/ martes 5 de abril de 2022

No ideologías en nuestros libros de texto

A lo largo de la historia, en el sector educativo, se realizan muchas revisiones de planes y programas de estudio, por lo que las dinámicas para realizar dicha revisión son diversas, en ocasiones se reúnen un buen número de expertos, otros, con una consulta a todos los sectores o incluso con trabajadores especializados en diseño curricular adscritos a la Secretaría de Educación Pública en torno a un análisis, revisión, o en su caso, proponen nuevos contenidos a cada programa para que sean incorporados a los libros de texto y que son entregados a nuestros hijos en las escuelas de educación básica. Sencillo. En apariencia. ¿Pero, qué puede ocurrir y qué podemos esperar después de una revisión y sobre todo de una nueva propuesta de diseño curricular?

Pues bien, antes de un análisis y sobre todo de proponer un planteamiento, se debe pensar si todos los huecos pueden ser llenados, es decir si lo que se plasma en un libro de texto puede ser abordado pedagógicamente por los maestros y ellos a su vez estén listos para enseñarlo en las aulas, sino, hay que considerar la capacitación docente.

Consecuentemente, la forma y el cómo se revisan los planes y programas de estudio de los libros de texto, pareciera ser sencillo de explicar, pues este concepto ha sido objeto de muchos estudios que, a través del tiempo, han sido observados, abordados y puestos en la lupa de propios y extraños, pues lo que se refleja y se expresa en esos documentos es una narrativa diaria que nuestros hijos construyen en su mente, incluyendo ideologías, opiniones sobre personajes de la historia o unas matemáticas que pudieran entender su propia economía familiar. Por eso es muy importante saber que aprenden nuestros hijos y conocer estos procesos que se llevan a cabo en nuestro país.

Ahora bien, un tema que en este sentido no debe dejarse de lado es que, claro, cuando se abren los procesos de revisión, es imperativo involucrar a los expertos, convocar a los especialistas que conocen el sistema educativo nacional, transparentar tanto los participantes como el resultado del ejercicio, de tal forma que se tenga la seguridad de que invitaron a un abanico de opinadores, docentes y académicos para obtener una visión diversa en la construcción nada más ni mada menos que lo que estudiarán nuestros hijos. Parece, que en esta ocasión se careció de la base experta en dicha revisión. Habrá que ver el resultado.


Las de chile seco

En la Comisión de Educación del Congreso Federal, aprobamos la reincorporación del plan alimentario y del horario ampliado de las escuelas de tiempo completo.


A lo largo de la historia, en el sector educativo, se realizan muchas revisiones de planes y programas de estudio, por lo que las dinámicas para realizar dicha revisión son diversas, en ocasiones se reúnen un buen número de expertos, otros, con una consulta a todos los sectores o incluso con trabajadores especializados en diseño curricular adscritos a la Secretaría de Educación Pública en torno a un análisis, revisión, o en su caso, proponen nuevos contenidos a cada programa para que sean incorporados a los libros de texto y que son entregados a nuestros hijos en las escuelas de educación básica. Sencillo. En apariencia. ¿Pero, qué puede ocurrir y qué podemos esperar después de una revisión y sobre todo de una nueva propuesta de diseño curricular?

Pues bien, antes de un análisis y sobre todo de proponer un planteamiento, se debe pensar si todos los huecos pueden ser llenados, es decir si lo que se plasma en un libro de texto puede ser abordado pedagógicamente por los maestros y ellos a su vez estén listos para enseñarlo en las aulas, sino, hay que considerar la capacitación docente.

Consecuentemente, la forma y el cómo se revisan los planes y programas de estudio de los libros de texto, pareciera ser sencillo de explicar, pues este concepto ha sido objeto de muchos estudios que, a través del tiempo, han sido observados, abordados y puestos en la lupa de propios y extraños, pues lo que se refleja y se expresa en esos documentos es una narrativa diaria que nuestros hijos construyen en su mente, incluyendo ideologías, opiniones sobre personajes de la historia o unas matemáticas que pudieran entender su propia economía familiar. Por eso es muy importante saber que aprenden nuestros hijos y conocer estos procesos que se llevan a cabo en nuestro país.

Ahora bien, un tema que en este sentido no debe dejarse de lado es que, claro, cuando se abren los procesos de revisión, es imperativo involucrar a los expertos, convocar a los especialistas que conocen el sistema educativo nacional, transparentar tanto los participantes como el resultado del ejercicio, de tal forma que se tenga la seguridad de que invitaron a un abanico de opinadores, docentes y académicos para obtener una visión diversa en la construcción nada más ni mada menos que lo que estudiarán nuestros hijos. Parece, que en esta ocasión se careció de la base experta en dicha revisión. Habrá que ver el resultado.


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