Catalina Lirva Meléndez Solís pidió apoyo al gobernador Omar Fayad, al procurador estatal Alejandro Habib, y a la presidenta del Tribunal de Justicia, Janet Herrera, para evitar que sus cuatro hermanos la desalojen de una propiedad y del restaurante que fundó y le heredó su padre.
Luego de múltiples acciones legales emprendidas por sus consanguíneos, presuntamente plagadas de irregularidades, la restaurantera Catalina Meléndez pide a las autoridades mencionadas que revisen su caso y vean que la ley se ha “torcido” en beneficio de sus parientes, quienes ya la intentaron desalojar en el año 2014 y hoy nuevamente está latente esa acción, a pesar de que ella ha gestionado un amparo para evitarlo.
El inmueble que alberga una casa y el restaurante “Enrique” en Tulancingo, es disputado por los cinco hijos del finado Enrique Meléndez Espejel, quien previo a su deceso en 2005, había anunciado que en su testamento esa propiedad sería totalmente de Catalina Lirva Meléndez Solís, pero sus otros cuatro parientes no están de acuerdo y pelean en juicio que sea dividido en cinco partes iguales.
Así lo informó Catalina en entrevista con esta casa editorial, Desde los 15 años de edad, dijo, trabajó con su padre y ayudó a posicionar el negocio que actualmente es reconocido.
Antes de la muerte y por sugerencia de su contador público, narró la entrevistada, decidieron formar una Sociedad Anónima de Capital Variable con razón social Alimentos y Comidas Regionales Enrique, siendo integrada por la propia Catalina, sus dos hermanas menores, Rosa Aurea y Socorro, el papá de ellas y el ahora ex marido de la primera, quienes no han sido llamados por autoridad alguna para defenderse.
Explicó además, que lamentablemente posterior al fallecimiento de su progenitor, empezaron los problemas en pleno funeral.
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