/ sábado 11 de enero de 2020

Mariana Rodríguez del Toro, conspiradora por la independencia de México

Estuvo al frente de una de las conspiraciones insurgentes.


En la lagunilla Ciudad de México existe una calle con el nombre de Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín.


En esos rumbos fue erigida la ermita dedicada a Santa Catarina, por instrucción del conquistador Hernán Cortés.

Y muchos años después, el barrio de la Lagunilla fue y es un gran centro dedicado al comercio.


La calle Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín es una calle peatonal y su principal atractivo son la gran cantidad de jardineras con árboles que alberga, lo cual da una visión única en el Centro Histórico.

Es conocida con el nombre de "la puerta de la Lagunilla"


Esta calle es un recordatorio de la etapa de Independencia de México y el papel que jugaron las mujeres durante las reuniones que se organizaban.


Mariana Rodríguez del Toro simpatizó con el movimiento insurgente.


Se ignora la fecha de su nacimiento, aunque se estima que fue alrededor de 1790.


Pese a que la Independencia de México se recuerda fue en 1810, lo cierto es que fueron años de conspiración y batallas las que le otorgaron finalmente la libertad al país.


Varias mujeres resuenan en la historia de la Independencia. Pero también conviene recordar a Mariana Rodríguez del Toro, y a su esposo don Manuel Lazarín, pues fue en su casa donde se planeó la Conspiración del Año de 1811.


La pareja se encontraba en su hogar con un grupo de amigos.

Después de las 8:30 de la noche su reunión fue irrumpida por las intensas campanadas de la Catedral y otros ruidos de artillería.


La Corona estaba celebrando la aprehensión de Miguel Hidalgo. La noticia entristeció a los presentes, pues llegaron a la conclusión de que el movimiento había llegado a su fin.

No obstante, doña Mariana dijo:

“¿Qué sucede, señores? ¿No hay otros hombres en América aparte de los generales que han caído prisioneros? ¡Libertar a los prisioneros: tomemos al virrey, ahorquémoslo!”


Entonces se acordó apoyar la idea de Mariana. El plan fracasó, pero sin duda despertó al pueblo y sus ganas de seguir con los planes de independencia, a pesar de la captura del cura Miguel Hidalgo. La conspiración que nació esa noche vio la integración de escritores, abogados y hasta miembros del clero y la nobleza.


A doña Mariana y a su esposo los apresaron y, aunque la amenazaron, Rodríguez jamás delató a los demás miembros de la rebelde agrupación. Fue hasta 1820 cuando la pareja fue dejada en libertad. El movimiento libertario estaba ya triunfando.


Ahora su nombre está considerado para formar parte del Paseo de las Heroínas.

Estuvo al frente de una de las conspiraciones insurgentes.


En la lagunilla Ciudad de México existe una calle con el nombre de Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín.


En esos rumbos fue erigida la ermita dedicada a Santa Catarina, por instrucción del conquistador Hernán Cortés.

Y muchos años después, el barrio de la Lagunilla fue y es un gran centro dedicado al comercio.


La calle Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín es una calle peatonal y su principal atractivo son la gran cantidad de jardineras con árboles que alberga, lo cual da una visión única en el Centro Histórico.

Es conocida con el nombre de "la puerta de la Lagunilla"


Esta calle es un recordatorio de la etapa de Independencia de México y el papel que jugaron las mujeres durante las reuniones que se organizaban.


Mariana Rodríguez del Toro simpatizó con el movimiento insurgente.


Se ignora la fecha de su nacimiento, aunque se estima que fue alrededor de 1790.


Pese a que la Independencia de México se recuerda fue en 1810, lo cierto es que fueron años de conspiración y batallas las que le otorgaron finalmente la libertad al país.


Varias mujeres resuenan en la historia de la Independencia. Pero también conviene recordar a Mariana Rodríguez del Toro, y a su esposo don Manuel Lazarín, pues fue en su casa donde se planeó la Conspiración del Año de 1811.


La pareja se encontraba en su hogar con un grupo de amigos.

Después de las 8:30 de la noche su reunión fue irrumpida por las intensas campanadas de la Catedral y otros ruidos de artillería.


La Corona estaba celebrando la aprehensión de Miguel Hidalgo. La noticia entristeció a los presentes, pues llegaron a la conclusión de que el movimiento había llegado a su fin.

No obstante, doña Mariana dijo:

“¿Qué sucede, señores? ¿No hay otros hombres en América aparte de los generales que han caído prisioneros? ¡Libertar a los prisioneros: tomemos al virrey, ahorquémoslo!”


Entonces se acordó apoyar la idea de Mariana. El plan fracasó, pero sin duda despertó al pueblo y sus ganas de seguir con los planes de independencia, a pesar de la captura del cura Miguel Hidalgo. La conspiración que nació esa noche vio la integración de escritores, abogados y hasta miembros del clero y la nobleza.


A doña Mariana y a su esposo los apresaron y, aunque la amenazaron, Rodríguez jamás delató a los demás miembros de la rebelde agrupación. Fue hasta 1820 cuando la pareja fue dejada en libertad. El movimiento libertario estaba ya triunfando.


Ahora su nombre está considerado para formar parte del Paseo de las Heroínas.