A partir del próximo 23 de julio y hasta el 8 de agosto se desarrollarán los Juegos Olímpicos de Tokio, Japón. Sin duda alguna, esta edición será por demás singular en virtud de que traerá consigo la vuelta de la actividad deportiva del olimpismo después de la aparición de la pandemia sanitaria que, aunque subsistente dentro del orbe, su manejo ha posibilitado volver a celebrar justas deportivas de excelencia como sucede ahora mismo en Europa y América con sus copas de fútbol soccer.
Bajo rigurosos protocolos de seguridad y sanidad internacional anti-COVID, el Comité Olímpico en conjunto con autoridades japonesas se encuentran prestos para recibir a miles de atletas que integrarán las delegaciones de 204 países que competirán a lo largo de 17 días por hacerse de la gloria olímpica con la obtención de medallas. Destacan las ausencias del representativo de Corea del Norte, al retirarse de la competencia por una declinación ligada a una decisión de su gobierno y el de Rusia al haber sido sancionado por controles antidopaje lo que le impedirá participar.
El equipo mexicano históricamente fuerte en el boxeo, marcha, atletismo, clavados y por supuesto fútbol, buscará triunfos que ratifiquen su condición ganadora en este tipo de competencias, sumado a que en otras disciplinas competirá al máximo nivel en aras también de legitimar la práctica de estos deportes en nuestro país.
Sin duda alguna, la Comisión Nacional del Deporte, el Comité Olímpico Mexicano, así como las federaciones deportivas han establecido sus proyecciones de competitividad para estos juegos olímpicos y en muchos de los casos en alianza con conglomerados empresariales y diferentes niveles de gobierno, se han diseñado esquemas de apoyos en diversas vías, lo mismo en lo deportivo primeramente, con fogueos de alta exigencia y torneos clasificatorios altamente competitivos, pero también debe reconocerse los impulsos en materia económica para prácticamente privilegiar la disciplina y concentración estrictamente deportiva de cada competidor y competidora frente a su cita olímpica por encima de cualquier presión de índole económica que les mine en lo primordial, que es asegurarse de medirse al máximo de sus habilidades.
Eventualmente, podrán surgir también casos puntuales para las y los atletas, en donde la complejidad en el acceso a los apoyos previamente descritos les ha hecho dar una lucha extradeportiva para asegurar su lugar en Japón, costeando así sus etapas clasificatorias y de preparación previa a los JO.
Para orgullo de Hidalgo, en Tokio contaremos con la representación de tres destacadas mujeres quienes competirán por México en el golf, el ciclismo y la equitación. Así, los perfiles de María Fassi, en el golf; Daniela Campuzano en ciclismo y Martha Fernanda Del Valle en equitación, verán consolidados sus ciclos olímpicos y tendrán una experiencia auténticamente de primerísimo mundo para demostrar su talento y sobre todo su nivel de competencia frente a las mejores exponentes de cada uno de sus deportes.
Bajo este contexto no debe dejar de reconocerse el compromiso del Gobierno del Estado de Hidalgo para sumarse al apoyo logístico y administrativo a nuestras representantes olímpicas, quienes son ejemplos para la juventud, para las propias mujeres y aspiración natural de las generaciones infantiles que hoy practican el deporte a lo largo del territorio estatal y quienes aspiran legítimamente a convertirse el día de mañana en competidores olímpicos como María, Daniela y Martha Fernanda.
Para ellas y para toda la delegación mexicana todo el éxito en Tokio. ¡Estamos con ustedes!
