Negociadores planean lograr pequeños avances en la segunda ronda de conversaciones sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) este fin de semana, tratando de ignorar las constantes amenazas del presidente estadounidense Donald Trump de abandonar el acuerdo trilateral.
Trump ha utilizado Twitter, conferencias de prensa y discursos para atacar el TLCAN en los últimos días, en una estrategia que funcionarios mexicanos y canadienses consideran una táctica de negociación, pero que no obstante ha aumentado la incertidumbre sobre el acuerdo.
"Esperemos que podamos renegociarlo, pero si no podemos, prescindiremos de él y comenzaremos de nuevo con un pacto real", dijo Trump el miércoles a trabajadores en Misuri, mientras los secretarios de Economía y de Relaciones Exteriores de México se reunían con sus pares estadounidenses en Washington.
Representantes comerciales de los tres países tratarán de alcanzar algún avance durante los cinco días de conversaciones en México que comienzan el viernes trabajando en las áreas de mayor consenso antes de abordar los temas más complicados.
"Queremos ver una señal positiva de avance real en las mesas de negociación", comentó Moisés Kalach, director del Consejo Estratégico de Negociaciones Internacionales del Consejo Coordinador Empresarial, una influyente cámara empresarial que lidera la defensa del TLCAN.
"Ojalá que podamos ver, aunque no se tenga que hablar públicamente, algunos temas que se empiezan a cerrar", dijo.
En general, la ronda mexicana, que sigue a las conversaciones hace dos semanas en Washington, se espera que defina más claramente las prioridades de cada nación en lugar de mostrar grandes avances.
La aparición de posiciones detalladas sobre los puntos más difíciles parece menos probable en esta ronda, según las autoridades.
Kalach y un negociador mexicano, que habló bajo condición de anonimato, esperan un amplio acuerdo entre los miembros del TLCAN sobre cómo mejorar las condiciones para las pequeñas empresas, así como en algunos puntos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) que deshizo Trump tras asumir el cargo.
Los temas más divisorios que podrían entrar en las conversaciones abarcan desde las reglas de origen para automóviles, hasta la demanda de Estados Unidos de rechazar el llamado mecanismo de solución de controversias del capítulo 19 para resolver quejas sobre subsidios ilegales y dumping.
Una de las claves de la estrategia estadounidense es cómo reducir su déficit comercial con México, lo que ha llevado a los negociadores a buscar caminos creativos para reequilibrar el comercio, dijo Kalach.
Una esperanza es que la reciente apertura del sector energético en México resultará en más importaciones e inversiones de compañías estadounidenses, algunas de las cuales ya han ingresado al mercado, incluyendo Exxon Mobil Corp y Chevron Corp.
Incluir esa reforma en el TLCAN, de manera que fuera políticamente costoso para un próximo gobierno mexicano retirarlo del acuerdo, daría más garantías a los inversionistas estadounidenses y canadienses, dijo Kalach y el negociador mexicano.
El riesgo de que la reforma se paralizare ha preocupado a funcionarios de la región toda vez que el líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que encabeza las encuestas rumbo a las presidenciales de 2018, se opuso a la apertura de la industria energética.
"Lo mejor que puedan hacer es proteger el NAFTA porque eso protege por esencia sus inversiones", dijo Kalach.
PALABRAS AMBIGUAS
Trump ha acusado a México y Canadá de ser "muy difíciles", y funcionarios de ambos países dicen que sus palabras sorprenden poco dado su estilo de negociación.
Sin embargo, el gobierno de México anunció que prepara un "plan B" ante el riesgo de que Estados Unidos abandone el TLCAN.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau descartó el martes el impacto de las amenazas de Trump y funcionarios canadienses cercanos al proceso de negociación dicen que están totalmente enfocados en las conversaciones.
"Siempre habrá palabras lanzadas aquí y allá, pero (...) seguiremos trabajando seriamente y respetuosamente para mejorar el TLCAN para beneficiar no sólo a los canadienses sino también a nuestros amigos estadounidenses y mexicanos", dijo Trudeau.
Una portavoz del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), Robert Lighthizer, se negó a comentar acerca de cómo las declaraciones de Trump afectarían las conversaciones. Sin embargo, expertos comerciales dicen que es poco probable que fomenten un espíritu de cooperación.
"Creo que sus tweets y declaraciones están complicando lo que ya es una negociación difícil", dijo Wendy Cutler, ex número dos del Representante de Comercio de Estados Unidos.
"Creo que envalentonará a los opositores en Canadá y México que no quieren moverse en ciertas áreas, diciendo a los negociadores, 'no se mueven en estos temas porque el presidente ya dijo que probablemente no firmará en este acuerdo'", comentó.
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