/ domingo 25 de agosto de 2019

Los murales del convento de Ixmiquilpan

No muchos hidalguenses están conscientes de los tesoros murales que hay en el Estado. De los más significativos son los Murales del interior del templo del Convento Agustino del siglo XVI en Ixmiquilpan.

Aún se discute y se debate acerca de los motivos que los frailes agustinos tuvieron para que en el interior del templo permitieran que se pintaran murales indígenas que relatan una batalla, guerreros luchando, muerte, violencia, cabezas cortadas y otras escenas, lo que en general es muy asombroso para decorar el interior de un templo católico.

Qué hay en estas pinturas, veremos: Los murales del interior del templo de Ixmiquilpan son únicos no sólo en México sino en el mundo, no sólo por su calidad y expresión artística y plástica sino por el tema tan difícil de interpretar.

Evidentemente es mano indígena la que pinta estos frescos, aunque hay que entender que los frailes estuvieron de acuerdo. Son los dibujos muy parecidos a los de los códices indígenas, pero escenas violentas, con heridos y hasta descabezados en el interior de un templo tan importante en donde se realiza el sacrificio de la Misa no es entendible. Hacemos hincapié en su colorido, belleza y expresión plástica.

Vemos en alguna parte del sorprendente mural a un guerrero vestido con piel de leopardo sosteniendo en su mano derecha la cabeza de un enemigo. Un gran movimiento y lucha se aprecian. El color sepia naranja, combinado con el azul de la vegetación produce una rara belleza.

Dijo don Francisco de la Maza, ilustre investigador que: “Los frescos más desconcertantes de la Nueva España, por sus temas y dimensiones, son los descubiertos en la Iglesia de Itzmiquilpan en 1960. Es una serie de batallas sin el menor signo religioso cristiano. Abunda el elemento precolombino pero no menos el clásico, confundido con él.” Continúa diciendo el Doctor De La Maza:

“Caballeros Tigres y Caballeros Águilas, con escudos clásicos alternan y luchan con centauros a modo de un códice monumental ya híbrido, en plena transculturación con los ancestrales elementos mediterráneos y prehispánicos.”

Para finalizar, diremos que es un misterio lo que representan las pinturas, y la incógnita de porqué los frailes permitieron que se realizaran dentro del templo sin tener ninguna representación o imagen cristiana sigue siendo un reto para los jóvenes investigadores que vendrán adelante.

Recalcamos su expresión, en escenas que aún sin tener profundidad ni perspectiva y estar ingenuamente presentadas en un solo plano, son evidentemente una gran aportación al catálogo plástico y artístico de México y por supuesto son las pinturas murales más sorprendentes de América por su ubicación y su contenido.

Muy importante la opinión del Profr. Raúl Guerrero Guerrero quien habla de que en los Murales hay una leyenda que se desarrolla entre Huitziloposhtli y Tezcatlipoca, el bien y el mal.

Vaya usted a ver estos Murales, están en el interior del Templo.

No muchos hidalguenses están conscientes de los tesoros murales que hay en el Estado. De los más significativos son los Murales del interior del templo del Convento Agustino del siglo XVI en Ixmiquilpan.

Aún se discute y se debate acerca de los motivos que los frailes agustinos tuvieron para que en el interior del templo permitieran que se pintaran murales indígenas que relatan una batalla, guerreros luchando, muerte, violencia, cabezas cortadas y otras escenas, lo que en general es muy asombroso para decorar el interior de un templo católico.

Qué hay en estas pinturas, veremos: Los murales del interior del templo de Ixmiquilpan son únicos no sólo en México sino en el mundo, no sólo por su calidad y expresión artística y plástica sino por el tema tan difícil de interpretar.

Evidentemente es mano indígena la que pinta estos frescos, aunque hay que entender que los frailes estuvieron de acuerdo. Son los dibujos muy parecidos a los de los códices indígenas, pero escenas violentas, con heridos y hasta descabezados en el interior de un templo tan importante en donde se realiza el sacrificio de la Misa no es entendible. Hacemos hincapié en su colorido, belleza y expresión plástica.

Vemos en alguna parte del sorprendente mural a un guerrero vestido con piel de leopardo sosteniendo en su mano derecha la cabeza de un enemigo. Un gran movimiento y lucha se aprecian. El color sepia naranja, combinado con el azul de la vegetación produce una rara belleza.

Dijo don Francisco de la Maza, ilustre investigador que: “Los frescos más desconcertantes de la Nueva España, por sus temas y dimensiones, son los descubiertos en la Iglesia de Itzmiquilpan en 1960. Es una serie de batallas sin el menor signo religioso cristiano. Abunda el elemento precolombino pero no menos el clásico, confundido con él.” Continúa diciendo el Doctor De La Maza:

“Caballeros Tigres y Caballeros Águilas, con escudos clásicos alternan y luchan con centauros a modo de un códice monumental ya híbrido, en plena transculturación con los ancestrales elementos mediterráneos y prehispánicos.”

Para finalizar, diremos que es un misterio lo que representan las pinturas, y la incógnita de porqué los frailes permitieron que se realizaran dentro del templo sin tener ninguna representación o imagen cristiana sigue siendo un reto para los jóvenes investigadores que vendrán adelante.

Recalcamos su expresión, en escenas que aún sin tener profundidad ni perspectiva y estar ingenuamente presentadas en un solo plano, son evidentemente una gran aportación al catálogo plástico y artístico de México y por supuesto son las pinturas murales más sorprendentes de América por su ubicación y su contenido.

Muy importante la opinión del Profr. Raúl Guerrero Guerrero quien habla de que en los Murales hay una leyenda que se desarrolla entre Huitziloposhtli y Tezcatlipoca, el bien y el mal.

Vaya usted a ver estos Murales, están en el interior del Templo.