/ domingo 24 de octubre de 2021

Pinturas en el convento de Actopan

Entre los tesoros más notables del arte en Hidalgo, están las pinturas que contienen los muros del Convento Agustino de Actopan Hgo. del Siglo XVI. Este Convento fue construido, según el Arq. Luis McGregor, precursor del estudio de este monasterio, en 1548. Destacan también en el conjunto, el bautisterio y la sacristía, los frescos de la escalera, la capilla abierta, la torre mudéjar, el portal de peregrinos, la sala de profundis, el propio templo, el refectorio con su extraordinaria acústica, y el claustro con sus arcos góticos y románicos. La Capilla Abierta de Actopan es espléndida, es la más notable y monumental de todas las de Hidalgo y tiene una gran presencia.

En sus muros interiores se encuentran pinturas al fresco con escenas bíblicas que servían para el catecismo. En la clave del arco está el corazón traspasado por tres flechas, escudo de la orden agustina. La distancia de ahí al piso es de más de 17 metros. En esta Capilla Abierta se encuentra una pintura que representa al Edén con el árbol del bien y el mal. Adán y Eva están comiendo del fruto prohibido. Las escenas como esta causaban gran impacto entre los indígenas evangelizados.

Eran estas pinturas el instrumento visual de los frailes para dar a conocer los pasajes de la Escritura. Un ejemplo de los frescos que adornan los muros del Claustro del Convento de Actopan es un Cristo en el viacrucis, en donde a base de líneas definidas muestra una gran expresión plástica. En el claustro, donde se rematan los pasillos con pinturas al fresco con pasajes de la vida y la pasión de Cristo. Otra contribución al esplendor del Conjunto de Actopan son sus frescos. En varios conventos, los arquitectos religiosos decoraron muros y elementos de ornato con frescos que contenían profundos mensajes artísticos de carácter renacentista.

En las pinturas se recuerda a los fundadores de la orden, a los doctores de la iglesia y a los pensadores paganos. En el cubo de la escalera de Actopan los frailes dejaron testimonio de un gran dominio de la figura y la armonía. El Cubo de la Escalera tiene una bóveda de crucería muy notable y es famoso por sus frescos que se dividieron, primero por orientación de los muros y luego por niveles: pinturas en los tímpanos de la bóveda, pinturas en zona alta, en zona intermedia y finalmente en la zona baja.

Los niveles aparentes se dan con frisos, cornisas y arcos cuyas enjutas, archivoltas y columnas son también simulados por la pintura. En el mural de la Sala de Profundis, se encuentra una alegoría sobre la llegada de la orden. En tonos de blanco y negro con algunas zonas cromáticas expresan cierta sencillez que es agradable. Recuerdan a los santos de la orden y las peripecias que sufrieron para empezar la evangelización. Se complementa con escenas de ermitaños, anacoretas y doctores. Hay también pinturas en cenefas, cornisas y otros elementos. Visite el Convento de Actopan y admire estas pinturas.

Entre los tesoros más notables del arte en Hidalgo, están las pinturas que contienen los muros del Convento Agustino de Actopan Hgo. del Siglo XVI. Este Convento fue construido, según el Arq. Luis McGregor, precursor del estudio de este monasterio, en 1548. Destacan también en el conjunto, el bautisterio y la sacristía, los frescos de la escalera, la capilla abierta, la torre mudéjar, el portal de peregrinos, la sala de profundis, el propio templo, el refectorio con su extraordinaria acústica, y el claustro con sus arcos góticos y románicos. La Capilla Abierta de Actopan es espléndida, es la más notable y monumental de todas las de Hidalgo y tiene una gran presencia.

En sus muros interiores se encuentran pinturas al fresco con escenas bíblicas que servían para el catecismo. En la clave del arco está el corazón traspasado por tres flechas, escudo de la orden agustina. La distancia de ahí al piso es de más de 17 metros. En esta Capilla Abierta se encuentra una pintura que representa al Edén con el árbol del bien y el mal. Adán y Eva están comiendo del fruto prohibido. Las escenas como esta causaban gran impacto entre los indígenas evangelizados.

Eran estas pinturas el instrumento visual de los frailes para dar a conocer los pasajes de la Escritura. Un ejemplo de los frescos que adornan los muros del Claustro del Convento de Actopan es un Cristo en el viacrucis, en donde a base de líneas definidas muestra una gran expresión plástica. En el claustro, donde se rematan los pasillos con pinturas al fresco con pasajes de la vida y la pasión de Cristo. Otra contribución al esplendor del Conjunto de Actopan son sus frescos. En varios conventos, los arquitectos religiosos decoraron muros y elementos de ornato con frescos que contenían profundos mensajes artísticos de carácter renacentista.

En las pinturas se recuerda a los fundadores de la orden, a los doctores de la iglesia y a los pensadores paganos. En el cubo de la escalera de Actopan los frailes dejaron testimonio de un gran dominio de la figura y la armonía. El Cubo de la Escalera tiene una bóveda de crucería muy notable y es famoso por sus frescos que se dividieron, primero por orientación de los muros y luego por niveles: pinturas en los tímpanos de la bóveda, pinturas en zona alta, en zona intermedia y finalmente en la zona baja.

Los niveles aparentes se dan con frisos, cornisas y arcos cuyas enjutas, archivoltas y columnas son también simulados por la pintura. En el mural de la Sala de Profundis, se encuentra una alegoría sobre la llegada de la orden. En tonos de blanco y negro con algunas zonas cromáticas expresan cierta sencillez que es agradable. Recuerdan a los santos de la orden y las peripecias que sufrieron para empezar la evangelización. Se complementa con escenas de ermitaños, anacoretas y doctores. Hay también pinturas en cenefas, cornisas y otros elementos. Visite el Convento de Actopan y admire estas pinturas.