/ domingo 13 de octubre de 2019

Miguel Ángel, genio del Renacimiento

Muchas personas admiran la obra del genio renacentista, Miguel Ángel Buonarroti, pero desconocen algunas obras que lo califican como un gran arquitecto y urbanista. Sabemos de su inmortal desempeño como escultor, habiendo dejado al mundo para su admiración obras como el "Moisés", del que se cuenta que al terminarlo, el genio de Florencia, le dio un pequeño golpe de martillo en la rodilla y diciéndole: “habla” expresando así que era tan perfecto que solo le faltaba hablar. Para mencionar otras dos obras escultóricas diremos que el “David” que está en el museo de Florencia, es una obra en la que según los críticos, creó el cuerpo del hombre más cercano a la perfección; y claro la famosa escultura “La Piedad” en la que la perfección es evidente. Más adelante como pintor obligado, -él no quería pintar el techo de la Capilla Sixtina- hizo los frescos más famosos del mundo con una gran expresión que ha maravillado a propios y extraños durante cinco siglos.

Como arquitecto fue notable su trabajo en la Basílica de San Pedro cuya cúpula diseñó y hasta una maqueta de madera del tamaño de una habitación hizo para modelo de la obra. En la Basílica de San Pedro en Roma, intervinieron varios arquitectos famosos de la época del Renacimiento y uno del Barroco. Los primeros fueron, Donato Bramante, Rafael Sanzio, Antoni de Sangallo, Miguel Ángel y Carlo Maderno. Maderno solo le añadió a la cúpula la linternilla de la parte superior que según los críticos hubiera satisfecho al mismo Miguel Ángel que ya había fallecido. Al final el barroco, Lorenzo Bernini, hizo la columnata que envuelve la Plaza de esta Basílica. Pero deseo resaltar la obra de Miguel Ángel como urbanista ejemplificada en la llamada “Plaza del Campidoglio”.

En esta obra a instancias del papa Pablo III, Miguel Ángel lleva a cabo una profunda reforma urbana planificada por él mismo. La reforma se inició porque el Papa quería impresionar a Carlos V, que iba a visitar la ciudad de Roma en 1538. Si bien los proyectos y las obras comenzaron en 1536 no terminarían hasta muchos años después, en el siglo XVII. La plaza del Campidoglio fue orientada hacia la basílica de San Pedro, cambiando su orientación original al Foro y cargando así de nuevo simbolismo a la plaza, que ahora parecía reconocer en la Iglesia a la máxima autoridad de Roma.

En torno a la plaza del Campidoglio se dispuso la construcción el Palacio de los Conservadores y el Museo Capitolino, así como también el Palacio del Senado, este sobre las ruinas del Tabularium, dando al conjunto una uniformidad constructiva acorde con la monumentalidad propia de Roma. También se construyeron unas nuevas escaleras de acceso, conocidas como la “Cordonata”. Lo notable de este proyecto es que Miguel Ángel modificó los alineamientos de la Plaza para hacerla visualmente más amplia y la escalera también, modificó sus lados para que pareciera más ancha. Octubre de 2019.

Muchas personas admiran la obra del genio renacentista, Miguel Ángel Buonarroti, pero desconocen algunas obras que lo califican como un gran arquitecto y urbanista. Sabemos de su inmortal desempeño como escultor, habiendo dejado al mundo para su admiración obras como el "Moisés", del que se cuenta que al terminarlo, el genio de Florencia, le dio un pequeño golpe de martillo en la rodilla y diciéndole: “habla” expresando así que era tan perfecto que solo le faltaba hablar. Para mencionar otras dos obras escultóricas diremos que el “David” que está en el museo de Florencia, es una obra en la que según los críticos, creó el cuerpo del hombre más cercano a la perfección; y claro la famosa escultura “La Piedad” en la que la perfección es evidente. Más adelante como pintor obligado, -él no quería pintar el techo de la Capilla Sixtina- hizo los frescos más famosos del mundo con una gran expresión que ha maravillado a propios y extraños durante cinco siglos.

Como arquitecto fue notable su trabajo en la Basílica de San Pedro cuya cúpula diseñó y hasta una maqueta de madera del tamaño de una habitación hizo para modelo de la obra. En la Basílica de San Pedro en Roma, intervinieron varios arquitectos famosos de la época del Renacimiento y uno del Barroco. Los primeros fueron, Donato Bramante, Rafael Sanzio, Antoni de Sangallo, Miguel Ángel y Carlo Maderno. Maderno solo le añadió a la cúpula la linternilla de la parte superior que según los críticos hubiera satisfecho al mismo Miguel Ángel que ya había fallecido. Al final el barroco, Lorenzo Bernini, hizo la columnata que envuelve la Plaza de esta Basílica. Pero deseo resaltar la obra de Miguel Ángel como urbanista ejemplificada en la llamada “Plaza del Campidoglio”.

En esta obra a instancias del papa Pablo III, Miguel Ángel lleva a cabo una profunda reforma urbana planificada por él mismo. La reforma se inició porque el Papa quería impresionar a Carlos V, que iba a visitar la ciudad de Roma en 1538. Si bien los proyectos y las obras comenzaron en 1536 no terminarían hasta muchos años después, en el siglo XVII. La plaza del Campidoglio fue orientada hacia la basílica de San Pedro, cambiando su orientación original al Foro y cargando así de nuevo simbolismo a la plaza, que ahora parecía reconocer en la Iglesia a la máxima autoridad de Roma.

En torno a la plaza del Campidoglio se dispuso la construcción el Palacio de los Conservadores y el Museo Capitolino, así como también el Palacio del Senado, este sobre las ruinas del Tabularium, dando al conjunto una uniformidad constructiva acorde con la monumentalidad propia de Roma. También se construyeron unas nuevas escaleras de acceso, conocidas como la “Cordonata”. Lo notable de este proyecto es que Miguel Ángel modificó los alineamientos de la Plaza para hacerla visualmente más amplia y la escalera también, modificó sus lados para que pareciera más ancha. Octubre de 2019.