Campesinos esperan lluvias como milagro

Con la bendición de pozos, maquinaria, semillas y herramientas de trabajo, el campesinado del Valle de Tulancingo celebró con fe y creencia que su Patrono San Isidro Labrador les traerá lluvias para el campo que se observa seco, ante la escasez de precipitaciones.

La vocación en la región no solo es productora de leche y queso, también de la siembra de hortalizas, frutas y granos.

En el ejido Huapalcalco, considerado uno de los más importantes por el número de población dedicada al agro (400 familias), a decir del comisariado de esta zona, Juan Luis Madrid: “Nuestro santo nos ayudará a que nos caiga agua, pues no hemos podido sembrar”.

San Isidro Labrador es venerado por el campesinado, quien cree que el santo provee abundancia para los cultivos.

La fe arraigada y la creencia de que la celebración al patrono de los agricultores coincide con el inicio de la temporada de lluvias, lleva al campesinado de la región a creer que con el agua bendita habrá una buena siembra y cosecha.

Es en Huapalcalco —uno de los 15 núcleos agrarios—, así como en otros ejidos, donde en marzo y abril siembran, pero se han tardado, reconoce: “El campo está seco”.

Tulancingo tiene una extensión total de 29 mil 40 hectáreas, de las cuales el 44 por ciento, es decir, 12 mil 835 son agrícolas; 25 por ciento, siete mil 292 son de uso pecuario, mientras que el 17 por ciento, cinco mil, son de uso forestal.

Maíz, frijol, ante la escasez de lluvias; y el ganado, vacas, borregos y puercos, con este calor consume más agua y no la hay, pero con las lluvias y la fe en San Isidro Labrador, refieren quienes creen en su santo, tendrán un buen temporal.

Dentro del catolicismo, al santo se le atribuyen numerosos milagros, sobre todo relacionados con la abundancia de agua.