/ miércoles 20 de mayo de 2020

Pobreza en tiempos del Covid-19

En este espacio ya hemos platicado de varias aristas que nos deja el problema del Covid 19. Los estragos en la salud son tangibles en México y en el mundo al registrar millones de contagios que han llevado a la muerte a cientos de miles de personas, lo cual puede aumentar con el paso de las semanas.

La cuestión económica no se encuentra a salvo de la problemática. El escenario optimista de la recuperación económica nos sitúa en el estimado de 21 meses para lograr una respuesta favorable a la recesión mundial que se nos avecina. La pérdida de empleos es ya un conflicto tangible que solo podrá atenderse con una alianza entre el gobierno y la iniciativa privada, aún con las resistencias existentes al respecto.

El empleo es un indicador que nos vincula entre el elemento económico y el social. La pérdida de estos responde a una insuficiencia de las empresas para mantener los empleos, sin embargo, lo concerniente a los ingresos derivados de los empleos nos acerca a los gráficos de pobreza en nuestro país. Recientemente, el Coneval emitió un estudio que señala que 35.7% de la población en México se encuentra en pobreza laboral; esto quiere decir que el ingreso obtenido por las familias derivado de sus trabajos no alcanza para cubrir el costo de la canasta básica.

Esto, sin duda, se recrudecerá con los problemas que se avecinan en el mundo y en nuestro país que no tenía de por sí una base económica sólida y que las decisiones gubernamentales pueden complicar aún más la situación. A nivel mundial Oxfam ha mostrado su enorme preocupación por la situación actual que vive el planeta, ya que puede detener la lucha contra la pobreza en el mundo generando, además, 500 millones de pobres lo que representaría entre el 6 y el 8 por ciento de la población. Ello recrudece, incluso, la lucha contra la pandemia, ya que países de África y de América Latina pueden llevar a consecuencias fatídicas en la atención de los enfermos por los pésimos servicios de salud con los que cuentan.

Así, en Latinoamérica las cifras de pobreza que se generarán por esta crisis tampoco son nada halagüeñas, ya que de acuerdo a la CEPAL, se estima que en esta región el número de pobres crecería a 220 millones, lo cual se aceleraría con las decisiones de frenar la inversión privada y cerrar sus mercados.

En México, la Coneval ha alertado del posible incremento en los índices de pobreza de 7.2 a 7.9 por ciento que, en números específicos, significaría 10 millones de personas más sumergidas en la pobreza.

En países como México, una crisis como esta es un obstáculo mucho mayor de lo que pudiéramos pensar, ya que acompañado de las políticas públicas inadecuadas o la simple negación del problema, nos puede llevar a una situación de pauperismo que no vamos a ser capaces de revertir en años. Por ello, expresamos nuestro deseo que el compromiso del gobierno, la iniciativa privada y todos los entes que participemos en la economía, nos enfoquemos a velar por los que menos tienen, sabiendo que, el crecimiento económico depende de las empresas y es a ellas a quienes hay que impulsar en beneficio de todas y todos.

En este espacio ya hemos platicado de varias aristas que nos deja el problema del Covid 19. Los estragos en la salud son tangibles en México y en el mundo al registrar millones de contagios que han llevado a la muerte a cientos de miles de personas, lo cual puede aumentar con el paso de las semanas.

La cuestión económica no se encuentra a salvo de la problemática. El escenario optimista de la recuperación económica nos sitúa en el estimado de 21 meses para lograr una respuesta favorable a la recesión mundial que se nos avecina. La pérdida de empleos es ya un conflicto tangible que solo podrá atenderse con una alianza entre el gobierno y la iniciativa privada, aún con las resistencias existentes al respecto.

El empleo es un indicador que nos vincula entre el elemento económico y el social. La pérdida de estos responde a una insuficiencia de las empresas para mantener los empleos, sin embargo, lo concerniente a los ingresos derivados de los empleos nos acerca a los gráficos de pobreza en nuestro país. Recientemente, el Coneval emitió un estudio que señala que 35.7% de la población en México se encuentra en pobreza laboral; esto quiere decir que el ingreso obtenido por las familias derivado de sus trabajos no alcanza para cubrir el costo de la canasta básica.

Esto, sin duda, se recrudecerá con los problemas que se avecinan en el mundo y en nuestro país que no tenía de por sí una base económica sólida y que las decisiones gubernamentales pueden complicar aún más la situación. A nivel mundial Oxfam ha mostrado su enorme preocupación por la situación actual que vive el planeta, ya que puede detener la lucha contra la pobreza en el mundo generando, además, 500 millones de pobres lo que representaría entre el 6 y el 8 por ciento de la población. Ello recrudece, incluso, la lucha contra la pandemia, ya que países de África y de América Latina pueden llevar a consecuencias fatídicas en la atención de los enfermos por los pésimos servicios de salud con los que cuentan.

Así, en Latinoamérica las cifras de pobreza que se generarán por esta crisis tampoco son nada halagüeñas, ya que de acuerdo a la CEPAL, se estima que en esta región el número de pobres crecería a 220 millones, lo cual se aceleraría con las decisiones de frenar la inversión privada y cerrar sus mercados.

En México, la Coneval ha alertado del posible incremento en los índices de pobreza de 7.2 a 7.9 por ciento que, en números específicos, significaría 10 millones de personas más sumergidas en la pobreza.

En países como México, una crisis como esta es un obstáculo mucho mayor de lo que pudiéramos pensar, ya que acompañado de las políticas públicas inadecuadas o la simple negación del problema, nos puede llevar a una situación de pauperismo que no vamos a ser capaces de revertir en años. Por ello, expresamos nuestro deseo que el compromiso del gobierno, la iniciativa privada y todos los entes que participemos en la economía, nos enfoquemos a velar por los que menos tienen, sabiendo que, el crecimiento económico depende de las empresas y es a ellas a quienes hay que impulsar en beneficio de todas y todos.