Blanca Cristal, madre de uno de los jóvenes que murieron la mañana del miércoles en un enfrentamiento en la cementera La Cruz Azul, planta Tula de Allende, afirmó que su hijo Axel, de 20 años, fue engañado y usado como carne de cañón.

A su vástago, dijo, lo engañaron diciéndole que lo contratan por 30 días para vigilar una empresa cementera, ubicada en Tula, que se iba a desmantelar.

“Le ofrecieron 250 pesos diarios, más viáticos, que en total sumaban 500 pesos al día. Y él por ganarse un dinerito, aceptó”, mencionó la mujer.

Informó que son vecinos de la zona habitacional Valle de Los Reyes, Estado de México, y fue una amiga de su hijo la que lo contactó para que se empleara como “seguridad privada” de la empresa, mientras desmantelaban el lugar, “para que la gente no se robara las cosas”.

Argumentó que se enteró de la tragedia cuando vio las noticias la noche del miércoles y, luego de solicitar apoyo a sus familiares, se trasladó a la ciudad de Tula donde reconoció que su hijo era una de las siete personas que murieron en el enfrentamiento y quienes hasta ayer permanecían como desconocidas.

Pidió que se castigue conforme a la ley a quienes contrataron a la gente porque, aseveró, los llevaron con engaños e incluso iban familias con niños que lograron escapar.

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“Los dirigentes los usaron como carne de cañón. Que los castiguen; que el dinero no calle las voces”, expresó.

Finalmente, pidió que no se usen las influencias para hacer parecer como si nada hubiera pasado.