Puebla es una ciudad que puedes visitar en cualquier época del año para conocer su belleza colonial, sus tradiciones y su gastronomía.
La ciudad de Puebla resguarda entre sus muros la memoria de cinco siglos de historia que la hicieron florecer y convertirse en una de las capitales más importantes del país. Hoy es Ciudad Patrimonio y Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica.
En la Angelópolis no todo es historia. La ciudad atrae a todo tipo de visitantes que gustan del arte, la cultura, la diversión, el entretenimiento y el ¡comer rico! Lo mejor es que está situada a solo dos horas de la capital del país. Así que lánzate a conocerla.
Puebla, ciudad patrimonio
Puebla es una ciudad colonial bien preservada, repleta de patrimonio cultural. Caminar por las calles del centro histórico para admirar su arquitectura, la belleza de sus monumentos, descubrir sus tradiciones a través de las constantes manifestaciones culturales y disfrutar su gastronomía es una experiencia que querrás repetir.
No hace falta ser un experto para apreciar la elegancia de su arquitectura en cada cuadra, ya sea por su sencillez, por su sofisticación barroca o por su ingenio novohispano, y es que todo el centro es un museo, ¡sin exagerar! Muestra de ello es la famosa Capilla del Rosario, la Casa de los Muñecos, la Casa del Alfeñique, la Casa Museo de los Hermanos Serdán, la Biblioteca Palafoxiana y la Catedral.
“El centro histórico de Puebla es Patrimonio de la Humanidad y eso significa que es de todos los seres humanos, por eso todos tienen que venir a conocerlo y disfrutarlo; cuenta con dos mil 619 monumentos catalogados por la UNESCO en 6.9 kilómetros cuadrados y esto lo hace uno de los más importantes del país”, expone Alejandro Cañedo, secretario de Economía y Turismo del ayuntamiento.
Paisajes sorprendentes
Puebla se fundó en un valle flanqueado por los volcanes Popocatépetl, Iztaccíhuatl, Pico de Orizaba y la montaña La Malinche, un territorio lleno de contrastes con un clima templado en el que puedes disfrutar paisajes que te sorprenderán.
“El paisaje que nos rodea es único, lo puedes apreciar al despertar desde cualquier hotel en el centro histórico o en las afueras”, señala Cañedo. Incluso, lo puedes disfrutar desde terrazas de museos como El Amparo, restaurantes como el Black Hook del hotel Royalty y La Cúpula del Museo del Automóvil, o el sky bar del hotel Puebla de Antaño, todos ubicados en el corazón de la ciudad.
A ocho minutos del zócalo capitalino está el legendario hotel Lastra, que te regala una de las mejor panorámica de la ciudad al estar situado en el Cerro de Loreto y Guadalupe, en donde también se encuentra el Teleférico, el Centro Expositor, el Auditorio de la Reforma y Casa Puebla, que antes era la casa del gobernador y hoy está abierta al público con juegos, palapas, espacios recreativos y hasta venados.
Hacia el sur, a unos 20 minutos del centro podrás descubrir la Puebla moderna, conocida como Angelópolis. Esta tiene complejos arquitectónicos que incluyen centros comerciales, auditorios, universidades, restaurantes y espacios recreativos como el Parque Lineal, donde está La Estrella de Puebla, que con sus 80 metros de alto te permite una vista formidable de la ciudad y los volcanes. Hay hoteles como el Fiesta Americana Grand o el Camino Real, que te regala una vista espectacular al campo de golf de la Vista Country Club.
Aquí también se encuentra el famoso Museo Internacional del Barroco y el fraccionamiento Lomas de Angelópolis, un complejo habitacional de lujo que es “una ciudad dentro de la ciudad”.
La mejor cocina de México
Un viaje no es un viaje sin una comida inolvidable y Puebla cuenta con la mejor gastronomía del país.
“Somos la cocina de México, tenemos el sello distintivo de Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica 2022-2023 (…) Cuando alguien piensa en comer piensa en Puebla y aquí siempre tenemos el mejor lugar para disfrutar el platillo poblano”, destaca el funcionario.
Además del mole poblano y los chiles en nogada, hay mucho que probar, como las chalupas de San Francisco, las cemitas de mercados como La Victoria, las paletas del Carmen, los tacos árabes que hay por todos lados, al igual que los molotes, los dulces de Santa Clara, de la calle 6 Oriente, y platos deliciosos con sabor a hogar en restaurantes como El Mural de los Poblanos o Casareyna.
Manifestaciones culturales y vida nocturna
“El clima nos permite hacer eventos de todo tipo durante el año, por eso Puebla es un lugar importante para congresos. Es un lugar formal y tranquilo en el que hay orden pero también hay diversión y cultura”, comenta Cañedo.
A lo largo del año se llevan a cabo diversas manifestaciones culturales que forman parte de las tradiciones de los angelopolitanos y que son abiertas para todo el público, como las fiestas de Día de Muertos, que son únicas, con un corredor de ofrendas, o las decembrinas, en las que la ciudad se pinta de colores y los polvorones y chipotles rellenos hacen gala de exquisitez.
Las Noches de Museos se realizan una vez al mes y a través de ellas puedes visitar una veintena de museos con entrada libre. Puebla cuenta con una gran comunidad de artistas, por eso todo el año hay exposiciones y eventos. En el Barrio del Artista, de día y de noche, se manifiesta el arte en todas sus expresiones y es un punto de encuentro para personas de todo el mundo.
Para vivir la noche, el centro histórico cuenta con infinidad de lugares para divertirte. A solo unas calles hacia el poniente se encuentra la Avenida Juárez, con una amplia variedad de bares y restaurantes.
Otros sitios y alrededores
La ciudad atrae a todo tipo de visitantes, como los que buscan y encuentran antigüedades en Los Sapos, para después disfrutar un licor de pasita; los ferroaficionados, que visitan el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, ubicado en la 11 norte; o los que exploran barrios como Analco y El Alto en busca de sorpresas, comida y mariachis.
A solo 20 minutos del centro histórico está Cholula, donde se encuentra la pirámide con el basamento más grande del mundo, coronada con un santuario. Más adelante está Chipilo, famoso por sus lácteos, y a solo 25 kilómetros está Atlixco de las flores, el municipio que presume de tener el mejor clima del mundo.