/ martes 20 de julio de 2021

Los que huyen

El pasado 7 de julio fue asesinado el presidente Jovenel Moïse. Este magnicidio acentúa las múltiples crisis que padece Haití desde hace décadas. El primer país que obtuvo su libertad en América es también hoy en día el más pobre, en donde 7 de cada 10 personas sufren hambre todos los días. La precariedad del país es tal, que a 11 años del terrible terremoto que devastó Puerto Príncipe, el palacio presidencial sigue en ruinas.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, calcula que, en África entre 25 y 30 millones de personas han sido forzadas a desplazarse de sus lugares de origen. Los estragos de la guerra civil de Sudán del Sur que estuvo marcada por múltiples crímenes de lesa humanidad han provocado que más de 2.3 millones de personas huyeran de la pobreza y de las masacres.

La República Democrática del Congo enmarca la tragedia de toda la región. Es el segundo país más grande de África, riquísimo en minerales como oro, coltán y diamantes, pero que desafortunadamente también está hundido en la violencia, el caos y la pobreza. En 2018, más de dos millones de sus habitantes estaban refugiados en la vecina Uganda.

La pandemia de Covid-19 ha ocasionado que muchos de los conflictos previos que ya amenazaban la estabilidad de diversas naciones se agudizaran y en consecuencia millones de personas están huyendo por sus vidas, miles de ellas hacia México. La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados estima que para 2021 se podrían recibir hasta 90 mil solicitudes de refugio, una cifra que contrasta radicalmente con las 30 mil 272 peticiones que se registraron durante el periodo 2013-2017.

Aunado a lo anterior, el Banco Mundial ha alertado que el cambio climático podría provocar que más de 140 millones de personas en África, Asia meridional, Centroamérica y América del Sur se vean forzadas a emigrar para 2050. Esta dramática situación ha propiciado que en diversos círculos académicos se discutan ampliamente los desafíos que implican los “refugiados ambientales”.

Las cifras parecen indicar que las solicitudes de refugio y asilo continuarán aumentando durante los próximos años. Ante esta situación México debe estar preparado para proteger e integrar a las personas migrantes a partir de la comprensión de las difíciles situaciones que las orillaron a huir. En este difícil contexto las autoridades migratorias deben velar por que prevalezcan el orden y la legalidad, pero sobre todo el respeto a los derechos fundamentales.

PARTÍCULA_RIZANDO

La Secretaría de Salud ha publicado cada día cifras que evidencian el aumento de casos de Covid-19 en México. Entre 12,000 y 14,000 personas se han infectado diariamente desde hace dos semanas. A pesar de que la vacunación avanza en nuestro país, las personas menores de 30 años son las más vulnerables frente a las diversas cepas que cada día son más contagiosas y letales. ¿Se repetirá la tragedia que vivimos a principios del año? Depende de todas y todos nosotros que no ocurra.

El pasado 7 de julio fue asesinado el presidente Jovenel Moïse. Este magnicidio acentúa las múltiples crisis que padece Haití desde hace décadas. El primer país que obtuvo su libertad en América es también hoy en día el más pobre, en donde 7 de cada 10 personas sufren hambre todos los días. La precariedad del país es tal, que a 11 años del terrible terremoto que devastó Puerto Príncipe, el palacio presidencial sigue en ruinas.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, calcula que, en África entre 25 y 30 millones de personas han sido forzadas a desplazarse de sus lugares de origen. Los estragos de la guerra civil de Sudán del Sur que estuvo marcada por múltiples crímenes de lesa humanidad han provocado que más de 2.3 millones de personas huyeran de la pobreza y de las masacres.

La República Democrática del Congo enmarca la tragedia de toda la región. Es el segundo país más grande de África, riquísimo en minerales como oro, coltán y diamantes, pero que desafortunadamente también está hundido en la violencia, el caos y la pobreza. En 2018, más de dos millones de sus habitantes estaban refugiados en la vecina Uganda.

La pandemia de Covid-19 ha ocasionado que muchos de los conflictos previos que ya amenazaban la estabilidad de diversas naciones se agudizaran y en consecuencia millones de personas están huyendo por sus vidas, miles de ellas hacia México. La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados estima que para 2021 se podrían recibir hasta 90 mil solicitudes de refugio, una cifra que contrasta radicalmente con las 30 mil 272 peticiones que se registraron durante el periodo 2013-2017.

Aunado a lo anterior, el Banco Mundial ha alertado que el cambio climático podría provocar que más de 140 millones de personas en África, Asia meridional, Centroamérica y América del Sur se vean forzadas a emigrar para 2050. Esta dramática situación ha propiciado que en diversos círculos académicos se discutan ampliamente los desafíos que implican los “refugiados ambientales”.

Las cifras parecen indicar que las solicitudes de refugio y asilo continuarán aumentando durante los próximos años. Ante esta situación México debe estar preparado para proteger e integrar a las personas migrantes a partir de la comprensión de las difíciles situaciones que las orillaron a huir. En este difícil contexto las autoridades migratorias deben velar por que prevalezcan el orden y la legalidad, pero sobre todo el respeto a los derechos fundamentales.

PARTÍCULA_RIZANDO

La Secretaría de Salud ha publicado cada día cifras que evidencian el aumento de casos de Covid-19 en México. Entre 12,000 y 14,000 personas se han infectado diariamente desde hace dos semanas. A pesar de que la vacunación avanza en nuestro país, las personas menores de 30 años son las más vulnerables frente a las diversas cepas que cada día son más contagiosas y letales. ¿Se repetirá la tragedia que vivimos a principios del año? Depende de todas y todos nosotros que no ocurra.

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