimientos secesionistas radicados en particular en el Veneto, el que suscita una mal disimulada preocupación entre las principales fuerzas políticas italianas, comenzando por el gubernamental “Partido Democrático” (PD).
Sobre todo si se considera que el resultado de los referéndum italianos se registró en el momento de máxima tensión entre Madrid y Cataluña. En otras palabras, el temor es que la epidemia secesionista, como ya se ha vislumbrado en otros países europeos con el avance de formaciones de derecha y separatistas, pueda contagiar también a Italia.