/ jueves 1 de agosto de 2019

Transnacionales: evasión fiscal y privilegios

“Ante una mayor inversión extranjera mayor desarrollo”, eso reza el principio económico y aunque es verdad, pues genera fuentes de empleo, también es cierto que tiene otra cara menos amable, ya que en el afán de los países por atraer a empresas se conceden cada vez más privilegios en términos de impuestos.

Al final, los únicos realmente beneficiados son las empresas transnacionales, ya que el Estado no recauda los impuestos necesarios para servicios públicos, y son las pequeñas y medianas empresas quienes cargan con la tributación. Entonces si no pagan impuestos justos a los países que les abren las puertas, ¿lo pagan a sus países de origen? Aquí la respuesta:

En el estudio “Offshore Shell Games 2016”, publicado en Estados Unidos, informa que las empresas del ranking Fortune 500 (empresas estadounidenses con mayor volumen de ventas) tienen en cuentas offshore casi 2.5 trillones de dólares en ganancias; al menos 73 % operan una o más subsidiarias en paraísos fiscales (Países Bajos, Islas Caimán y Bermudas).

“El interés por replantear el sistema de tributación internacional de las empresas obedece al surgimiento de modelos de negocio muy rentables, basados en tecnología y altamente digitalizados. Estos modelos dependen mucho de activos intangibles, como patentes o software que son difíciles de valorar.

Esto a su vez ha generado inquietudes acerca de la equidad. Los países con muchos usuarios o consumidores de servicios digitales han descubierto que recaudan pocos ingresos, si acaso, de estas empresas. ¿Por qué? Porque las empresas no tienen ahí una presencia física. Está claro entonces que lo que se necesita es un replanteamiento de fondo de la tributación internacional. Las afirmaciones antes citadas son parte de un discurso de Christine Lagarde, quien se suma al reclamo hacia los abusos.

La Unión Europea estima que la evasión les cuesta entre 50.000 y 70.000 millones de euros por año. Otro informe, “Broken at the Top abril de 2016”, revela que la evasión y elusión fiscal de las empresas transnacionales le cuesta a los países en desarrollo al menos 100.000 millones de libras por año.

No sorprende que Francia aprobó recientemente la llamada Ley Gafa (acrónimo de Google, Amazon, Facebook y Apple) que consiste en cobrar una tasa de un 3% sobre los ingresos de aproximadamente una treintena de empresas, con un aporte al fisco de alrededor de 400 millones de euros este año y 650 millones en 2020. Pero al más puro estilo de Trump arremetió contra su homólogo vía Twitter.

“Anunciaremos una acción recíproca sustancial contra la estupidez de Macron en breve. ¡Siempre he dicho que el vino estadounidense es mejor que el vino francés!” En México ya hubo un intento por gravar los servicios digitales, primero por el PRD el año pasado y este año el diputado de MORENA Alfonso Ramírez también se pronunció a favor del 3% de impuesto sobre las ganancias; pero lo más contundente lo dijo el Presidente en su conferencia matutina del martes 30, pues presentará ante el Congreso de la Unión una iniciativa para prohibir la condonación de impuestos.

Creo que es necesario detener los excesos de las transnacionales, al mismo tiempo de evitar que estas quieran subir los precios de sus servicios para que el usuario absorba el impuesto, esperemos que la estrategia del gobierno sea la adecuada.

“Ante una mayor inversión extranjera mayor desarrollo”, eso reza el principio económico y aunque es verdad, pues genera fuentes de empleo, también es cierto que tiene otra cara menos amable, ya que en el afán de los países por atraer a empresas se conceden cada vez más privilegios en términos de impuestos.

Al final, los únicos realmente beneficiados son las empresas transnacionales, ya que el Estado no recauda los impuestos necesarios para servicios públicos, y son las pequeñas y medianas empresas quienes cargan con la tributación. Entonces si no pagan impuestos justos a los países que les abren las puertas, ¿lo pagan a sus países de origen? Aquí la respuesta:

En el estudio “Offshore Shell Games 2016”, publicado en Estados Unidos, informa que las empresas del ranking Fortune 500 (empresas estadounidenses con mayor volumen de ventas) tienen en cuentas offshore casi 2.5 trillones de dólares en ganancias; al menos 73 % operan una o más subsidiarias en paraísos fiscales (Países Bajos, Islas Caimán y Bermudas).

“El interés por replantear el sistema de tributación internacional de las empresas obedece al surgimiento de modelos de negocio muy rentables, basados en tecnología y altamente digitalizados. Estos modelos dependen mucho de activos intangibles, como patentes o software que son difíciles de valorar.

Esto a su vez ha generado inquietudes acerca de la equidad. Los países con muchos usuarios o consumidores de servicios digitales han descubierto que recaudan pocos ingresos, si acaso, de estas empresas. ¿Por qué? Porque las empresas no tienen ahí una presencia física. Está claro entonces que lo que se necesita es un replanteamiento de fondo de la tributación internacional. Las afirmaciones antes citadas son parte de un discurso de Christine Lagarde, quien se suma al reclamo hacia los abusos.

La Unión Europea estima que la evasión les cuesta entre 50.000 y 70.000 millones de euros por año. Otro informe, “Broken at the Top abril de 2016”, revela que la evasión y elusión fiscal de las empresas transnacionales le cuesta a los países en desarrollo al menos 100.000 millones de libras por año.

No sorprende que Francia aprobó recientemente la llamada Ley Gafa (acrónimo de Google, Amazon, Facebook y Apple) que consiste en cobrar una tasa de un 3% sobre los ingresos de aproximadamente una treintena de empresas, con un aporte al fisco de alrededor de 400 millones de euros este año y 650 millones en 2020. Pero al más puro estilo de Trump arremetió contra su homólogo vía Twitter.

“Anunciaremos una acción recíproca sustancial contra la estupidez de Macron en breve. ¡Siempre he dicho que el vino estadounidense es mejor que el vino francés!” En México ya hubo un intento por gravar los servicios digitales, primero por el PRD el año pasado y este año el diputado de MORENA Alfonso Ramírez también se pronunció a favor del 3% de impuesto sobre las ganancias; pero lo más contundente lo dijo el Presidente en su conferencia matutina del martes 30, pues presentará ante el Congreso de la Unión una iniciativa para prohibir la condonación de impuestos.

Creo que es necesario detener los excesos de las transnacionales, al mismo tiempo de evitar que estas quieran subir los precios de sus servicios para que el usuario absorba el impuesto, esperemos que la estrategia del gobierno sea la adecuada.