/ viernes 10 de mayo de 2019

Viridiana se quitó un peso de encima al emigrar su esposo

Vende frituras y es apoyada por sus tres hijas

Viridiana creyó que luego de que su esposo emigra a Estados Unidos, mejoraría su vida y la de sus hijas, en parte tuvo razón, porque allá él se quedó, olvidándose de golpes de que era víctima cuando bebía de más.

Viridiana tiene 36 años, y es madre de tres niñas, originaria de San Bartolo Tutotepec y avecindada en Pachuca desde los 5 años.

Con él, nacido en Veracruz, se casó a los 19 años y ejercía oficio de albañil, en 2006 decidió irse de mojado, porque en México no la hacía.

Fue una de dos ocasiones cuando él emigró. La primera pagó 20 mil pesos para cruzarlo a aquel país, llegando a Carolina del Norte. Allá estuvo dos años y regresó, quedándose otros dos años en Pachuca, nuevamente se fue y han corrido nueve años, donde hizo nueva vida de pareja.

En la segunda ocasión que él se fue, el coyote los vendió en la frontera, una especie de secuestro, por lo que solicitaron dinero. Tras días de comunicación con el supuesto secuestrador y el secuestrado, Viridiana logró reunir junto con la familia de su hoy exesposo, 36 mil pesos.

Si no pagaban, lo iban a matar; tras acuerdos, ella acompañada por un familiar político y entregó el dinero a una persona de Atotonilco y en dos días su exesposo se comunicó para avisarle que ya estaba en territorio estadounidense.

Actualmente tienen escasa comunicación, al parecer, él labora en el campo y tiene nueva familia, motivo por el cual Viridiana se divorció hace dos años.

Recuerda que la primera vez recibió dinero de allá. Después nada y hace un año y medio, recibe dólares solicitados por las hijas debido a sus gastos escolares, pero el 99% del hogar es responsabilidad de Viridiana.

Hoy Viridiana, se dedica a vender papas fritas, papas a la francesa, plátanos fritos, tiene dos puestos en la colonia Cubitos, solo percibe para los gastos diarios.

Tiene casa propia, pero nunca ha tenido vacaciones, porque debe trabajar. Su mamá la apoya, por lo que siente un gran alivio para salir adelante. Su objetivo es adquirir un automóvil a fin de trasladar su mercancía y llevar a sus niñas a la escuela, una a cada diferente plantel.

Hoy se siente aliviada, agradece que alguien apareció en la vida de su ex, porque le quitaron algo que no valía.

Viridiana creyó que luego de que su esposo emigra a Estados Unidos, mejoraría su vida y la de sus hijas, en parte tuvo razón, porque allá él se quedó, olvidándose de golpes de que era víctima cuando bebía de más.

Viridiana tiene 36 años, y es madre de tres niñas, originaria de San Bartolo Tutotepec y avecindada en Pachuca desde los 5 años.

Con él, nacido en Veracruz, se casó a los 19 años y ejercía oficio de albañil, en 2006 decidió irse de mojado, porque en México no la hacía.

Fue una de dos ocasiones cuando él emigró. La primera pagó 20 mil pesos para cruzarlo a aquel país, llegando a Carolina del Norte. Allá estuvo dos años y regresó, quedándose otros dos años en Pachuca, nuevamente se fue y han corrido nueve años, donde hizo nueva vida de pareja.

En la segunda ocasión que él se fue, el coyote los vendió en la frontera, una especie de secuestro, por lo que solicitaron dinero. Tras días de comunicación con el supuesto secuestrador y el secuestrado, Viridiana logró reunir junto con la familia de su hoy exesposo, 36 mil pesos.

Si no pagaban, lo iban a matar; tras acuerdos, ella acompañada por un familiar político y entregó el dinero a una persona de Atotonilco y en dos días su exesposo se comunicó para avisarle que ya estaba en territorio estadounidense.

Actualmente tienen escasa comunicación, al parecer, él labora en el campo y tiene nueva familia, motivo por el cual Viridiana se divorció hace dos años.

Recuerda que la primera vez recibió dinero de allá. Después nada y hace un año y medio, recibe dólares solicitados por las hijas debido a sus gastos escolares, pero el 99% del hogar es responsabilidad de Viridiana.

Hoy Viridiana, se dedica a vender papas fritas, papas a la francesa, plátanos fritos, tiene dos puestos en la colonia Cubitos, solo percibe para los gastos diarios.

Tiene casa propia, pero nunca ha tenido vacaciones, porque debe trabajar. Su mamá la apoya, por lo que siente un gran alivio para salir adelante. Su objetivo es adquirir un automóvil a fin de trasladar su mercancía y llevar a sus niñas a la escuela, una a cada diferente plantel.

Hoy se siente aliviada, agradece que alguien apareció en la vida de su ex, porque le quitaron algo que no valía.

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