/ miércoles 26 de agosto de 2020

Para tener la lengua larga, hay que tener la cola muy corta

SAPERE AUDE


El sexenio de Enrique Peña Nieto será recordado por todos los mexicanos como el más corrupto, pero también en el que hubo el mayor índice de impunidad en la historia reciente de México.

Muchos vieron en la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador, la posibilidad de dar un castigo ejemplar a todos aquellos que no solamente se habían robado el dinero, sino que se burlaron de la ciudadanía, de la justicia, y además gozaban de una vida llena de lujos y excesos producto del dinero que tomaron y que era propiedad del pueblo de México.

El anhelo de los mexicanos por poder ver a un expresidente de la república vinculado a proceso por casos de corrupción, se encuentra condicionado a la popularidad del presidente de la república - a menor popularidad, mayor será el énfasis que se le ponga a la estrategia para castigar y perseguir a funcionarios de los gobiernos anteriores.

Es evidente el manejo mediático político y electoral que se le está dando al caso Lozoya, es una cortina de humo para tratar de desviar la atención de los grandes problemas que estamos atravesando como Nación.

Hoy también con los videos en que se exhibe a Pio López obrador, hermano del presidente de la república recibiendo dinero del que hoy es un alto funcionario de la cuarta transformación se pone en evidencia que el presidente Andrés Manuel López Obrador no es el más congruente a la hora de juzgar ese tipo de acciones, porque en el caso Lozoya y otros ha catalogado esta conducta como un acto de corrupción y con los videos de su hermano, el caso lo ha justificado como una aportación de militantes - por cierto - aportación que no aparece en ningún registro del INE como debería suceder con estos recursos.

Entonces, estamos ante un doble discurso, en que sólo cuando les benefician las cosas, condenan, señalan o actúan, pero cuando les perjudican, seguramente se trata de un complot o de un cuatro a la cuarta de cuarta.

Por ello los ciudadanos que tendrán la posibilidad de elegir a sus autoridades municipales en pocos meses, deben hacer un examen de conciencia, y deben votar por aquellos candidatos y candidatas que se manifiesten a favor de castigar la corrupción y otros delitos, trátese de quien se trate, el delincuente o la víctima.

De tal forma, que no se ocupe de manera perversa y facciosa la administración de la justicia, hay que luchar y votar para que las cosas cambien, no sólo basta cambiar de personas, hay que cambiar de actitudes y de conductas. Urge una nueva forma de gobernar y muchos estamos dispuestos a eso.

SAPERE AUDE


El sexenio de Enrique Peña Nieto será recordado por todos los mexicanos como el más corrupto, pero también en el que hubo el mayor índice de impunidad en la historia reciente de México.

Muchos vieron en la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador, la posibilidad de dar un castigo ejemplar a todos aquellos que no solamente se habían robado el dinero, sino que se burlaron de la ciudadanía, de la justicia, y además gozaban de una vida llena de lujos y excesos producto del dinero que tomaron y que era propiedad del pueblo de México.

El anhelo de los mexicanos por poder ver a un expresidente de la república vinculado a proceso por casos de corrupción, se encuentra condicionado a la popularidad del presidente de la república - a menor popularidad, mayor será el énfasis que se le ponga a la estrategia para castigar y perseguir a funcionarios de los gobiernos anteriores.

Es evidente el manejo mediático político y electoral que se le está dando al caso Lozoya, es una cortina de humo para tratar de desviar la atención de los grandes problemas que estamos atravesando como Nación.

Hoy también con los videos en que se exhibe a Pio López obrador, hermano del presidente de la república recibiendo dinero del que hoy es un alto funcionario de la cuarta transformación se pone en evidencia que el presidente Andrés Manuel López Obrador no es el más congruente a la hora de juzgar ese tipo de acciones, porque en el caso Lozoya y otros ha catalogado esta conducta como un acto de corrupción y con los videos de su hermano, el caso lo ha justificado como una aportación de militantes - por cierto - aportación que no aparece en ningún registro del INE como debería suceder con estos recursos.

Entonces, estamos ante un doble discurso, en que sólo cuando les benefician las cosas, condenan, señalan o actúan, pero cuando les perjudican, seguramente se trata de un complot o de un cuatro a la cuarta de cuarta.

Por ello los ciudadanos que tendrán la posibilidad de elegir a sus autoridades municipales en pocos meses, deben hacer un examen de conciencia, y deben votar por aquellos candidatos y candidatas que se manifiesten a favor de castigar la corrupción y otros delitos, trátese de quien se trate, el delincuente o la víctima.

De tal forma, que no se ocupe de manera perversa y facciosa la administración de la justicia, hay que luchar y votar para que las cosas cambien, no sólo basta cambiar de personas, hay que cambiar de actitudes y de conductas. Urge una nueva forma de gobernar y muchos estamos dispuestos a eso.