/ domingo 19 de mayo de 2019

México en llamas

Mucho se ha dicho acerca de los efectos del cambio climático sobre el planeta y el reducido plazo que tiene la humanidad para revertir el daño que le ha causado a la naturaleza y consecuentemente a sí misma.


En estos últimos días ha quedado claro que tenemos menos tiempo del que pensábamos, más de 200 incendios en alrededor de 18 entidades han generado partículas y contaminantes provocando que muchas ciudades del centro y sureste de México parezcan envueltas en una nata entre gris y negra.


Nuestro país tiene el cuarto ambiente más contaminado del mundo, transitar por la Ciudad de México equivale a fumar 40 cigarrillos diarios, aunando a que los contaminantes son la causa de reducir la esperanza de vida de la población ya que ocasionan trastornos en los sistemas respiratorio y cardíaco.


La naturaleza está dándonos una sacudida para que el país genere políticas públicas amigables con el medio ambiente, intensifique la inversión en ciencia y tecnología que nos permitan buscar fuentes de energía que no contaminen y establecer protocolos claros y acciones permanentes para evitar que el daño al medio ambiente sea irreversible o en un par de años deberemos transitar todos con una mascarilla anti-gas y contemplar un cielo azul, el vuelo de una mariposa o el color de las aves, será cosa del pasado.


Mucho se ha dicho acerca de los efectos del cambio climático sobre el planeta y el reducido plazo que tiene la humanidad para revertir el daño que le ha causado a la naturaleza y consecuentemente a sí misma.


En estos últimos días ha quedado claro que tenemos menos tiempo del que pensábamos, más de 200 incendios en alrededor de 18 entidades han generado partículas y contaminantes provocando que muchas ciudades del centro y sureste de México parezcan envueltas en una nata entre gris y negra.


Nuestro país tiene el cuarto ambiente más contaminado del mundo, transitar por la Ciudad de México equivale a fumar 40 cigarrillos diarios, aunando a que los contaminantes son la causa de reducir la esperanza de vida de la población ya que ocasionan trastornos en los sistemas respiratorio y cardíaco.


La naturaleza está dándonos una sacudida para que el país genere políticas públicas amigables con el medio ambiente, intensifique la inversión en ciencia y tecnología que nos permitan buscar fuentes de energía que no contaminen y establecer protocolos claros y acciones permanentes para evitar que el daño al medio ambiente sea irreversible o en un par de años deberemos transitar todos con una mascarilla anti-gas y contemplar un cielo azul, el vuelo de una mariposa o el color de las aves, será cosa del pasado.


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