/ sábado 1 de junio de 2024

Glamping, una nueva experiencia en Apan

Los llanos de esta región dejan ver los campos de cebada y disfrutar de un cielo abierto sin

Apan se suma a la oferta ecoturística del glamping, una nueva forma creciente de hospedaje que suma la experiencia de acampar en contacto con la naturaleza, pero, con la comodidad de un hotel de lujo.

Michel Hernández, cofundadora de Terra Viva-Glamping, ubicado en el camino a San Sebastián en Apan, explicó que este proyecto nació hace aproximadamente un año, luego de que, como viajera compulsiva, se percatara que, éste, su municipio natal, contaba con todas las bondades para ofrecer a los paseantes un sitio donde acampar, dormir, comer y disfrutar en medio de la naturaleza y al aire libre, esto, dijo, sin dejar de lado las comodidades con las que cuenta un hotel.

Señaló que en esta región del estado, predomina un paisaje magueyero que se combina con los cultivos de maíz, avena y principalmente la cebada, que ofrecen una vista totalmente distinta a otros puntos del estado donde abundan los espesos bosques como Huasca y Mineral del Chico; sin embargo, aseveró, en Apan, los cielos abiertos sin contaminación lumínica son una nueva alternativa para quienes buscan otros espacios de hospedaje alejados del ruido urbano e incluso de un alto número de turistas.

Precisó que, actualmente cuentan con dos domos hechos en México, ambos con estructuras de acero inoxidable y uno de estos con piezas de bambú con caprichosas formas geométricas conformadas por triángulos y una membrana con tecnología blackout que protege contra los rayos del Sol y permite mantener una temperatura templada dentro.

Aseveró que la vista panorámica es inmejorable para ver el anochecer, las noches estrelladas y el amanecer, además de que, al localizarse fuera de la mancha urbana permite ver un cielo abierto, la localidad de Lomas del Pedregal y la Hacienda de Espejel.

Detalló que el primero de los domos cuenta con cinco metros de diámetro y es ideal para dos personas, en tanto que el segundo es de ocho metros y cuatro de altura, por lo que, además, cuenta con un tapanco de herrería que alberga dos camas, además de que, a diferencia del individual cuenta con un baño completo, un área para cocinar y jacuzzi.

Agregó que ambos cuentan con un área para fogata en la parte exterior y con la posibilidad de acceder a la alberca.

Mencionó que, atendiendo al concepto glamping, cuentan con paquetes para citas románticas con decoraciones con flores, globos y otras amenidades, además de desayunos a la puerta, tablas de charcutería y vino.

Añadió que a la fecha han sumado a decenas de visitantes, principalmente de la Ciudad de México, Querétaro, Tlaxcala y Puebla, además de que las reservaciones en el domo pequeño son a partir de los mil 850 pesos por noche.

Mencionó que las vistas doradas causadas por las cosechas de cebada se pueden vivir a partir de agosto; sin embargo, dijo, cuando la cebada está creciendo se pueden ver muchos animales de granja, y otras especies como ardillas y liebres de gran tamaño.

Finalmente, refirió que, una de las zonas cuenta con encinos y pinos, además de árboles frutales como: durazno, tejocote, peras, manzanas y capulines, los cuales fueron plantados hace casi dos décadas por sus abuelos, quienes a pesar de lo duro de la tierra y el cascajo lograron crecer estos árboles.

Apan se suma a la oferta ecoturística del glamping, una nueva forma creciente de hospedaje que suma la experiencia de acampar en contacto con la naturaleza, pero, con la comodidad de un hotel de lujo.

Michel Hernández, cofundadora de Terra Viva-Glamping, ubicado en el camino a San Sebastián en Apan, explicó que este proyecto nació hace aproximadamente un año, luego de que, como viajera compulsiva, se percatara que, éste, su municipio natal, contaba con todas las bondades para ofrecer a los paseantes un sitio donde acampar, dormir, comer y disfrutar en medio de la naturaleza y al aire libre, esto, dijo, sin dejar de lado las comodidades con las que cuenta un hotel.

Señaló que en esta región del estado, predomina un paisaje magueyero que se combina con los cultivos de maíz, avena y principalmente la cebada, que ofrecen una vista totalmente distinta a otros puntos del estado donde abundan los espesos bosques como Huasca y Mineral del Chico; sin embargo, aseveró, en Apan, los cielos abiertos sin contaminación lumínica son una nueva alternativa para quienes buscan otros espacios de hospedaje alejados del ruido urbano e incluso de un alto número de turistas.

Precisó que, actualmente cuentan con dos domos hechos en México, ambos con estructuras de acero inoxidable y uno de estos con piezas de bambú con caprichosas formas geométricas conformadas por triángulos y una membrana con tecnología blackout que protege contra los rayos del Sol y permite mantener una temperatura templada dentro.

Aseveró que la vista panorámica es inmejorable para ver el anochecer, las noches estrelladas y el amanecer, además de que, al localizarse fuera de la mancha urbana permite ver un cielo abierto, la localidad de Lomas del Pedregal y la Hacienda de Espejel.

Detalló que el primero de los domos cuenta con cinco metros de diámetro y es ideal para dos personas, en tanto que el segundo es de ocho metros y cuatro de altura, por lo que, además, cuenta con un tapanco de herrería que alberga dos camas, además de que, a diferencia del individual cuenta con un baño completo, un área para cocinar y jacuzzi.

Agregó que ambos cuentan con un área para fogata en la parte exterior y con la posibilidad de acceder a la alberca.

Mencionó que, atendiendo al concepto glamping, cuentan con paquetes para citas románticas con decoraciones con flores, globos y otras amenidades, además de desayunos a la puerta, tablas de charcutería y vino.

Añadió que a la fecha han sumado a decenas de visitantes, principalmente de la Ciudad de México, Querétaro, Tlaxcala y Puebla, además de que las reservaciones en el domo pequeño son a partir de los mil 850 pesos por noche.

Mencionó que las vistas doradas causadas por las cosechas de cebada se pueden vivir a partir de agosto; sin embargo, dijo, cuando la cebada está creciendo se pueden ver muchos animales de granja, y otras especies como ardillas y liebres de gran tamaño.

Finalmente, refirió que, una de las zonas cuenta con encinos y pinos, además de árboles frutales como: durazno, tejocote, peras, manzanas y capulines, los cuales fueron plantados hace casi dos décadas por sus abuelos, quienes a pesar de lo duro de la tierra y el cascajo lograron crecer estos árboles.

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