/ martes 3 de agosto de 2021

MÉXICO Y LA MEDIACIÓN EN LAS AMÉRICAS

“En nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico… ¡Les ordeno!: ¡Cese la represión!”. Así de contundentes fueron las palabras de monseñor Óscar Romero en contra del gobierno terrorista de El Salvador que con sus “escuadrones de la muerte” asesinó a decenas de miles de personas en una cacería de brujas tolerada y financiada por el gobierno norteamericano de James Carter.

Monseñor Romero sería una de las tantas víctimas de este gobierno criminal. Tan solo un día después, el 24 de marzo de 1980 durante una misa fue asesinado, detonando una guerra civil que se prolongará durante 12 años. Las consecuencias fueron terribles para el pueblo salvadoreño: más de 75,000 personas asesinadas, la destrucción de la infraestructura nacional y más de 500,000 desplazados.

Este nuevo conflicto armado en El Salvador se conjugó con la cruenta guerra civil que Guatemala padecía desde 1960. Es así como los países latinoamericanos sin el aval de los Estados Unidos, principal incitador de los conflictos, decidieron actuar ante el riesgo de que aquellas guerras desestabilizan el hemisferio.

México en conjunto con Panamá, Colombia y Venezuela tuvo un papel sumamente relevante en la resolución de estos conflictos. En enero de 1983 estas naciones conformaron el Grupo Contadora con la finalidad de lograr la paz en Centroamérica. A pesar de la oposición de Estados Unidos, la crisis humanitaria era insostenible y la Asamblea General de Naciones Unidas, así como el Consejo de Seguridad apoyó la iniciativa del Grupo Contadora.

Las declaraciones de Esquipulas, auspiciadas por el Grupo Contadora y firmadas por los presidentes de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua sentaron las bases para el acuerdo de Chapultepec, que puso fin a la guerra en El Salvador, así como para el acuerdo de Paz Firme y Duradera que hizo lo propio en Guatemala.

En la actualidad, Venezuela uno de los miembros que conformaron Contadora atraviesa por un conflicto político añejo que lamentablemente lo ha llevado a padecer múltiples crisis. En este contexto se han promovido diversos ejercicios de negociación, el último tuvo lugar en Oslo, Noruega durante 2019, sin embargo, fracasó.

En este 2021, el presidente Nicolás Maduro y los principales líderes opositores han aceptado que México sea el espacio neutral para negociar una salida democrática. Nuestro país retoma el liderazgo de la región apoyado tanto por Naciones Unidas como por Noruega y la Unión Europea para lograr, como en los tiempos de Contadora un acuerdo que beneficie sobre todo al pueblo venezolano. Enhorabuena.

PARTÍCULA_RIZANDO

México ha inaugurado el uso de una poderosísima herramienta de participación ciudadana que permitirá a los gobiernos tomar mejores decisiones. Desde luego que este ejercicio deberá mejorarse, tanto en el procedimiento como en los alcances, sin embargo, es una buena noticia para la consolidación de nuestra joven democracia.

“En nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico… ¡Les ordeno!: ¡Cese la represión!”. Así de contundentes fueron las palabras de monseñor Óscar Romero en contra del gobierno terrorista de El Salvador que con sus “escuadrones de la muerte” asesinó a decenas de miles de personas en una cacería de brujas tolerada y financiada por el gobierno norteamericano de James Carter.

Monseñor Romero sería una de las tantas víctimas de este gobierno criminal. Tan solo un día después, el 24 de marzo de 1980 durante una misa fue asesinado, detonando una guerra civil que se prolongará durante 12 años. Las consecuencias fueron terribles para el pueblo salvadoreño: más de 75,000 personas asesinadas, la destrucción de la infraestructura nacional y más de 500,000 desplazados.

Este nuevo conflicto armado en El Salvador se conjugó con la cruenta guerra civil que Guatemala padecía desde 1960. Es así como los países latinoamericanos sin el aval de los Estados Unidos, principal incitador de los conflictos, decidieron actuar ante el riesgo de que aquellas guerras desestabilizan el hemisferio.

México en conjunto con Panamá, Colombia y Venezuela tuvo un papel sumamente relevante en la resolución de estos conflictos. En enero de 1983 estas naciones conformaron el Grupo Contadora con la finalidad de lograr la paz en Centroamérica. A pesar de la oposición de Estados Unidos, la crisis humanitaria era insostenible y la Asamblea General de Naciones Unidas, así como el Consejo de Seguridad apoyó la iniciativa del Grupo Contadora.

Las declaraciones de Esquipulas, auspiciadas por el Grupo Contadora y firmadas por los presidentes de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua sentaron las bases para el acuerdo de Chapultepec, que puso fin a la guerra en El Salvador, así como para el acuerdo de Paz Firme y Duradera que hizo lo propio en Guatemala.

En la actualidad, Venezuela uno de los miembros que conformaron Contadora atraviesa por un conflicto político añejo que lamentablemente lo ha llevado a padecer múltiples crisis. En este contexto se han promovido diversos ejercicios de negociación, el último tuvo lugar en Oslo, Noruega durante 2019, sin embargo, fracasó.

En este 2021, el presidente Nicolás Maduro y los principales líderes opositores han aceptado que México sea el espacio neutral para negociar una salida democrática. Nuestro país retoma el liderazgo de la región apoyado tanto por Naciones Unidas como por Noruega y la Unión Europea para lograr, como en los tiempos de Contadora un acuerdo que beneficie sobre todo al pueblo venezolano. Enhorabuena.

PARTÍCULA_RIZANDO

México ha inaugurado el uso de una poderosísima herramienta de participación ciudadana que permitirá a los gobiernos tomar mejores decisiones. Desde luego que este ejercicio deberá mejorarse, tanto en el procedimiento como en los alcances, sin embargo, es una buena noticia para la consolidación de nuestra joven democracia.

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