/ miércoles 3 de febrero de 2021

Ni con la vacuna hay seriedad

Con esta pandemia llevamos meses, incluso en algunas partes del mundo ya se cumple más de un año que se ha luchado con muchas pérdidas de por medio: las económicas que se espera que se superen lo más pronto posible y las humanas que no se recuperan bajo ninguna circunstancia y dejan un vacío enorme en sus seres queridos. Estas últimas son, en realidad, en las que los gobiernos deben evitar seguir perdiendo.

Día a día los contagios dejan de preocupar en nuestro país para dar lugar a la visión de las decenas de miles de pérdidas humanas que ha traído consigo una pandemia incontrolable para aquellos servidores públicos que combinan ineficiencia con soberbia y que, lejos de actuar como científicos, son meras comparsas que les permitan mantener su posición de privilegio.

Hay países que viven en la inteligencia de la prospección y, en el caso de una pandemia, la posibilidad de reacción entre países depende de la región donde se encuentren. Un contagio que inició en China, prácticamente puso de rodillas a todo el continente asiático quien, a pesar de todo, pudo resolver en algunas regiones la problemático y hoy presumen de una recuperación adecuada incluso en la segunda oleada.

Europa, por la cercanía económica y geopolítica con Asia también se vio sumamente afectada, generando un número importante de contagios y una tasa de mortalidad baja aunque significativa para lo que en ese momento se desconocía del Coronavirus. En México la historia fue una muy distinta que hoy nos tiene sumidos en ser un ejemplo negativo para todo el mundo.

Con una de las tasas de mortalidad más altas del planeta si no es que la que más, acusando, evadiendo responsabilidad y con pretextos que no se acomodan a la realidad nacional, México no ha tenido la más mínima capacidad reactiva y mucho menos preventiva cuando todas las circunstancias apuntaban a que tuviera un espacio para actuar más amplio que cualquier otra nación.

A sabiendas que la vacuna es la salida de esta terrible pandemia, nuestras autoridades encargadas de enfrentar la pandemia no han hecho lo necesario para paliar las muertes que se siguen contando a diario por miles. Las supuestas vacunas que se adquirieron no se tienen bajo el argumento de que las farmacéuticas se han retrasado en la entrega lo cual es difícil de entender cuando volteamos a nuestros vecinos y tienen un ritmo de vacunación mucho más alto que el nuestro.

Después de más de un mes de vacunación por fin se cubrió al número reducido de personal médico - o al menos eso nos dicen, porque ya sabemos que meses después las cifras oficiales dan un giro dramático – lo cual demuestra el retraso y la indiferencia para con el pueblo de México.

No conformes con esa ineficiente actitud, ahora se empieza a delinear el plan para vacunar a adultos mayores a través de un esquema de citas que tiene el sello de la 4T: desorden, corrupción, ineficiencia y tapadera de errores. El sitio web habilitado anunciado con bombo y platillo no funciona. Ello da un espacio para mantener la mentira que, incluso, ha hecho suya un partido político para mantener su posición política.

Así las cosas, aún con todos los instrumentos que los ha tenido a la mano casi desde el inicio de la pandemia y con la posibilidad de verse reflejado en otros países la respuesta ha sido nula, tal y como si las promesas de campaña para defender al pueblo se desvanecieran una a una.

Con esta pandemia llevamos meses, incluso en algunas partes del mundo ya se cumple más de un año que se ha luchado con muchas pérdidas de por medio: las económicas que se espera que se superen lo más pronto posible y las humanas que no se recuperan bajo ninguna circunstancia y dejan un vacío enorme en sus seres queridos. Estas últimas son, en realidad, en las que los gobiernos deben evitar seguir perdiendo.

Día a día los contagios dejan de preocupar en nuestro país para dar lugar a la visión de las decenas de miles de pérdidas humanas que ha traído consigo una pandemia incontrolable para aquellos servidores públicos que combinan ineficiencia con soberbia y que, lejos de actuar como científicos, son meras comparsas que les permitan mantener su posición de privilegio.

Hay países que viven en la inteligencia de la prospección y, en el caso de una pandemia, la posibilidad de reacción entre países depende de la región donde se encuentren. Un contagio que inició en China, prácticamente puso de rodillas a todo el continente asiático quien, a pesar de todo, pudo resolver en algunas regiones la problemático y hoy presumen de una recuperación adecuada incluso en la segunda oleada.

Europa, por la cercanía económica y geopolítica con Asia también se vio sumamente afectada, generando un número importante de contagios y una tasa de mortalidad baja aunque significativa para lo que en ese momento se desconocía del Coronavirus. En México la historia fue una muy distinta que hoy nos tiene sumidos en ser un ejemplo negativo para todo el mundo.

Con una de las tasas de mortalidad más altas del planeta si no es que la que más, acusando, evadiendo responsabilidad y con pretextos que no se acomodan a la realidad nacional, México no ha tenido la más mínima capacidad reactiva y mucho menos preventiva cuando todas las circunstancias apuntaban a que tuviera un espacio para actuar más amplio que cualquier otra nación.

A sabiendas que la vacuna es la salida de esta terrible pandemia, nuestras autoridades encargadas de enfrentar la pandemia no han hecho lo necesario para paliar las muertes que se siguen contando a diario por miles. Las supuestas vacunas que se adquirieron no se tienen bajo el argumento de que las farmacéuticas se han retrasado en la entrega lo cual es difícil de entender cuando volteamos a nuestros vecinos y tienen un ritmo de vacunación mucho más alto que el nuestro.

Después de más de un mes de vacunación por fin se cubrió al número reducido de personal médico - o al menos eso nos dicen, porque ya sabemos que meses después las cifras oficiales dan un giro dramático – lo cual demuestra el retraso y la indiferencia para con el pueblo de México.

No conformes con esa ineficiente actitud, ahora se empieza a delinear el plan para vacunar a adultos mayores a través de un esquema de citas que tiene el sello de la 4T: desorden, corrupción, ineficiencia y tapadera de errores. El sitio web habilitado anunciado con bombo y platillo no funciona. Ello da un espacio para mantener la mentira que, incluso, ha hecho suya un partido político para mantener su posición política.

Así las cosas, aún con todos los instrumentos que los ha tenido a la mano casi desde el inicio de la pandemia y con la posibilidad de verse reflejado en otros países la respuesta ha sido nula, tal y como si las promesas de campaña para defender al pueblo se desvanecieran una a una.