/ martes 22 de febrero de 2022

¿Olvidarse de nuestra lengua materna?

La lengua materna es el primer idioma que de hecho aprendemos. Es la lengua que nos enseñan nuestros padres, la que desde niños escuchamos y reconocemos en nuestro entorno familiar. La que claro está, define nuestra identidad y para muchos de nosotros es también motivo de orgullo.

Sin embargo, si nuestra lengua materna es indígena; en realidad, ¿Puede ser motivo de orgullo? porque los datos sobre discriminación nos indican que la probabilidad de tan solo ser indígena y hablar en la lengua materna que no es el español puede no ser motivo de orgullo, por el contrario, suele ser alto el nivel de dscriminación a la que puede ser sujeto un individuo. Es una realidad, triste, pero lo es.

Los pueblos indígenas en nuestro país han padecido históricamente una fuerte presión social y política de nuestra sociedad, que ha inhibido el uso de las lenguas nativas o maternas. La ausencia de valor de las lenguas nativas, y en muchos casos, verguenza de hablarlas, ha propiciado que las familias indígenas busquen afanosamente el uso de la lengua que predomina como una forma de pertenecer y adaptarse al contexto social que aventaja para ser visible. Como resultado, es muy notorio observar que las nuevas generaciones tienen un afán de olvidar su lengua materna indígena.

En la actualidad, México cuenta con 69 lenguas nacionales 68 indígenas y el español. En nuestro país de acuerdo con el INEGI, existen 7,364,645 personas de 3 años y más de edad que hablan alguna lengua indígena, lo que representa el 6 % de la población total. Las más habladas son: Náhuatl, Maya y Tseltal y las entidades con mayor porcentaje de hablantes de lengua indígena son: Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Guerrero, Quintana Roo, Campeche e Hidalgo, éste último, con un 12.3% de población que habla su lengua materna.

Sin embargo, de acuerdo con la UNESCO cerca del 26% de las lenguas indígenas de la región se encuentran en peligro de que desaparezcan y varias se han ido perdiendo últimamente. Cada vez que perdemos una lengua materna, perdemos la herencia cultural de nuestro país, identidad y sentido de pertenencia.

¿Podemos restablecer la pérdida de esta magnífica diversidad lingüística? Por supuesto que sí. Anteponiendo y reconociendo el valor y la contribución de los pueblos indígenas al desarrollo de nuestro país, incentivando la transmisión intergeneracional y su uso en todo momento en el sector educativo. Sin embargo, los desafíos en este sector no son para nada menores, pues en este sentido, las autoridades educativas deben plantearse la tarea de entrenar, capacitar o formar docentes que dominen la lengua de la comunidad donde imparten sus cursos, pues todavía en nuestro país, hay 5.5% de las primarias indígenas en donde docentes y alumnos no hablan la misma lengua, dificultando la comunicación y con ello no se cumple con el derecho a recibir educación en su idioma.


Las de chile seco

Habrá que enfocar baterías en la formación socioemocional de niñas y niños.


La lengua materna es el primer idioma que de hecho aprendemos. Es la lengua que nos enseñan nuestros padres, la que desde niños escuchamos y reconocemos en nuestro entorno familiar. La que claro está, define nuestra identidad y para muchos de nosotros es también motivo de orgullo.

Sin embargo, si nuestra lengua materna es indígena; en realidad, ¿Puede ser motivo de orgullo? porque los datos sobre discriminación nos indican que la probabilidad de tan solo ser indígena y hablar en la lengua materna que no es el español puede no ser motivo de orgullo, por el contrario, suele ser alto el nivel de dscriminación a la que puede ser sujeto un individuo. Es una realidad, triste, pero lo es.

Los pueblos indígenas en nuestro país han padecido históricamente una fuerte presión social y política de nuestra sociedad, que ha inhibido el uso de las lenguas nativas o maternas. La ausencia de valor de las lenguas nativas, y en muchos casos, verguenza de hablarlas, ha propiciado que las familias indígenas busquen afanosamente el uso de la lengua que predomina como una forma de pertenecer y adaptarse al contexto social que aventaja para ser visible. Como resultado, es muy notorio observar que las nuevas generaciones tienen un afán de olvidar su lengua materna indígena.

En la actualidad, México cuenta con 69 lenguas nacionales 68 indígenas y el español. En nuestro país de acuerdo con el INEGI, existen 7,364,645 personas de 3 años y más de edad que hablan alguna lengua indígena, lo que representa el 6 % de la población total. Las más habladas son: Náhuatl, Maya y Tseltal y las entidades con mayor porcentaje de hablantes de lengua indígena son: Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Guerrero, Quintana Roo, Campeche e Hidalgo, éste último, con un 12.3% de población que habla su lengua materna.

Sin embargo, de acuerdo con la UNESCO cerca del 26% de las lenguas indígenas de la región se encuentran en peligro de que desaparezcan y varias se han ido perdiendo últimamente. Cada vez que perdemos una lengua materna, perdemos la herencia cultural de nuestro país, identidad y sentido de pertenencia.

¿Podemos restablecer la pérdida de esta magnífica diversidad lingüística? Por supuesto que sí. Anteponiendo y reconociendo el valor y la contribución de los pueblos indígenas al desarrollo de nuestro país, incentivando la transmisión intergeneracional y su uso en todo momento en el sector educativo. Sin embargo, los desafíos en este sector no son para nada menores, pues en este sentido, las autoridades educativas deben plantearse la tarea de entrenar, capacitar o formar docentes que dominen la lengua de la comunidad donde imparten sus cursos, pues todavía en nuestro país, hay 5.5% de las primarias indígenas en donde docentes y alumnos no hablan la misma lengua, dificultando la comunicación y con ello no se cumple con el derecho a recibir educación en su idioma.


Las de chile seco

Habrá que enfocar baterías en la formación socioemocional de niñas y niños.