/ miércoles 13 de enero de 2021

Sin reconocimiento no hay solución de los problemas

SAPERE AUDE


Dice el refrán que no hay peor ciego que aquel que no quiere ver; y es que para poder enfrentar y resolver cualquier conflicto, crisis o problema primero hay que reconocerlo y posteriormente hacer los análisis, planeaciones y líneas de acción necesarias para salir adelante de tal acontecimiento.

Sin estos análisis elementales de la situación actual con base en hechos reales y presentes, es muy complejo que las cosas mejoren, y es que con más de un millón y medio de casos de Covid-19 y más de 134 mil muertos, el gobierno federal no deja de mostrarse optimista respecto al manejo de la pandemia, incluso ha llegado a afirmar que la pandemia está “domada” como si la pandemia, como tratan de hacerlo en otras cosas, se pudiera eliminar con discursos o por decreto.

Pero el problema de salud es sólo la punta del iceberg de todos los problemas que se avecinan y que ya se hacían presentes desde el año 2019, por cierto antes del Covid, es decir, ya estábamos mal y la pandemia trajo consigo el agudizamiento de nuestros problemas.

Entendiendo que en algún momento con la vacunas (que también monopolizó para un manejo mediático y seguramente electoral el gobierno federal), los cuidados y acatamiento de las medidas sanitarias por parte de todos los ciudadanos saldremos adelante de la crisis sanitaria, se vendrá un problema mayúsculo para la reactivación económica. El gobierno y la pandemia, dejarán una senda de pobreza y pobreza extrema por todo el país, que sin las medidas necesarias de reactivación económicas, el panorama será catastrófico para millones de familia mexicanas.

Algunos lectores seguramente dirán que el gobierno no es responsable de la pandemia y en eso coincido plenamente, pero si es responsable de las medidas que se deben implementar para que sus efectos sean los menores para la población en todos los sentidos. Por eso afirmo que el gobierno es responsable de continuar y profundizar las crisis que ya padecía el país en muchos órdenes y en diferentes sectores. Por ejemplo, contrario a lo que debió haber pasado en la discusión y aprobación de presupuesto del 2019 para fortalecer el sistema de salud, comprendiendo la amenaza que desde Asia ya se hacía al mundo sobre la posibilidad de esta pandemia, se optó por el debilitamiento del sistema público de salud, la eliminación del seguro popular y el recorte presupuestal en muchos rubros del sector salud, el panorama no mejoró ya con el COVID-19 cobrando miles de vidas en distribución del presupuesto para el 2020 y se ejercerá en 2021.

Ante este deterioro de todas las áreas, la sociedad requiere detonar un cambio de rumbo, es necesario generar contrapesos, es necesario hacer efectiva la separación de poderes para que la cámara de diputados pueda con la reorientación y reingeniería del presupuesto darle un rumbo distinto al país, procurando el fortalecimiento del sistema de salud, así como mejorar la proyección económica que de seguir como hasta ahora, continuaremos dramáticamente bajo el deterioro del país. La política económica y el presupuesto de egresos se debe ajustar para garantizar una recuperación real, sostenida y en beneficio de toda la población. Esto sólo se logrará si existe una cámara de diputados plural, consciente de la problemática y sobre todo preparada para hacerle frente a la concentración del poder y a las respuestas gubernamentales de hostigamiento y polarización.

SAPERE AUDE


Dice el refrán que no hay peor ciego que aquel que no quiere ver; y es que para poder enfrentar y resolver cualquier conflicto, crisis o problema primero hay que reconocerlo y posteriormente hacer los análisis, planeaciones y líneas de acción necesarias para salir adelante de tal acontecimiento.

Sin estos análisis elementales de la situación actual con base en hechos reales y presentes, es muy complejo que las cosas mejoren, y es que con más de un millón y medio de casos de Covid-19 y más de 134 mil muertos, el gobierno federal no deja de mostrarse optimista respecto al manejo de la pandemia, incluso ha llegado a afirmar que la pandemia está “domada” como si la pandemia, como tratan de hacerlo en otras cosas, se pudiera eliminar con discursos o por decreto.

Pero el problema de salud es sólo la punta del iceberg de todos los problemas que se avecinan y que ya se hacían presentes desde el año 2019, por cierto antes del Covid, es decir, ya estábamos mal y la pandemia trajo consigo el agudizamiento de nuestros problemas.

Entendiendo que en algún momento con la vacunas (que también monopolizó para un manejo mediático y seguramente electoral el gobierno federal), los cuidados y acatamiento de las medidas sanitarias por parte de todos los ciudadanos saldremos adelante de la crisis sanitaria, se vendrá un problema mayúsculo para la reactivación económica. El gobierno y la pandemia, dejarán una senda de pobreza y pobreza extrema por todo el país, que sin las medidas necesarias de reactivación económicas, el panorama será catastrófico para millones de familia mexicanas.

Algunos lectores seguramente dirán que el gobierno no es responsable de la pandemia y en eso coincido plenamente, pero si es responsable de las medidas que se deben implementar para que sus efectos sean los menores para la población en todos los sentidos. Por eso afirmo que el gobierno es responsable de continuar y profundizar las crisis que ya padecía el país en muchos órdenes y en diferentes sectores. Por ejemplo, contrario a lo que debió haber pasado en la discusión y aprobación de presupuesto del 2019 para fortalecer el sistema de salud, comprendiendo la amenaza que desde Asia ya se hacía al mundo sobre la posibilidad de esta pandemia, se optó por el debilitamiento del sistema público de salud, la eliminación del seguro popular y el recorte presupuestal en muchos rubros del sector salud, el panorama no mejoró ya con el COVID-19 cobrando miles de vidas en distribución del presupuesto para el 2020 y se ejercerá en 2021.

Ante este deterioro de todas las áreas, la sociedad requiere detonar un cambio de rumbo, es necesario generar contrapesos, es necesario hacer efectiva la separación de poderes para que la cámara de diputados pueda con la reorientación y reingeniería del presupuesto darle un rumbo distinto al país, procurando el fortalecimiento del sistema de salud, así como mejorar la proyección económica que de seguir como hasta ahora, continuaremos dramáticamente bajo el deterioro del país. La política económica y el presupuesto de egresos se debe ajustar para garantizar una recuperación real, sostenida y en beneficio de toda la población. Esto sólo se logrará si existe una cámara de diputados plural, consciente de la problemática y sobre todo preparada para hacerle frente a la concentración del poder y a las respuestas gubernamentales de hostigamiento y polarización.