/ jueves 11 de junio de 2020

¿México racista?

“El racismo es el odio, rechazo o exclusión de una persona por su raza, color de piel, origen étnico o su lengua, que le impide el goce de sus derechos humanos. Es originado por un sentimiento irracional de superioridad de una persona sobre otra”.

Como bien concluye la ONU, el colonialismo ha llevado al racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, y que los africanos y los afrodescendientes, las personas de origen asiático y los pueblos indígenas fueron víctimas del colonialismo y continúan siéndolo.

Si bien en México miramos sorprendidos los conflictos de racismo en Estados Unidos detonados por la muerte de George Floyd también nosotros sufrimos de intolerancia manifestada en discriminación, ya que es una práctica cotidiana que consiste en dar un trato desfavorable o de desprecio inmerecido a determinada persona o grupo, que a veces no percibimos, pero que en algún momento la hemos causado o recibido.

En México hay una Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, pero ¿cómo es realmente la situación? Para contestar de manera objetiva y cuantitativa recurriré a la última encuesta sobre discriminación en la Ciudad de México 2013 aplicada por el INEGI.

En la encuesta se preguntó ¿Usted considera que existe o no existe discriminación hacia las personas de piel morena a lo que el 80.4% de los encuestados contesto que sí, otra pregunta determinante fue a las víctimas de discriminación, acerca de lo que hicieron al respecto, desafortunadamente un 46.0% respondió que nada.

Otra encuesta revela el goce de derechos humanos, la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017, misma que concluye: 6% de la población de 18 a 59 años con tono de piel más clara reporta ser director, jefe o funcionario, solo 2.8% de las personas con la tonalidad más obscura alcanza esos puestos; los profesionistas, técnicos, administrativos y ventas en mexicanos de piel clara representan 21% y los morenos 12%.

Dicho problema es más evidente en trabajos agropecuarios, de apoyo o servicios, el 44% de las personas de tez morena se desempeña en estos puestos mientras que sólo el 28% de las personas de tonalidad clara realiza los trabajos.

Lo anterior se explica por el nivel educativo ya que en el rubro de educación básica incompleta la población de tonalidades más obscuras fue del 33.5 %, mientras que sólo el 18% de las tonalidades más claras. El 16.0% de la población con tonalidad más obscura cuenta con nivel de educación superior en contraste al 30.4% de educación superior de tonalidades más claras.

Debemos reconocer el problema, la discriminación se manifiesta en nuestro lenguaje “indio, negro, prieto, naco”, se materializa al sentir superioridad sólo por el tono de piel, o al preferir consciente o inconscientemente como más bellos o más capaces a la gente de piel más blanca y finalmente se perpetua al no tener las mismas oportunidades de educación y de trabajo.

Y aunque todo ello es promovido también por los medios de comunicación y las empresas podemos exigir que éstas incluyan a mujeres y hombres de todos los tonos de piel, especialmente a los morenos pues son mayoría.

“El racismo es el odio, rechazo o exclusión de una persona por su raza, color de piel, origen étnico o su lengua, que le impide el goce de sus derechos humanos. Es originado por un sentimiento irracional de superioridad de una persona sobre otra”.

Como bien concluye la ONU, el colonialismo ha llevado al racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, y que los africanos y los afrodescendientes, las personas de origen asiático y los pueblos indígenas fueron víctimas del colonialismo y continúan siéndolo.

Si bien en México miramos sorprendidos los conflictos de racismo en Estados Unidos detonados por la muerte de George Floyd también nosotros sufrimos de intolerancia manifestada en discriminación, ya que es una práctica cotidiana que consiste en dar un trato desfavorable o de desprecio inmerecido a determinada persona o grupo, que a veces no percibimos, pero que en algún momento la hemos causado o recibido.

En México hay una Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, pero ¿cómo es realmente la situación? Para contestar de manera objetiva y cuantitativa recurriré a la última encuesta sobre discriminación en la Ciudad de México 2013 aplicada por el INEGI.

En la encuesta se preguntó ¿Usted considera que existe o no existe discriminación hacia las personas de piel morena a lo que el 80.4% de los encuestados contesto que sí, otra pregunta determinante fue a las víctimas de discriminación, acerca de lo que hicieron al respecto, desafortunadamente un 46.0% respondió que nada.

Otra encuesta revela el goce de derechos humanos, la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017, misma que concluye: 6% de la población de 18 a 59 años con tono de piel más clara reporta ser director, jefe o funcionario, solo 2.8% de las personas con la tonalidad más obscura alcanza esos puestos; los profesionistas, técnicos, administrativos y ventas en mexicanos de piel clara representan 21% y los morenos 12%.

Dicho problema es más evidente en trabajos agropecuarios, de apoyo o servicios, el 44% de las personas de tez morena se desempeña en estos puestos mientras que sólo el 28% de las personas de tonalidad clara realiza los trabajos.

Lo anterior se explica por el nivel educativo ya que en el rubro de educación básica incompleta la población de tonalidades más obscuras fue del 33.5 %, mientras que sólo el 18% de las tonalidades más claras. El 16.0% de la población con tonalidad más obscura cuenta con nivel de educación superior en contraste al 30.4% de educación superior de tonalidades más claras.

Debemos reconocer el problema, la discriminación se manifiesta en nuestro lenguaje “indio, negro, prieto, naco”, se materializa al sentir superioridad sólo por el tono de piel, o al preferir consciente o inconscientemente como más bellos o más capaces a la gente de piel más blanca y finalmente se perpetua al no tener las mismas oportunidades de educación y de trabajo.

Y aunque todo ello es promovido también por los medios de comunicación y las empresas podemos exigir que éstas incluyan a mujeres y hombres de todos los tonos de piel, especialmente a los morenos pues son mayoría.